Carlos busca un puesto en la rotación de San Luis y Dellin recuperar la forma dominante que mostró con los Yanquis

Ambos vienen de temporadas que se vieron afectadas por las lesiones y de ellos se espera bastante en la próxima jornada de las Mayores que se iniciará el próximo día 26. Para Carlos Martínez y Dellin Betances, el 2020 será un año de retos.

Martínez estaba señalado para formar parte de la rotación de los Cardenales de San Luis, que en 2017 recibió un contrato de esta organización por cinco años y 51 millones de dólares. Pero su hombro de lanzar le ha dado problemas en años recientes y cuando todo apuntaba a que se recuperaría por completo, llegaron noticias negativas sobre su progreso y fue en mayo que pudo debutar con los Pájaros Rojos de la División Central de la Liga Nacional.

En lugar de comenzar partidos, el nativo de Puerto Plata fue mandado al relevo. Mientras los reportes del entrenamiento indican que Martínez aún podría regresar al rol de cerrador, la meta del dominicano es la de iniciar encuentros, ya que hay una vacante en la rotación de la tropa.

Ahí es donde el dominicano quiere estar junto a Jack Flaherty, Dakota Hudson y el veterano Adam Wainwright.

Hasta el momento se ha mostrado en mejor forma física que en 2019, cuando hubo fatiga en su brazo de lanzar y tuvo que recorrer un largo camino para retornar a la acción.

Los Cardenales quisieran ver al serpentinero que entre 2015 y 2017 fue en dos ocasiones al Juego de Estrellas y ganó 42 partidos y perdió 27 con promedios de carreras limpias de 3.01, 3.04 y 3.54, respectivamente. En 2016, Carlos ponchó a 217 rivales, la cifra tope de su carrera en una serie regular.

Martínez, de 28 años, ganará 11 millones 700 mil dólares en este 2020. San Luis, por encima de todo, lo quiere en condiciones óptimas para que aporte ya sea como el relevista de cierre o dentro de los que abren juegos cada cinco días la mayor parte del tiempo.

En lo personal, está el estímulo de volver a la estelaridad en el negocio.

Recuperado

El caso de Betances fue todavía más complicado. Estuvo prácticamente todo el 2019 fuera por lesiones y cuando pudo retornar a los Yanquis, fue una especie de debut y despedida.

Durante cinco meses y medio estuvo rehabilitándose del hombro derecho y de otros inconvenientes. Luego entró a juego contra Toronto y tras ocho lanzamientos su temporada había acabado por una lesión en el tendón de Aquiles.

Para esta contienda pactó con los Mets, que le dieron un contrato por una campaña y 10 millones y medio de dólares.

La meta es que se asemeje al relevista que entre 2014 y 2017 fue a cuatro Juegos de Estrellas con los Yanquis. Fueron contiendas en las que alcanzaba al menos 100 ponches y era una especie de “cheque al portador” para silenciar a la oposición.

Los Mets quieren que el veterano de 31 años de edad vuelva a ser garantía de dominio en esas entradas finales de la venidera contienda.

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