Al menos diez personas han fallecido este miércoles tras el choque de una camioneta en una carretera al sur de Texas. Las autoridades del condado de Brooks creen que las víctimas son migrantes que habían cruzado recientemente a Estados Unidos desde México.

La frontera entre ambos países está a 130 kilómetros del sitio del accidente, que dejó otros 12 heridos después de que el automóvil en el que iban 25 personas perdiera el control y se impactara contra un poste alrededor de las cuatro de la tarde.

Este incidente engrosa una larga lista de episodios mortales donde migrantes pierden la vida tras su cruce fronterizo. Sucede en un momento donde el flujo migratorio vive uno de sus mayores niveles en más de una década.

Urbino Martínez, el alguacil del condado de Brooks, ha dicho en una conferencia de prensa que algunos testigos describieron que la camioneta intentó doblar a la derecha en una intersección de la autopista 281 a la altura del poblado de Encino, al sur de Falfurrias.

El conductor, quien está entre los fallecidos, perdió el control del volante pues la camioneta casi excedía el doble del límite de pasajeros. Martínez subrayó que ninguna autoridad, ni la patrulla fronteriza ni del Departamento de Seguridad Pública, perseguían al coche al momento del incidente.

La cancillería mexicana ha informado la noche de este miércoles que el consulado de McAllen ha iniciado los protocolos de protección para confirmar si algunos de los heridos o fallecidos eran de nacionalidad mexicana.

Este accidente sucede exactamente una semana después de que el gobernador de la entidad, Greg Abbott, ordenara a la policía estatal detener a automóviles bajo la sospecha de estar transportando migrantes ilegales.

La orden ejecutiva, que despertó mucha polémica, permitía a las autoridades del Departamento de Seguridad Pública dirigir a los vehículos hacia una garita migratoria para ser inspeccionados o incautados si el conductor se negaba a la revisión.

Abbott defendió su medida argumentando que estaba dirigida al combate a la covid-19. El mandatario local, un republicano del ala dura y cercano a Donald Trump y a sus políticas migratorias radicales, se opone a imponer las mascarillas obligatorias en un Estado que tiene una tasa de vacunación de 44%.

Este martes, sin embargo, un juez federal bloqueó temporalmente la medida considerándola discriminatoria.

El accidente en el condado de Brooks coincide con un agudo repunte de la migración ilegal en el sur de Estados Unidos. El país norteamericano informó que entre octubre de 2020 y junio de 2021 han sido detenidos 1,2 millones de personas en la frontera.

 Es la cifra más alta en 15 años. Parte de la intensa actividad ha sido provocada por una norma instaurada por Trump en la pandemia, que permite deportar rápidamente a los migrantes capturados en la frontera.

Esta moratoria ha hecho que muchos de los expulsados vuelvan a intentar a hacer el viaje casi de forma inmediata, lo que multiplica de forma exponencial los riesgos de un viaje de por sí peligroso.

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