El general del ejército estadounidense Austin Miller, derecha, estrecha la mano del general Marchio durante la ceremonia de cambio de mando en el cuartel Resolute Support, en Kabul, Afganistán, el domingo 2 de septiembre de 2018. (AP Foto/Massoud Hossaini)
El general del ejército estadounidense Austin Miller, derecha, estrecha la mano del general Marchio durante la ceremonia de cambio de mando en el cuartel Resolute Support, en Kabul, Afganistán, el domingo 2 de septiembre de 2018. (AP Foto/Massoud Hossaini)

KABUL — El general del ejército estadounidense Austin Miller asumió el domingo el mando de la misión que desempeñan 41 naciones de la OTAN en Afganistán.

Miller relevó al general John Nicholson, quien ocupó el cargo durante más de dos años, en un acto al que asistieron altos funcionarios afganos y embajadores extranjeros.El traspaso de poderes ocurre en un momento en que las fuerzas afganas atraviesan problemas para contener a un Talibán en ascenso y a una filial del grupo extremista Estado Islámico cada vez más poderosa. Los talibanes controlan varios distritos en todo el país, y ambas milicias perpetraron una incesante oleada de ataques en los últimos meses.“El mundo reconoce que Afganistán no puede ser un refugio seguro para el terrorismo, el mundo reconoce que no podemos fallar. Sé que ésta ha sido una lucha larga, de generaciones para nosotros, para el pueblo afgano”, dijo Miller, que encabezaba el Mando Conjunto de Operaciones Especiales.

Nicholson exhortó al Talibán a que acepte la oferta del gobierno para una tregua y reanudar las negociaciones de paz, diciéndole que “ustedes no necesitan seguir matando a sus compañeros afganos”.

La misión de la OTAN en el país, iniciada hace casi 17 años, comenzó con la invasión liderada por Estados Unidos que derrocó a los talibanes tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Washington y la alianza atlántica finalizaron formalmente su misión de combate en 2014, pero siguen asistiendo a las fuerzas afganas.

Hamdullah Mohib, asesor de seguridad nacional de Afganistán, reconoció los reveses, diciendo “tenemos la nariz ensangrentada, pero no estamos derrotados”.

En otro suceso el domingo, al menos cuatro personas resultaron heridas después de que su vehículo fue detonado por medio de una bomba lapa en la capital Kabul, según Nasrat Rahimi, portavoz del Ministerio del Interior, quien dijo que la explosión ocurrió cerca del área diplomática de la capital.

“Los cuatro heridos fueron trasladados a un hospital, y su vida no corre peligro”, señaló.

Nadie se adjudicó la responsabilidad del ataque, pero tanto los insurgentes del Talibán como los extremistas del Estado Islámico están activos en la zona.

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