Santiago. El exteniente Fernando de los Santos, alias La Soga, a quien las autoridades le atribuían la muerte por sicariato de al menos 34 personas, algunas vinculadas al bajo mundo, fue asesinado de múltiples impactos de bala por parte de desconocidos cuando regresaba a su casa.

De los Santos, de 49 años, se dirigía su casa por la carretera que comunica a Camp David, en el sector Gurabo, cuando individuos a bordo de una motocicleta lo interceptaron en su vehículo marca Sonata, color negro, placa A856951, en el que viajaba. Las autoridades manejan la hipótesis de que presuntos sicarios mataron al exteniente policial, que adquirió la macabra fama de en condición de sicario haber dado muerte de al menos 34 personas, entre ellas un empresario raptado en San Francisco de Macorís.

La Soga fue llevado a prisión en dos ocasiones: una por la muerte de Elvis Sebastián Valerio Espinal y Luis Roberto Torres Ortega (Robert), por supuesto encargo de Joan Silverio Ureña (Yoan) y Bonel de Jesús Lanfranco Castro (Bonelly). Los cuerpos de las dos víctimas fueron hallados en la presa de Tavera.

El otro apresamiento fue por el porte de arma ilegal, por el que se le seguía un juicio.

Historial

En diciembre del 2018 el juez Cirilo Salomón, del Segundo Juzgado de Instrucción de Santiago, otorgó libertad con una garantía económica de cinco millones de pesos mediante una aseguradora y presentación periódica al exteniente y ordenó además la apertura a juicio de fondo, tras éste pasar varios meses en prisión con medida de coerción. En esa ocasión la Policía informó que La Soga había sido dado de baja de la institución en noviembre del 2011. De los Santos, quien deja huérfanos varios hijos procreados con distintas mujeres, permaneció durante 20 años en servicio.

A finales de la década de los años 90 La Soga integró junto a los otros agentes conocidos como Cabrerita (asesinado), Lopecito, Peniche, Peña, y La Cobrita, un equipo de “limpieza” que operaba dentro de la uniformada, el cual se dedicaba a ejecutar a alegados delincuentes con varias fichas acumuladas. “El que a hierro mata a hierro muere y él no podía morir sino de esa forma”, expresaron algunos residentes en el sector, mientras otros hablaban de su buen comportamiento y solidaridad. Juan Tomás Pérez, quien se encontraba cerca del lugar, dijo que al parecer alguien llamó a La Soga para que se detuviera y fue cuando llegaron los individuos por ambos extremos y empezaron a disparar.

Fueron recolectados 30 casquillos

El fiscal Mauricio Osoria, del Departamento contra Violencia Física, informó que el cuerpo de La Soga presenta múltiples impactos de bala en distintas partes del cuerpo. En tanto, que el vocero policial, coronel Juan Guzmán Badía, dijo que fueron recolectados 30 casquillos de armas calibre nueve milímetros en la escena del crimen. Aseguró que avanzan las investigaciones para determinar la causa y los responsables del hecho.

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