Los paros de docencia

La lucha por las justas demandas que procuran resolver los déficits del sistema educativo dominicano, realizada a partir de la paralización de docencia, no hace sino más que agravar el problema de la educación en el país. Diversos estudios han…

La lucha por las justas demandas que procuran resolver los déficits del sistema educativo dominicano, realizada a partir de la paralización de docencia, no hace sino más que agravar el problema de la educación en el país. Diversos estudios han indicado que mejorar la calidad de la educación implica abordar múltiples factores, entre los cuales se encuentra el de la cantidad efectiva de horas que se dedican al proceso de enseñanza-aprendizaje en las aulas. Se ha evidenciado que este es un factor determinante para el buen desempeño educativo. En tal sentido, no se entiende la insistencia en el tipo de método de lucha indicado, por parte de algunos gremios de las áreas de educación preuniversitaria y universitaria.

Tanto la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) a nivel de educación básica y media, como la Federación de Asociaciones de Profesores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (FAPROUASD), vienen realizando protestas en demanda de un reajuste salarial en estos sectores, entre otras reivindicaciones. El problema es que en ambos casos los que han cargado con el costo de estas luchas han sido los estudiantes. Respecto a la educación preuniversitaria, lo que se intenta ganar con las tandas extendidas se pierde con la paralización de la docencia.

Por más inversión que haya en el sector educativo, si se reduce el tiempo de clase, al final será muy difícil superar los graves problemas de rendimiento educativo de nuestros alumnos. Estos problemas fueron puestos en evidencia recientemente por la prueba Pisa 2015, en la que la República Dominicana aparece en los últimos lugares en ciencias, matemáticas y lectura. El diálogo entre el Ministerio de Educación y la ADP permitió llegar a un acuerdo preliminar sobre el incremento de los salarios de los maestros, lo que implicará el levantamiento de las protestas. La dificultad de este acuerdo es que posterga el proceso de evaluación de desempeño, tan necesario para mejorar la calidad del sistema y de las propias condiciones laborales de los maestros.

En relación a la lucha en la UASD, es lamentable que a pesar de los resultados del diálogo entre las autoridades universitarias, FAPROUASD y el Ministerio de Educación Superior, los profesores de esta alta casa de estudios persistan en mantener paralizada la docencia. Con su decisión, la asamblea de profesores de la USAD devalúa el mecanismo del diálogo. Se pueden entender como justas las exigencias de los profesores, pero es muy difícil que su lucha encuentre apoyo en la sociedad, si los sacrificados siguen siendo los más de 200 mil alumnos de esta universidad, la mayoría de extracción humilde.

Posted in Columnas, Edición ImpresaEtiquetas

Las Más leídas