Las academias no llegan a un consenso sobre exigir tarjeta de vacunación a los estudiantes para ingresar al campus

Las inscripciones están abiertas para iniciar un nuevo período en el calendario académico. Los salones que por más de un año estuvieron cerrados volverán a abrirse para dar paso a un modelo semipresencial marcado por la incorporación de herramientas tecnológicas y el debate de si es inconstitucional o no exigir a los miembros de la comunidad universitaria estar vacunados contra la covid-19 para entrar a las aulas.

En esta nueva realidad, las plataformas educativas en línea aparentan ser las principales aliadas de las universidades en el desarrollo de actividades formativas; y aunque cada centro de estudio superior “tiene su librito”, algunos de los más conocidos adecuaron su oferta académica a tres modalidades: virtual, semipresencial y presencial, según la naturaleza de las asignaturas.

Tomando en cuenta que la presencia de estudiantes en el campus estará limitada en número y compelida al cumplimiento de un estricto protocolo para reducir los riesgos de contagio Sars-Cov-2, varias universidades apuestan a la implementación de “aulas conectadas” que permitirán la docencia presencial y remota al mismo tiempo.

El Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y la Universidad Iberoamericana (Unibe), son algunas de las instituciones nacionales de carácter académico que creen en este concepto.

En el caso de Intec, muchas de sus aulas fueron dotadas de cámaras y equipo de sonido, de manera que los alumnos puedan interactuar en tiempo real, independientemente de si se encuentran en modalidad virtual o comparten espacio físico junto a su profesor.

De su lado, la UNPHU equipa sus salones con Poly Studio X30 y pantalla táctil TC8, mientras Unibe utilizará pizarras inteligentes, audios y videos que permitan al docente compartir el contenido con los presentes y los que están en línea.

Indistintamente de la modalidad que se implemente, si en algo coinciden representantes de universidades consultadas tanto privadas como la estatal es que la virtualidad llegó para quedarse.
Ciertamente, previo a la pandemia, algunas casas de estudios superiores habían dado los primeros pasos hacia la docencia en línea con el desarrollo de maestrías, lo que resultó para algunas como un entrenamiento, sin prever que se acercaban al gran salto a lo digital impulsado en un contexto de pandemia.

En palabras del rector interino de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), David Álvarez, la forma de enseñar en entornos virtuales “venía desde antes, lo único que creíamos es que este estado de las cosas iba a ocurrir en diez años, pero ocurrió en un fin de semana”.

Su reflexión emerge al recordar ese viernes 20 de marzo del 2020, fecha del cese de las actividades presenciales en el campus universitario.

“Cerramos el viernes y el lunes teníamos que estar en plataforma. Ese fin de semana no dormí”, agrega el también vicerrector académico.

La incertidumbre era generalizada en el ambiente académico. Salvar el semestre o cuatrimestre sin comprometer la salud de la “familia universitaria” se convirtió en el gran desafío y en esa búsqueda de alternativas apresurada se apostó a la creación y fortalecimiento de entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje.

Fue en ese contexto que “las aulas virtuales”, que ya existían antes de la pandemia, junto a otras herramientas, se fortalecieron para migrar los contenidos de formación y no detener la preparación de miles de estudiantes; y en este nuevo periodo del calendario académico que se aproxima tendrán un rol trascendental.

Conforme a lo expuesto por José Altagracia Hazim, rector de la Universidad Central del Este, desde antes de pasar a la educación a distancia, las aulas virtuales han servido de apoyo en las tareas curriculares.

El también presidente de la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades (ADRU) enfatiza en que lo importante aquí no es el recurso a utilizar. “Lo que garantiza la calidad en la educación a distancia no es la plataforma, sino el uso que le dan los docentes y estudiantes”, sostiene.

Para el desarrollo de las actividades sincrónicas y lograr la interacción entre docentes y estudiantes, la mayoría de centros implementaron el uso de herramientas como Microsoft Teams, Zoom, Skype, servicio de correo electrónico Outlook y la red de comunicación social WhatsApp.

Pero esta transición tanto para estudiantes, como para el cuerpo docente no ha sido tarea fácil, por lo que garantizar el acceso a los contenidos virtuales a estudiantes de todos los estratos sociales sigue siendo una asignación pendiente, sobre todo cuando la instrucción es la implementación de un modelo híbrido donde confluya la presencial y lo virtual.

“A veces la data que teníamos era un poco deficiente, la electricidad se nos iba y el teléfono se nos descargaba. Las deficiencias eran tanto de nuestra parte como en el dispositivo del maestro”, cuenta Joel Jiménez, estudiante de Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

No obstante, el joven estudiante valora la experiencia como positiva. De no conocer la herramienta UASD virtual pasó a ser un usuario de la misma.

