Las batallas políticas que se han librado en los últimos cuatro años se han desarrollado en pactos cruzados entre el liderazgo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y luego de la división del PLD y el surgimiento de la Fuerza del Pueblo (FP), entre este partido y el PRM en contra del PLD y el sector de Hipólito Mejía.
El último hecho sobre esa realidad se produjo con la selección de los miembros de la Junta Central Electoral (JCE), proceso en el que Fernández y su partido apoyaron la propuesta del presidente Luis Abinader de integrar el órgano con figuras independientes de la militancia política partidista. Así, la integración del órgano provocó ronchas en el PRM pues el exvocero de Hipólito Mejía, Eddy Olivres, buscaba ser elegido presidente y en sus aspiraciones contó con el apoyo, aunque confuso, del expresidente.
De donde Olivares recibió un apoyo militante fue del PLD que incluso lo propuso en el Senado para presidir la JCE. Finalmente, el órgano quedó dirigido por Román Jáquez, a quien el PLD se opuso radicalmente acusándolo de parcialidad, primero con el PRM y luego con Leonel Fernández.
En una declaración el 6 de septiembre el Comité Político acusó a Jáquez de parcializarse con el PRM para que lo colocara al frente de la JCE, pero posteriormente, se varió ese discurso, y desde el PLD se acusó a Jáquez de estar apadrinado por Fernández y que por eso el TSE declaró inconstitucional el artículo de la Ley de Partidos que prohibía al expresidente presentarse como candidato en las pasadas elecciones.
En ese match, Mejía emitió una comunicación diciendo que apoya la posición oficial del PRM de que a la JCE no fuesen figuras con vínculos partidistas, pero en declaraciones verbales posteriores se alejó de esa posición. Los nuevos integrantes de la JCE además de Jáquez, son Ramón Vallejo Santelices, Dolores Fernández, Patricia Lorenzo y Samir Chami Isa, este último con vínculos afectivos con el expresidente Mejía.
Alianza Fernández /Abinader ha tenido resultados
La alianza política y coyuntural entre Fernández ha tenido éxito desde la oposición aunque quien ha cosechado electoralmente ha sido el PRM. Ambos detuvieron la reforma constitucional, las primarias abiertas y simultáneas y exigieron transparencia ante la suspensión de las elecciones del 16 de febrero por el fallo en el sistema de votación.
La alianza entre Abinader y Fernández inició con la oposición radical a la aprobación de primarias abiertas y simultáneas en la Ley de Partidos la que lograron parar en la Cámara de Diputados. Continuó con la oposición a la reforma constitucional que incluyó dos marchas multitudinarias frente al Congreso que estaba militarizado por las constantes manifestaciones.
Ninguna de esas alianzas políticas contó con el apoyo del expresidente Hipólito Mejía en el PRM, quien hizo causa común con el expresidente Medina cuando gobernaba. Cuando el PLD se dividió y se fundó la FP, el PRM hizo una alianza para 24 senadurías conjuntas bajo el lema “por un Senado plural”, y ese acuerdo fue rechazado en un comunicado público por la secretaria general del PRM, Carolina Mejía, hija del expresidente.
El acuerdo se extendió a lo municipal y hay quienes afirman que el PLD dio poco apoyo al candidato a la alcaldía de la capital, Domingo Contreras, lo que benefició a Carolina.
Las decisiones por venir reafirmarán los acuerdos
Hay decisiones importantes por definir como la composición de la Cámara de Cuentas y el Defensor del Pueblo, decisiones que requieren las dos terceras partes del Senado y el PRM solo no cuenta con esos votos por lo que habría que ver si vuelve a repetir un acuerdo con la Fuerza del Pueblo que tiene ocho votos. Más aún, la decisión de la segunda mayoría en el Senado garantiza un voto en el Consejo Nacional de la Magistratura que tendrá que reunirse en diciembre para elegir cuatro jueces del Tribunal Constitucional. Habría que observar a quién el PRM da ese voto, aunque de entrada se observa que los alegatos del PLD de reclamarlo tienen poco fundamento. Pero además, el PLD ya tiene tres votos asegurados en elCNM, por lo que estratégicamente al PRM no le favorecería quedar en igualdad de condiciones para decidir la composición de los órganos extrapoder. Para el próximo año, el CNM tendrá que elegir los jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) cuyo período vence en julio del 2021. En su comunicado de rechazo a los nuevos miembros de la JCE, el PLD advirtió que de los acuerdos entre la Fueza del Pueblo y el PRM podrían repetir la experiencia de elegir sin consenso a los miembros de esos órganos, como afirman ocurrió con la JCE.
