Monte Plata. – La Junta del distrito Municipal de Yamasá, dirigida por Nelson Acevedo Alvarez , dio el primer picazo para la construcción de un moderno Palacio Municipal, que alojará las oficinas administrativas de esa institución y honrará la figura de la asesinada líder campesino Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó).
La infraestructura será levantada en la parte céntrica de esa demarcación.
El acto fue presidido por el director de la Junta Distrital, Acevedo Álvarez (Pilanco), quien dijo a la prensa que “la obra está siendo iniciada el día que ese distrito cumple su 12 aniversario de haber sido elevado de sección a distrito, y el precio de esta obra será de RD$16.0 millones.
La obra estará culminada en un lapso de tiempo de un año, contando con parqueos, oficina para el director, los regidores, sala de conferencia, oficinas para servicios, entre otros.
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Juan, Lioncito Jose (Tito), valoro la decisión de la construcción como iniciativa muy importante porque es un símbolo tener una casa de la municipalidad, “que es una obra que quedará tras los pasos de los años para todos los munícipes, esta será una obra cumbre”.
Mientras que el alcalde de Yamasá Ramón Bisino (Neno), y la gobernadora de Monte Plata, Rafaela Javier Gomera, felicitaron al director Pilanco, por tomar la decisión de construir una infraestructura como la mencionada.
En el acto también habló el Director Ejecutivo de La Federación Dominicana de Distritos Municipales (FEDODIM), Pedro Richardson, un vocal, y una serie de personalidades. Durante el primer picazo de la obra asistieron personalidades de ese distrito.
Honrar a Mamá Tingó.
Honrar a Mamá Tingó
Con la obra, las autoridades edilicia buscan además honrar y perennizar a Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó), icono de la lucha campesina u defensora de los derechos humanos.
La líder campesina nació el 8 de noviembre de 1921 y fue asesinada a los 53 años luchando contra el despojo injustificado de tierras a la población campesina residente en Hato Viejo (Yamasá), durante el segundo gobierno de Joaquín Balaguer.
Se recuerda que a principios de 1974, el terrateniente Pablo Díaz Hernández, reclamó las tierras donde vivían y trabajaban desde hacía más de medio siglo, el campesinado de Hato Viejo y la familia de Mamá Tingó.
La poca escolaridad no la limitó en su lucha por la defensa de sus derechos y en particular el derecho a la tierra.
Asumió con coherencia aquello de que “la tierra es de quien la trabaja”.
El hacendado alegaba que había comprado las tierras, mientras que Mamá Tingó que pertenecía a la Federación de Ligas Agrarias Cristianas, FEDELAC, y encabezó la lucha de los campesinos de Hato Viejo que consideraban que habitaban su tierra y que habían trabajado durante más de medio siglo.
La edad no la limitó, sino que le dio más fuerza y participó con valor en la dirección de las movilizaciones y luchas realizadas por los campesinos
