En Navidad todos los caminos conducen a casa. Sea el propio hogar, el de nuestros padres o de otros seres queridos, acudimos donde nos sintamos como en casa, en familia. La mayor movilización de la fecha persigue eso. Dominicanos residentes en el extranjero que desbordan las terminales aéreas. La población que desde los centros urbanos viaja hacia campos y pueblos de origen. Todos persiguen pasar la Navidad “en casa”. La congregación es la motivación secular esencial de la celebración. Fiesta, banquetes, alcohol, diversión mundana, son complementos circunstanciales. No hacen Navidad y no hay que concederles extrema –estresante- preeminencia. La hacen: el estar juntos, el abrazo, la risa, la charla, los buenos recuerdos; la esperanza. Con abundancia de estos siempre, feliz Navidad 2019.

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