El dinero esta vez no fue la razón para sellar un vínculo laboral. Diablos Rojos, una de los más tradicionales equipos del béisbol mexicano, logró seducir al dominicano Robinson Canó con un proyecto deportivo tan creíble como ambicioso.

“No vino por dinero, sino porque se enamoró de un proyecto. Porque quiere seguir compitiendo y ganando, porque quiere crear logros que sumen a su carrera, aunque no sea en las Grandes Ligas”, dijo Santiago, un hijo del propietario de los Diablos, Alfredo Harp Helú.

Canó, campeón de la Serie Mundial de 2009 con New York Yankees, comenzó a negociar su transferencia a México tras su participación en la Serie del Caribe.

Según Harp, la negociación duró apenas un día ya que el ganador de cinco bates de plata en las Grandes Ligas guarda una especial relación con los Diablos Rojos, pues allí jugó su padre en 1991.

“El primer acercamiento fue en la Serie del Caribe de Miami y una vez que terminó su participación nos sentamos a negociar. Fue fácil porque ya sabía de la institución por personas de República Dominicana que estuvieron aquí”, comentó Harp.

Con 17 temporadas en las Grandes Ligas, Canó se convirtió en el refuerzo estelar de los Diablos Rojos, también conocidos como ‘los Yankees mexicanos’, la entidad que lidera con 16 títulos el palmarés en su país, pero que arrastra una seguía desde 2014.

El bateador que conectó 335 jonrones en las Grandes Ligas, debutó ante con los Diablos en la serie que ganaron a New York por 4-3 el domingo pasado y por 8-5 el siguiente. En el primer juego se fue de 4-3 con un sencillo, doble y jonrón.

Además de Canó, otra figura mediática que ha aterrizado en la Liga mexicana es Trevor Bauer, Cy Young de la Liga Nacional en 2020. “No son bombazos solo por lo mediático, sino que son tremendos jugadores. Lo demostró Cano al irse de 4-3 a sus 41 años. Viene de un gran nivel y de llegar a la final de la Serie del Caribe”, punyuslizó el directivo.

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