Expandir la capacidad de toma de pruebas para identificar a la población contagiada, hacer rastreos masivos de contactos y ampliar las facilidades de aislamiento a nivel nacional es crucial antes de levantar totalmente las restricciones impuestas en el país desde la llegada del COVID-19.

Esas son algunas de las sugerencias del estudio “ALC Post COVID-19: Retos y oportunidades”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) donde expertos analizan las repercusiones de la pandemia desde varias aristas en diez países de Centroamérica y el Caribe.

El análisis concerniente a la República Dominicana, de la autoría de Joaquín Zantner y Fanny Vargas, detalla que aunque el país ha ampliado su capacidad diaria de hacer pruebas PCR en comparación con el mes de marzo, al inicio de la pandemia, cuando realizaba un promedio de apenas 171 exámenes diarios, sería oportuno el testeo masivo del personal de salud, policías, militares, bomberos, así como de los trabajadores esenciales de la cadena alimenticia y del transporte público.

Para el rastreo masivo de contactos recomiendan la incorporación de médicos y enfermeras y personal de campo, al que se sugiere incluir estudiantes de medicina, enfermería y bioanálisis.

Resalta que para la vuelta al trabajo después del aislamiento se requiere garantizar un protocolo de medidas sanitarias y capacitaciones para reducir los riesgos de contagio entre el personal.

“Hasta que esté disponible la vacuna frente al COVID – 19 será necesario promover el teletrabajo, y la capacitación a distancia. Para el trabajo presencial es importante asegurar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad que han sido diseñados, en conjunción con la realización de pruebas a los empleados y tomas de temperatura”, destaca el documento.

Aumentar presupuesto en salud

“Aunque se han reforzado las capacidades del sistema de salud para enfrentar la epidemia, de cara al futuro se requerirán mayores esfuerzos para cerrar brechas de acceso, eficiencia y calidad de los servicios de salud”, detalla el estudio, que considera oportuno el aumento de la proporción del gasto público destinado al sector salud que actualmente es de alrededor el 2% del PIB.

Detalla que dicha asignación ha sido poco eficiente, pues responde a una estrategia curativa más que preventiva, por lo que aboga por el fortalecimiento del sistema de atención primaria, el cual sufre la carencia de insumos, equipamientos y recursos humanos. Mientras que, en el nivel secundario se requieren inversiones para mejorar la infraestructura de los hospitales municipales y otros de mayor nivel.

“Para contar con un servicio de salud robusto de cara al futuro hay que fortalecer la oferta de servicios con énfasis en prevención, cobertura y calidad. Es necesario aumentar el presupuesto destinado a la atención primaria, y a la promoción y prevención en salud. El financiamiento de servicios hospitalarios debe orientarse hacia una mayor eficiencia y transparencia”.

En materia de movilidad urbana opinan que se debe minimizar el riesgo de contagio a través de la desinfección constante de los vehículos de transporte público, instalaciones, paradas y estaciones, señalizando los circuitos de recorrido y distanciamiento en andenes o estaciones de trenes, usando comunicación audiovisual y tecnología.

Fomentar la atención primaria y telemedicina

También abogan por la implementación del modelo de redes integradas de servicios de salud, con enfoque en la atención primaria y apoyada en servicios de salud electrónica. Asimismo, revisar las normas y estándares de calidad para los establecimientos de salud, fomentar la mejora de capacidades del personal sanitario y establecer mecanismos de monitoreo y evaluación de calidad de los servicios e impulsar la Ley de Carrera Sanitaria.

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