Jasson Domínguez habla del proceso de recuperación y de lo esperanzado que se encuentra de poder regresar al juego

Tampa, Florida.- Todo cambió muy rápido para Jasson Domínguez. Un ascenso meteórico a las Grandes Ligas, un debut marcado por un jonrón ante Justin Verlander, futuro Salón de la Fama, y poco tiempo después fuera entre 9 y 10 meses debido a una lesión en el codo que requirió cirugía.

A pesar de sus 21 años, el jardinero dominicano de los Yankees muestra la calma de un monje tibetano y la prudencia de un veterano. Su proceso de recuperación lo ve con reflexión profunda mientras espera pacientemente que se cumpla cada plazo para volver a juego.

“La enseñanza que más me ha dejado es que en la vida hay muchos sube y baja. Hay momentos en que estás en tu mejor momento y tú te puedes creer, como dice uno, que uno no muere en la película, pero siempre hay como un sube y baja, la vida no siempre sube, también baja”, dijo Domínguez en exclusiva a elCaribe en un receso de su agenda de rehabilitación durante una mañana de cielo plomizo en el George M. Steinbrenner Field, el hogar de los Yankees durante el entrenamiento en esta ciudad.

“La enseñanza para mí cuando lleguen esos momentos, ya sean de bajada o sean de subida, para mí lo más importante es la disciplina, mantener tu ritmo, mantenerte en un punto estable porque la vida te puede enseñar muchas cosas y a veces de mala manera”, agregó.

Su llegada a las Mayores

A principios de 2023, Domínguez dijo a este diario que no se veía en las Mayores en ese mismo año, sino en dos o tres. Su bate empezó a prenderse en el verano, pero aún así lo veía distante.

Resulta que para finales de agosto la idea de promoverlo se cocinaba y el primero de septiembre ya estaba con el equipo de Nueva York para enfrentarse a los poderosos Astros y Verlander, a quien le conectó cuadrangular en su primer turno por la banda contraria (por el jardín izquierdo bateando a la zurda).

Ahí mismo las redes sociales se encendieron con su logro y comenzó el periodo de ansiosa espera en Nueva York. Dio cuatro cuadrangulares en siete partidos, algo nunca visto para un pelotero de su edad (apenas 20 años).

Pero de igual manera había una molestia en su codo derecho que iba en aumento hasta que al final no pudo seguir jugando y solo quedaba un camino: cirugía de reconstrucción (Tommy John) y meses largos de pasos cortos para volver a la acción.

“Cuando terminamos la serie en Houston yo me sentía bien, pero al otro día amanecí con el brazo un poco inflamado y pensé que quizás dormí mal o algo”, relató Domínguez. “Pero me fui sintiendo peor (con el paso del tiempo) hasta que no podía ni hacer swing y ahí lo puse en comunicación”, añadió.

Ahora mismo, el plan con Domínguez, quien dijo que ha cultivado una serenidad de niveles industriales, es comenzar a hacer “swing” pronto y la proyección de jugar es en algún tiempo entre julio y agosto.

Con su terapia, ha desarrollado el complicado arte de no querer adelantarse porque la idea es no retroceder en lugar de querer jugar antes de lo indicado.

“Con el favor de Dios este año jugamos”, dijo uno de los mejores talentos de los Yankees, a quien nada le alborota: ni Verlander ni Nueva York ni el tropezar de una lesión que tronchó un arranque meteórico.
Solo queda volver a empezar.

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