Esperan que empiece el remozamiento del centro. Piden personal de salud, administrativo y limpieza

En momentos en que piensan que lo han perdido todo, los enfermos de lepra reciben diariamente del Leprocomio Nuestra Señora de Las Mercedes todas las atenciones necesarias para seguir viviendo.

El centro localizado en Nigua se ha convertido en la casa de acogida de todas las personas que padecen la enfermedad de Hansen en la República Dominicana.

Así lo informó su directora, Sor Gelen Taveras, quien declaró a este medio que en la actualidad tienen a 17 individuos con lepra viviendo en las instalaciones con edades comprendidas entre los 26 y 85 años.

Dijo que a estos pacientes no solo les brindan alimentos y medicamentos para tratar la afección, sino también el cariño que dejan de recibir de parte de familiares y amigos que temen resultar infectados con la patología cutánea.

“La parte física, pasarle la mano, darle un beso, felicitarlos por su cumpleaños, (…), esa la suplimos nosotros”, expresó la hermana, al destacar que muchos son abandonados por sus allegados.

Para Taveras, el repentino desinterés de estas personas por conocer el estado de un familiar es producto de la dejadez, ya que tienen conocimiento de que la lepra no se contagia cuando se inicia un tratamiento.

Informó que también atienden a 23 individuos que padecen la condición de salud pero que están en sus casas, entregándoles alimentos, medicinas y material curable para sanar heridas.

Labor social

Aunque el establecimiento sanitario cuya historia se remonta al año 1922, con la llegada de la Congregación de las Hermanas Mercedarias a la referida demarcación luego de la clausura del hospital San Lázaro en la Ciudad Colonial, se ideó para trabajar con las personas infectadas con lepra, en estos tiempos colaboran con todo el que necesite ayuda para poder subsistir.

Sor Gelen sostuvo que suelen compartir con los vecinos; comidas, pañales, toallas, insumos de limpieza y hasta fármacos, sobre todo para quienes presentan problemas de presión arterial.

“La gente entiende que aquí pueden encontrar cosas y vienen donde nosotros (…), el que entra por esa puerta no se va con las manos vacías”, resaltó Taveras, quien ya tiene cuatro años al frente del lazareto.

Infraestructura

La edificación del local que hoy alberga el centro desde 1987 presenta una serie de grietas y filtraciones que hacen que el lugar sea inhabitable para quienes residen allí.

La religiosa manifestó que ya tienen dos nuevos pabellones de habitaciones que fueron construidos por la embajada de Japón listos para utilizarse; sin embargo, indicó que esperan que el Gobierno cumpla con la promesa de construir un nuevo comedor y cocina.

Detalló que tienen en su poder unos 17 millones de pesos que fueron otorgados por el Estado para la remodelación del leprocomio que está previsto a iniciarse la próxima semana, con el que también se remozarán las áreas de cura, farmacia y consulta.

Carencias

La falta de personal médico, administrativo y de limpieza se ha convertido en una carga para el centro, pese a que en reiteradas ocasiones han pedido al Servicio Nacional de Salud (SNS) aumentar la cantidad de empleados.

Sor Gelen explicó que solo la ausencia de conserjes los ha llevado a pagarle a personas con los recursos de la institución para que mantengan en condiciones óptimas los espacios.

Lamentó que pese a la demanda de más servidores sanitarios, el SNS aún no haya dado respuesta a sus reclamos.

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