Con el Sermón de las 7 Palabras, los sacerdotes develan que esperaban más de las autoridades y la sociedad

La tradicional reflexión del Viernes Santo, denominada El Sermón de las 7 Palabras de Cristo en la Cruz, este año no escatimó problemas ni ejemplos sobre la falta de responsabilidad, ética, valores y conciencia que está caracterizando el accionar del Gobierno, los medios de comunicación, la familia dominicana y numerosos ciudadanos que se consideran por encima del bien y del mal.

Hubo críticas al aborto, a las cancelaciones masivas, al abandono de los hijos, al chantaje mediático de algunos periodistas a cambio de dinero, a la corrupción, al arrebato del derecho que tienen los más pobres a tener una vida digna en medio de la pandemia del Covid-19, a la falta de oportunidades de jóvenes que lograron graduarse en las universidades y a las miserables condiciones salariales de los policías y los bomberos del país.

La meditación estuvo presidida por monseñor José Amable Durán, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo domingo y se llevó a cabo en la Catedral Primada de América.

Escogidos previamente, siete sacerdotes que trabajan en diferentes parroquias de la capital analizaron la realidad económica, social, política y religiosa del país, conforme a la visión de la Iglesia Católica. Hicieron la reflexión inspirados en las últimas palabras que pronunció Jesucristo antes de morir.

“Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”

1 El padre Pelagio Taveras, de la parroquia San Vicente de Paúl, censuró la indiferencia de las autoridades frente a los que tienen menos recursos económicos para enfrentar los desafíos que plantea la pandemia del Covid-19.

“Cuando se defrauda la esperanza de todo un pueblo que elige para tener una mejor vida y al contrario, se le quitan sus derechos a tener una vida digna”, clamó el sacerdote por perdón para los gobernantes, convencido de que desconocen el alcance y las consecuencias de esa decisión.

Asimismo, el religioso se lamentó de que las autoridades endeuden a la nación y el pueblo no disfrute de esos recursos, pero tenga que pagarlos con altos impuestos.

Rechazó, además, que las calles sean invadidas por delincuentes y la gente no pueda andar con un celular sin ser asaltado porque no se le pone freno a la delincuencia, así como el ruido que hacen numerosas personas con música a todo volumen en los barrios, ante la mirada indiferente de las autoridades, sin importar que los niños estén tomando clases, ni que haya enfermos en las casas.

“Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”

2 La promesa que Jesús hizo al ladrón arrepentido fue el punto de partida de la reflexión presentada por el sacerdote Tomás García, quien manifestó que si bien República Dominicana es un paraíso por sus bellezas naturales y gente hospitalaria, no lo es menos que dista mucho de ser un referente de lugar donde habita Dios “por la corrupción, la desigualdad social y la pandemia del coronavirus”. Declaró que en este último año “son muchas las soledades, distanciamiento que hemos tenido que afrontar y debemos seguir afrontando, mucho el dolor y sufrimiento que no comprendemos, mucha la angustia y la incertidumbre de no saber qué va a pasar. En los que han perdido a un familiar o un ser querido y en los que se han quedado sin empleo”.

“He aquí a tu hijo; he aquí a tu madre”

3 En la misma línea del Papa Francisco, el padre Luca Burato sostuvo que cuando el hombre no tiene una ética que le ponga límites, se enferma y comienza a usar mal su libertad.
Desde su punto de vista, solo así puede entenderse que se dé más atención, cuidado y respeto a la vida de un animal que a la vida de un ser humano que está formándose en el vientre de su madre.

Y también la preponderancia de lo que llamó la “cultura de la muerte”, promovida por los que defienden el aborto, la eutanasia y la eugenesia, que niega espacio en el mundo a niños con Síndrome de Down; la ciencia sin moral, el ateísmo o la perspectiva de género entendida como una construcción de la persona que puede “autodefinirse con el tiempo a pesar de que la genética o la biología de mi cuerpo contradiga lo que pienso o percibo”.

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”

4 El padre Joel Villafaña Nicolás instó a las autoridades civiles y políticas a iniciar un diálogo que impulse un crecimiento integral de la sociedad, en lugar de buscar culpables por el abandono familiar, social, político, económico y religioso que vive el país y que, a su juicio, se ve reflejado en los asesinatos, robos, agresiones físicas y verbales que ocurren a diario en diferentes puntos de la geografía nacional.

