A 13 años de la inauguración del Metro de Santo Domingo y la revolución que significó a nivel de transporte público, ya se ponen en evidencia rastros de deterioro y desmejora en todo este sistema ferroviario metropolitano.
Al parecer, con la circulación de miles de pasajeros de forma diaria durante todos estos años, el desgaste dice presente por su uso habitual, donde este medio de desplazamiento ha pasado a ser parte de la cultura capitalina y con miras a extenderse a otras partes del país.

Es casi normal utilizar el Metro y abordar un vagón con daños en sus paredes donde se observa la pintura descascarada y rayada por el rose de elementos punzantes o simplemente por su desprendimiento natural por la humedad a través del tiempo.

Sin embargo, el desperfecto no solo es superficial y a nivel de del barniz o color que haga falta, sino también de pequeños huecos de esas paredes y que tras un pequeño acercamiento se aprecia que dentro habrían elementos importantes que componen todo el vagón.

Los usuarios a veces se percatan de la condición, pero no pueden hacer mucho al respecto por lo que continúan el viaje hacia su destino como de costumbre.

Averías en torniquetes de acceso

Una de las escenas que más se repiten a lo interno de una parada del Metro, es las averías de en los torniquetes de acceso, de manera más simple, en las máquinas que permiten el acceso de pasajeros tras presentar la tarjeta de viajero.

Ayer, se pudo apreciar esta situación en la estación Francisco Gregorio Billini, de la línea dos, ubicada en la avenida doctor Defilló con John F. Kennedy.

Se comprobó que de los tres torniquetes, solo uno estaba en funcionamiento, ya que los dos restantes tenían encima una señal plegable amarilla de precaución.

Por la inoperancia del acceso se formaban largas filas en algunas ocasiones.

Ascensores inoperantes y descompuestos

Ya se ha vuelto rutina ingresar a las distintas paradas de este sistema de transporte y toparse con los ascensores inoperantes o descompuestos.

Si bien es cierto, el hecho de que son muchos los usuarios que lo utilizan como una forma de ganar tiempo y no precisamente porque tengan una dificultad motora o alguna condición física que dificulte su desplazamiento. En cambio, otros sí lo requieren debido alguna discapacidad.

El acceso a los elevadores en el Metro se volvió imposible tanto para aquellos incapacitados y embarazadas, como para los que quieren utilizarlo por comodidad y rapidez.

Escaleras eléctricas en desuso

Por otro lado, las escaleras eléctricas también suelen presentar averías, lo que provoca fuertes aglomeraciones de personas que tienes que transitar por otros espacios.

“¡De nuevo las escaleras están dañadas!… Un día funcionan y otro no, ahora a bajar todas estas escaleras regoso que le dé un mareo a uno”, fue la expresión de una señora, cuando entró a la estación María Montez, situada en el kilómetro nueve de la autopista Duarte.

Las quejas se multiplican cada día que pasa, por parte de los pasajeros, por el desuso de ese medio de desplazamiento.

La línea dos A del Metro de Santo Domingo se inauguró en el año 2013, la 2-B en el año 2018. Mientras que la 2-C, que corresponde al municipio de Los Alcarrizos se estima que se culmine a finales del año 2023, recientemente se dio el primer picazo para materializar la extensión del Metro hacia esa demarcación.

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