Dice un refrán del argot castrense que la disciplina entra por los pies. La cultura dominicana para orden público, parece asimila mucho esa expresión. Durante el periodo de emergencia nacional decretado en ocasión de las medidas para frenar la expansión del coronavirus, la población tiene dos niveles de cumplimientos según sea noche o día. En la jornada nocturna, por el toque de queda que conlleva prisión para quien lo viole, por lo general la gente está “pianita”, acatando las órdenes. Y, fuera de los show que montan para difusión en las redes, los que se atreven a incumplir, lo hacen de acechón. Cuando llega el día es otra cosa. El distanciamiento no se cumple cabalmente. Se le perdió el miedo al COVID-19.

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