Propuso la despolitización gradual de las instituciones, “que no tengamos que vivir los dramas de cancelaciones masivas cuando haya cambios de gobiernos, si se supone que todos somos dominicanos y el gobierno es de todos nosotros, independientemente del color del partido”.

Asimismo, el mantenimiento de una educación ciudadana continua. “Que así como se invierten millones en publicidad para convencer a la gente, así mismo se invierta en publicidad educativa, donde la ciudadanía se les motiva a trabajar, a ser feliz en familia, a cuidar el medio ambiente, a manejar un vehículo de forma adecuada”.

El religioso destacó la necesidad de que toda la sociedad escuche el grito de los policías, los bomberos, los enfermos mentales y los jóvenes que estudian, pero que luego no tienen oportunidades porque “el prometido primer empleo o empleo digno se olvida”.

“Tengo sed”

5 Al analizar esta breve oración, el padre José Apolinar Castillo deploró la agresividad de sectores que fomentan prejuicios y odios contra quienes profesan la fe católica los valores.

“Quienes profesamos la fe sentimos hoy la embestida febril de formas insólitas de agresividad, de insultos, maltratos, descalificaciones, latigazos verbales con el fin de manipular nuestra conciencia para obligarnos a que pensemos como ellos”, expresó como testimonio.

Sostuvo que ante esos circuitos que facilitan la difusión de informaciones y noticias falsas, “el Papa Francisco nos invita a reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”.

Indicó que el énfasis debería promover la dignidad de cada persona humana. “Es penoso ver que la persona ya no es tenida como un valor primario que hay que respetar y amparar, sobre todo cuando son pobres o discapacitadas, como los ancianos”, manifestó el padre Castillo, tras lamentar el hecho de que sólo un sector de la humanidad viva sin límites, mientras el resto se entienda sacrificable para beneficiar a un grupo privilegiados.

“Todo está consumado”

6 El padre Victoriano de la Cruz criticó la falta de firmeza y compromiso que caracteriza a numerosos cristianos ante las dificultades que les presenta el camino de su realización personal. “Abandonamos la Iglesia, no estamos dispuesto a luchar por la familia, pensamos que no vale la pena tanto esfuerzo y que todo está perdido, que es mejor no intentarlo porque las cosas no pueden cambiar para bien”.

Y a seguidas, puso otro ejemplo. Esta vez más controversial: “Si no existieran mujeres dispuestas a abortar no estaríamos discutiendo sobre la maldad o bondad de las causales”.

Recordó que Jesús mostró una fidelidad inquebrantable a la razón de ser de su existencia: servir a sus semejantes hasta dar la vida por ellos, sin que eso significara que estaría libre de ser tentado por fuerzas malignas.

“Fueron múltiples los obstáculos que tuvo que afrontar, los suficientemente grandes como para desanimarle y hacerle renunciar a la meta: traicionado por los suyos, calumniado, negado, despreciado, abandonado, vendido, golpeado, escupido, pisoteado… pero Jesús no se rindió, fue perseverante y luchó con todas sus fuerzas hasta el final”, comentó el sacerdote.

“Perseverar, contra toda adversidad, en la voluntad de Dios, poniendo nuestro mayor empeño, hasta que todo este consumado en nuestra vida”. Ese es el mensaje fundamental que comunicó el padre De la Cruz, durante la reflexión de la sexta palabra.

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”

7 Durante la celebración religiosa, la acusación que hizo el padre Arsenio Ferreira Rosario fue contundente.

Denunció que hay un grupo de periodistas que se dedica a investigar los negocios que puedan estar desarrollando funcionarios públicos y empresarios con la finalidad de producir informaciones falsas para luego enviarles un emisario una alta suma de dinero para dejar de seguir atacándolos.

El sacerdote aseguró que “el chantaje o extorsión mediática” ocurre desde hace varios años en el país y que ahora está tomando cada vez más fuerza, “pues quienes la ejecutan son personas sin escrúpulos, que solo buscan dinero a toda costa y que no tienen reparos en decir a lo que se dedican”.

Alertó que se trata de “una bajeza total, un chantaje mediático que la población está percibiendo como algo normal y que no podemos permitir” porque son personas que reniegan de Dios y de la patria, “a las que solo les interesa saciar sus apetencias de lujos y vida cara a costillas del chantaje, la manipulación y la tergiversación de informaciones”.

A propósito de que hoy se celebra el Día del Periodista, el padre Ferreira consideró que la sociedad dominicana debe impedir que se empañe el verdadero espíritu de una profesión tan importante para la democracia.

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