El primer periódico que existió en la isla fue El Telégrafo, editado por el doctor Antonio María Pineda hacia 1815, las publicaciones médicas surgieron a partir de 1850, y como parte de publicaciones periódicas como revistas literarias o comerciales, que reportaban noticias del quehacer médico dominicano o extranjero. De acuerdo al doctor Mañón Arredondo, las primeras publicaciones aparecen en el periódico El Progreso, que inició sus operaciones en febrero de 1853, De igual forma el periódico El Orden, que inició en enero de 1854 y el Provenir que inició en ese mismo año, relataban hechos médicos, historias de los médicos dominicanos. Estas publicaciones eran básicamente sobre temas sociales, literarios o de comercio y luego surgieron La República en 1856 y El Dominicano en 1872. A partir de este 1872 El Porvenir tuvo una sección dedicada a las ciencias, en la que se trataban temas de astronomía, física o botánica. En 1853 el médico venezolano residente en nuestro país, Guillermo de la Fuente publicó un número de la Revista Científica, Literaria y de Conocimientos útiles.

En el siglo XIX las publicaciones puramente profesionales eran escasas, pero eran frecuentes las publicaciones de propaganda de preparados farmacéuticos europeos, sobretodo franceses. Francia era en esos momentos la meca de la medicina mundial y sus productos farmacéuticos tenían un completo dominio mundial. En nuestro país, muchas casas comerciales representaban patentizados franceses y los publicitaban en todas las publicaciones que existían sobre todo en Santo Domingo, Santiago y Puerto Plata. Debemos tener en cuenta que existían en nuestro país preparados hechos sobretodo por médicos y farmacéuticos dominicanos y extranjeros, pero su calidad no se podía comparar con los patentizados extranjeros que se convirtieron en una importante fuente de negocios y riqueza. De hecho muchos de los más prósperos comerciantes dominicanos incursionaron en el ramo farmacéutico, con muy buenos beneficios. La falta de publicaciones médicas se vió marcada además por la escasez de profesionales y se estima que en el período de la ocupación haitiana solamente contábamos con unos 10 médicos con estudios superiores. Había en la República Dominicana una enorme influencia francesa en la medicina, en parte por la influencia haitiana y además por la calidad de esa medicina en el siglo XIX.

Pero a partir de 1870 con el traslado a Francia del doctor Alejandro Llenas, se inicia la época de desarrollo científico y profesional de los médicos. Los nombres de los médicos que fueron llegando de regreso de Francia son de los más relevantes en nuestra historia médica temprana; profesionales como Abel González Quesada, Fernando Defilló, Carlos Zafra, Otilio Meléndez, Arturo Grullón o Wenceslao Medrano, aportaron una importante cuota del nivel científico de nuestra medicina. En 1891, el año que se funda la Asociación Médica de Santo Domingo, se publica la Revista Farmacéutica, editada por el licenciado en farmacia Joaquín Obregón. Sólo dos números fueron publicados por razones económicas, y en 1906 y con la colaboración de Manuel de Jesús Galván, se publicó por 7 años. Ayudó que en 1910 la publicación, con el nombre de Revista Farmacéutica Dominicana, recibió una subvención del Estado. Suspendida su publicación en 1912, en 1913 el doctor Fernando Defilló, junto al licenciado Obregón la relanzaron con el nombre de Revista Médico-Farmacéutica Dominicana. En 1902 se fundó la Revista Médica, bajo la dirección del doctor Fernando Defilló, que fue la primera publicación médica dominicana. En 1905 participó en esa revista el doctor Heriberto Pieter. La revista se mantenía con algunas donaciones de particulares y de anuncios farmacéuticos, pero solo se pudieron publicar 7 números. A la situación económica debemos agregar que tradicionalmente los médicos dominicanos no somos escritores. (continuará…).

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