La solución vial en el kilómetro 9 de la autopista Duarte, prevista para febrero, sigue a medio talle y ni siquiera se ejecuta el desalojo de autobuses y comercios del área, declarada de utilidad pública. Va a pasito lento generando caos, con tapones kilométricos que compiten en tamaño con los de Pintura. Aumenta el desastre la vagancia en Obras Públicas, y un ejemplo es que cerró un carril en dirección oeste-este donde se trabaja con desgano. No dieron allí un golpe sábado ni domingo, creando serios inconvenientes. La aspiración es que no dejen las maquinarias pesadas por mucho tiempo, porque hasta peligroso resulta. Habrá que preguntar también al ministro si sus obreros tienen horario de oficina o si el fin de semana se reserva para la política..

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