Una sociedad triangular

Imaginemos a un catedrático formular a sus estudiantes la siguiente pregunta:-“Describan la sociedad dominicana de la manera más breve posible.”Para luego agregar…-“Es más, para hacer dicha descripción muy breve…

Imaginemos a un catedrático formular a sus estudiantes la siguiente pregunta:
-“Describan la sociedad dominicana de la manera más breve posible.”
Para luego agregar…

-“Es más, para hacer dicha descripción muy breve podrían utilizar una figura geométrica, que describa el crecimiento de la sociedad dominicana.”

La respuesta que se me ocurre es dibujar una serie de triángulos equiláteros concéntricos: un triángulo pequeño, que estará dentro de uno más grande, que, a su vez, estará dentro de otro más grande, todas las bases colocadas en la misma línea horizontal.

Esta sucesión de triángulos más grandes, que enmarcan a los más pequeños, describe el indiscutible crecimiento económico de la sociedad dominicana en las últimas décadas, e ilustra, aunque de manera simplificada y esquemática, que nuestro crecimiento económico no ha sido transformador, pues continuamos siendo una sociedad cimentaba sobre una base muy amplia de pobreza. Es decir, el crecimiento no ha conducido a una democracia sustentada en la clase media, sino en una masa pobre, poco instruida y dependiente, fácilmente manipulable por políticas y políticos populistas. Hace 2,400 años, Aristóteles reflexionó que “ … es (más) probable que estén bien administrados los estados en los que la clase media es grande, y más fuerte, … que las otras clases …”
Los triángulos cada vez más grandes también ilustran, aunque repetimos de manera esquemática y simplificada, la creciente distancia entre la base pobre y la punta superior más rica, lo que representa un obstáculo a una necesaria integración social, que legitima las instituciones. Este distanciamiento es un asunto relativamente reciente. Hace 50 años prevalecían escuelas dominicanas donde estudiantes de diferentes clases sociales convivían, y aprendían a comprenderse. Este creciente distanciamiento es causa de frustración, que a la vez produce una mayor violencia y delincuencia.

Y es que la base del triángulo que representa la parte más pobre de la población, no deja de crecer, impulsada por una inmigración descontrolada, que aumenta la densidad poblacional en nuestro territorio, causa de la creciente presión sobre las áreas protegidas, y la agonía de la Sierra de Bahoruco, en peligro de extinción. Esta creciente masa de pobres explica la utilización de métodos productivos adaptados a trabajadores de baja calificación, que reciben bajos salarios. Los políticos y dirigentes dominicanos harían bien en dibujar en un pedazo de papel su comprensión del funcionamiento de la sociedad dominicana. Quizás así no proclamarían como un éxito la regularización de otros 11,000 inmigrantes. Si vamos a nuestro triángulo, dicha acción aumenta la base de pobres de nuestra sociedad, presiona los salarios a la baja, aumenta la presión demográfica que destruye nuestros bosques, aleja la posibilidad de una sociedad inclusiva y no violenta, basada en una democracia dominada por la clase media.

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