Los Belliard, Alou, Javier, Álvarez y Binet integran los dúos que están en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano

La escogencia el pasado jueves de Ronnie Belliard al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano lo sitúa en un selecto grupo de padres e hijos que han logrado alcanzar la inmortalidad.

El ex capitán de los Tigres del Licey se une a su padre, Diógenes Belliard, quien fuera exaltado en el ceremonial de 2005.

Asimismo, se une a Moisés y Felipe Rojas Alou; Julián y Stanley Javier, Tomás y José Binet, así como Mario Virgilio Álvarez Dugan (Cuchito) y Mario Álvarez Soto, respectivamente. El acto de exaltación, la número 54, de los nuevos inmortales está pautada celebrase el domingo 15 de noviembre. Ronnie tuvo una carrera de 16 temporadas en el béisbol otoño-invernal con los Tigres y 13 campañas en las Grandes Ligas con los Cerveceros de Milwaukee, Nacionales de Washington, Indios de Cleveland, Dodgers de Los Ángeles, Rockies de Colorado y Cardenales de San Luis. Además conquistó un anillo de Serie Mundial con los Cardenales en 2006.

En tanto su padre Diógenes hizo enormes aportes al país como selección nacional de béisbol y además fue una estrella en la época de oro del torneo Doble A del Distrito Nacional. Los Alou también tienen sus espacios ganados en el nicho de la inmortalidad. Don Felipe fue exaltado en el ceremonial de 1981, mientras que Moisés fue instalado en 2014. Para ese entonces, Al momento de su escogencia, Felipe era el dirigente de los Leones del Escogido, equipo que se proclamó en la campaña 1981-82 ante las Estrellas Orientales.

En sus 17 años en la Gran Carpa, estableció clase como jugador de béisbol, dentro y fuera del terreno. En cuatro ocasiones conectó más de 20 cuadrangulares (25 en 1962, 20 en 1963, 23 en 1965 y 31 en 1966).

Mientras que su hijo Moisés tuvo una productiva carrera en el béisbol profesional, tanto en las Grandes Ligas como en la pelota local con las Águilas, equipo que lo cambió a los Leones por Raúl Mondesí el 10 de octubre de 2000.

Mencionar, asimismo a los Javier, otrora jugadores del béisbol profesional de las Mayores y el béisbol otoño-invernal. Don Julián fue inducido al pabellón en 1978, mientras que su hijo Stanley fue escogido en 2009.

No solo es béisbol

El tenis de mesa y el atletismo han sido parte de la historia en acoger hijos después que sus padres fueran seleccionados para la inmortalidad como propulsores.

Tal es el caso de Mario Álvarez Soto, figura estelar del tenis de mesa dominicano y quien fuera ingresado en el ceremonial de 2005. Su padre Mario Virgilio –Cuchito- Álvarez fue exaltado como propulsor en la entrega de 1993. Asimismo, está Tomás José –Tomasito- Binet Mieses, quien se destacara en salto de pértiga, lanzamiento de jabalina, disco, así como la pesas.
También se distinguió notablemente en voleibol, béisbol y baloncesto.

Su padre, Tomás Binet Ramírez ingresó al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano como propulson en 1972.

Parientes

Felipe y Moisés no están solos en el nicho de la inmortalidad. Ambos se hacen acompañar de Mateo y Jesús Rojas Alou, quienes fueron seleccionados en los ceremoniales de 1983 y 1988, respectivamente. Mientras que a los Álvarez se les suma Fernando Arturo Soto, suegro y abuelo de Cuchito y Mario. Soto fue inducido como propulsor en 1974.

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