En compra de softwares y capacidad de almacenamiento para actualizar y reforzar su plataforma la academia estatal invirtió aproximadamente RD$ 1,100 millones, para contar 13,400 aulas virtuales de grado y posgrado, conforme a lo anunciado por la rectora Emma Polanco en septiembre del 2020.

“La plataforma oficial es Moodle y también tenemos Microsoft Office 365, Google Mix y Zoom, con una capacidad instalada para 360 mil usuarios, garantizando que en lo adelante los universitarios disfrutarán, con legítimo orgullo, de facilidades nunca vistas en la UASD y probablemente en ninguna otra entidad de su naturaleza en la República Dominicana”, dijo Polanco al encabezar la investidura virtual de grado y posgrado correspondiente al Centro La Vega.

De acuerdo con informaciones suministradas a este medio por la vicerrectoría docente, en los próximos días el Consejo Universitario se reunirá para estudiar propuestas y producir una resolución que rija la modalidad a implementar en el próximo semestre.

Sin embargo, la casa de altos estudios informó a través de un comunicado a mediados de junio que el próximo semestre que inicia en septiembre contempla la docencia semipresencial para las materias que requieren laboratorios y para los alumnos de Medicina. Para esa fecha la UASD había recibido la solicitud de ingreso de 22 mil nuevos estudiantes.

En más de una ocasión, la rectora ha destacado los esfuerzos realizados en la implementación de entornos virtuales de aprendizaje para más de 220 mil alumnos.

Para este nuevo periodo, las universidades continuarán invirtiendo en la innovación. Por ejemplo, la UNPHU, con un total de 9,006 estudiantes matriculados en ambos recintos (Santo Domingo y La Vega), seguirá utilizando y fortaleciendo su plataforma virtual, basada en el LMS MOODLE en su versión más actualizada y otras herramientas como la plataforma Aleks para la enseñanza de matemáticas.

También incorporaron el uso de simuladores para el área de negocios, ingenierías y laboratorios virtuales para ciencias. Asimismo, pone a disposición de estudiantes y profesores diversas bases de datos que han garantizado el acceso a libros y revistas relacionadas a su área de formación. Estas son: Scopus, EBSCOhost (plataforma perteneciente a EBSCO Publishing que da acceso a 21 bases de datos multidisciplinarias y especializadas, a texto completo), e-libro y Teeal.

En tanto, desde el cuatrimestre septiembre- diciembre 2020 la PUCMM, apuesta al modelo pedagógico “aula invertida”, donde la mayor parte de las actividades se desarrollan en la plataforma virtual y los salones físicos se reservan para el debate de ideas.

INTEC prepara sus espacios para recibir a sus estudiantes.

¿Quiénes entrarán a las aulas?

En lo que no parece haber un criterio unificado, es en si es obligatorio estar vacunado contra el coronavirus para entrar al campus, posición que muchos tildan de violatorio al derecho a la educación.

Recientemente, el Ministerio de Educación Superior Ciencia y tecnología (MEScyT) avivó el debate al publicar en sus redes la siguiente información: “Las instituciones de educación superior ofertarán sus servicios sin obligar a los estudiantes a que se vacunen. Los estudiantes vacunados recibirán la docencia mediante la modalidad presencial y los no vacunados podrán recibirlas de manera virtual”.

En la primera semana de junio, las asociaciones de universidades y el propio MESCYT firmaron un acuerdo, en el cual se exige como requisito que “para el retorno a las aulas y espacios de nuestros campus que estudiantes, profesores, personal administrativo y de apoyo estén debidamente vacunados contra el covid-19 y puedan mostrar la evidencia correspondiente”.

La obligatoriedad de la vacunación sin consenso

Pese a haberse pactado el compromiso por parte del MESCYT y asociaciones que agrupan academias de estudios superiores, algunas universidades consideran que la tarea de esos centros es realizar un trabajo tesonero en crear conciencia de la importancia de vacunarse contra la peligrosa enfermedad. En esa línea, están la PUCMM y Unibe.

¿Si no estoy vacunado y no me quiero vacunar puedo ir a clases presenciales? Es una pregunta frecuente en la plataforma Unibe. La respuesta es la siguiente: “Vacunarse es una responsabilidad propia y de cuidado con tus compañeros y profesores, es un acto voluntario que reduce las posibilidades de ingresar a cuidados intensivos, sufrir complicaciones de salud o morir a causa del virus”.

Vacunación

No puedo permitir que a la PUCMM la demanden, no puedo obligar a nadie a vacunarse; eso sí, la campaña nuestra para que la gente se vacune es intensa”
David Álvarez
Rector de la PUCMM
Si se determina que eso viola el derecho constitucional, tengo que decir que nada está por encima de nuestra Carta Magna”
José Altagracia Hazim
Presidente de Adru

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