La fanaticada de Romeo en Perú, desde que anunció sus conciertos para dar inicio a su gira “Fórmula Vol. 3”, batió récords en asistencia

En las noches, el Océano Pacífico estructura unas neblinas tan densas como las tormentas de arena del Sahara. Esa neblina se vierte como nata en cucharadas sobre el litoral de Lima. Es la culpable del calor húmedo que armará en el día.

La noche la han pasado en el exterior del Estadio Nacional decenas de personas que ya ven la hora cerca de adorar a su artista favorito de cerca. Los romeístas son una legión. La primera noche Romeo hizo una entrega depurada, donde no faltaron momentos de espontaneidad, esa que dibuja de humanidad los espectáculos bien ensayados.

Mientras tanto, un puñado de periodistas dominicanos hemos querido homenajear a Chabuca Granda, la más importante compositora que ha dado Perú.

José Antonio Aybar, de El Nacional; Jorge Ramos, de Hoy, Héctor Romero de De último Minuto, y quien suscribe, nos agenciamos un transporte para ir hasta la Casa Museo de Chabuca Granda, la autora de La flor de la canela, Fina estampa, El puente de los suspiros, José Antonio, Ese arar en el mar, Landó y otras muchas joyas en afán de valses peruanos.

Tras el magisterio musical de ese talento extraordinario de Latinoamérica nos fuimos por las calles limeñas. Así que la primera parada fue en busca de la anunciada museo Casa Chabuca Granda, anunciada en septiembre del 2021 para su inauguración prontamente en La Quinta de la Riva, ubicada en el Jr. Ica 422 (Cercado de Lima), es una construcción republicana de dos plantas. El anuncio fue hecho por Teresa Fuller Granda, hija de la artista y presidenta de la Asociación Cultural Chabuca Granda y Guillermo Ackermann, presidente de la Sociedad de Beneficencia de Lima.

Pero allí no había nada. Los vecinos del supuesto local, en una tienditas de santos, dijeron a elCaribe que “alguna vez, hace tiempo, se habló de eso. Pero aquí no han hecho nada. Es lamentable. De Chabuca solo está un mural en la esquina. Ud. lo puede ver”.

Efectivamente en la esquina hay un mural, detrás de un vendedor de frituras.

Tal parece que el proyecto se ha quedado congelado en los deseos sobre los cuales entonces decía su hija Teresa Fuller Granda: “Esta iniciativa nació en abril del 2019, de una reunión con el presidente de la Sociedad de Beneficencia de Lima, Guillermo Ackermann. La beneficencia cedió un espacio en Jr. Ica 422, a solo 50 metros del Teatro Municipal, para instalar el futuro museo. Nosotros desde la fundación, dispondremos de todo el patrimonio material de Chabuca”.

Al cruzar la calle está el Teatro Municipal. Las jóvenes camareras del negocio de enfrente dicen que “funciona, pero solo de vez en vez, cuando ponen obras y las anuncian”.

En la mañana del domingo en la conserjería del hotel Sheraton nos informan que este la Alameda de Chabuca Granda, cerca del Centro Histórico de Lima. Allá iremos si Dios quiere.

Mientras vale la pena decir que Lima va de extremos: por un lado el sábado en la tarde hubo una manifestación de algo más de un millar de personas. Y pocas horas después fue el segundo de los conciertos de Romeo, donde un niño subió a cantar junto a él Me extraño. “Hay fanáticos que tienen 10 años, otros 50 y otros 80. Lo importante es que son romeistas”, atinó a decir el artista. Otro joven le acompañó en escena para cantar Ella y yo. Tan bien lo hizo que fue ovacionado por los que colmaron por segunda noche el Estadio Nacional.

El show tuvo algunas variaciones en relación con lo de la primera noche. El atuendo de Romeo fue pantalón blanco y chaveta azul casi esmeralda. Luego en la parte más urbana un suéter tejido sin mangas. Cuando interpretó Bebo, secó el sudor con una toalla negra que lanzó al público. Al final del espectáculo en el ancore salió en la bañera como en el tema Sus huellas, del disco que provocó esta gira. Cerró vestido por un traje en leder rojo con Propuesta indecente.

Se esperan sorpresas este martes que es la fecha restante.

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