El Gobierno es el adversario natural de la prensa. Por muy democráticos que parezcan, los hombres de Gobierno terminan siendo dominados por la intolerancia.

Con esta contundente afirmación, el destacado periodista Miguel Guerrero introduce su más reciente libro: Jaque a la Libertad, obra que pondrá a circular hoy 23 de febrero, a las 6:30 p.m., en el auditorio de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).

Obligados a colegiarse

La historia refiere a la situación generada entre 1975 y 1991 por la pretensión del entonces Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales (SNPP) de crear un colegio de periodistas que hiciera necesario poseer un título de una escuela de periodismo e inscribirse en la entidad como un requisito obligatorio para ejercer el periodismo o llamarse periodista.

“No me opuse a la formación de un Colegio de Periodistas, sino al propósito de hacerlo obligatorio y condicionar el ejercicio de la profesión al requisito de pertenecer a él”, narra en su libro el prolifero escritor.

Precisa que aunque la colegiación obligatoria de los periodistas es ya cosa del pasado, el tema sigue vigente en otras profesiones liberales. Guerrero aclara que esta producción no cuestiona la existencia de los colegios. Lo que sí plantea es si el ejercicio de profesiones liberales, para los cuales se estudió, deba estar regido por pequeñas élites privadas, en las que casi siempre derivan.

“Ha quedado demostrado que ninguna de esas entidades ha mejorado la calidad del ejercicio profesional ni la situación económica de sus miembros. En el caso específico del periodismo llegó a decirse que un Código de Ética mejoraría el ejercicio y serviría para atrapar y condenar las malas prácticas. Pero en manos de élites, esos códigos sirven también para anular el ejercicio profesional y en el periodismo le bastaría a un colegio entregado a un gobierno aplicarle el código a sus críticos para sacarlos del ejercicio de la profesión, lo que me parece muy peligroso”, advirtió.

Gobierno no puede poner los límites

Entre sus reflexiones, destaca que los medios tradicionales de comunicación han dilatado la tarea de discutir la fijación de los límites de su responsabilidad, ejercicio esencial para la preservación de su propia independencia y reputación.

“Mientras más se postergue esa discusión más próximo estará el día en que un gobierno los fije. Ese día será la muerte de la libertad de prensa”, sentencia.

Portada del nuevo libro de Miguel Guerrero.

Una idea discriminatoria que no prosperó

Desde su convicción, la propuesta de obligación de colegiarse era discriminatoria, por cuanto se pretendía negarles a otros lo que ya tuvieron los que entrarían en base a esa categoría en la entidad. El proyecto, que finalmente entró en vigencia, puso fin en 1991 al conflicto al eliminarse la cláusula de obligatoriedad. El caso ocupó la atención de la prensa y la política nacional durante esos 16 años y el autor fue un testigo de esa gran lucha.

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