Miguel Mejía, secretario general del MIU
Miguel Mejía, secretario general del MIU

Santo Domingo, R.D.- “La actual situación en Nicaragua forma parte de la estrategia de los Estados Unidos de Norteamèrica con el plan de golpes blandos, contra gobiernos de izquierda y progresista en Amèrica Latina”.

Así se expresó el secretario general del Movimiento Izquierda Unida (MIU), Miguel Mejìa, quien indicó que la República de Nicaragua, hasta hace unos días,  era ejemplo, en muchos aspectos, para Centroamérica y el mundo, con un crecimiento económico entre 4 y 5%, siendo el segundo más alto de la región después de Panamá, con una economía que descansa en los sectores populares que producen más del 50% del PIB y generan más del 70% del emple.

Mejía resaltó en un comunicado que Nicaragua es el único país de la región que producía el 90% de los rubros alimenticios que consume y producto de la revolución sandinista en 1979 y de los acuerdos de paz en 1990, hubo una importante redistribución de la tierra y hoy el 80% está en manos de pequeños y medianos productores, contrario al período anterior a la revolución, en que propietarios de 500 manzanas controlaban la mayor parte de la tierra.

“Nicaragua es uno de los países de América Latina con mayor reducción de la pobreza, con los índices de criminalidad más bajos; el gobierno sandinista ha puesto en marcha diversos programas sociales para el desarrollo de las comunidades; en materia de educación es uno de los pocos países que produce todos sus libros de textos para todos los niveles educativos y de Educación para Adultos; es modelo en la participación política de la mujer, habiendo logrado la paridad; también había logrado frenar los carteles de la droga y el crimen organizado”, agregó el dirigente político dominicano.

Dijo que esa nación se perfilaba como un atractivo destino turístico reconocido mundialmente, principalmente para viajeros que buscan la tranquilidad y experiencias culturales integrales.

“Este ambiente es parte de los logros del Gobierno Sandinista de Reconciliación y Unidad Nacional. Un ambiente como este, con nuevas políticas sociales en marcha no lleva a una insurrección popular”, resaltó.

Lo que ocurre no es una insurrección popular 

Miguel Mejí dijo que la situación que vive Nicaragua no es un problema de carácter social, más bien es un asunto de carácter político, y lo define claramente los escenarios y hechos de extrema violencia que están sucediendo, muy distanciados de lo que originó dicha situación, que fue el tema de la seguridad social, superado de inmediato con el retiro del respectivo decreto del Poder Ejecutivo.

Dijo que se trata de acciones promovidas por grupos de extrema derecha apoyados por bandas de delincuentes, bajo la orientación del imperio norteamericano y de elites europeas, desafiando al gobierno y sus autoridades, para generar el caos y desacreditar la figura política del presidente constitucional de la República de Nicaragua, comandante Daniel Ortega Saavedra.

Indicó que si se parte de la agenda denominada “Carta al niño Dios” presentada públicamente por el sector de la oposición al presidente Ortega, en el inicio de la Mesa de Diálogo, la misma no contiene ninguna reivindicación social ni económica, solo plantean demandas políticas.

El funcionario dijo que el movimiento comenzó con los denominados “Autoconvocados”, supuestamente de manera espontánea, como consecuencia de las protestas estudiantiles en contra de las reformas al seguro social, quienes en realidad eran aupados por los mismos actores políticos de siempre, los antisandinistas. Al salir del escenario el tema se la seguridad social, sacan de la palestra el nombre de autoconvocados y se convierten finalmente en “Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia”.

“Se trata de una red estructurada por movimientos de sociedad civil y ONGs de derechos humanos, dirigidas por recesados políticos, en su mayoría salidos del Frente Sandinista y del liberalismo, a los que también se han sumado representantes de la iglesia católica, desnaturalizando su misión pastoral y social. Algunos compartieron la dirección y el gobierno en la década de los 80 y luego pasaron a la oposición, en 1993” planteó.

Mejía expresó que “estos señores, sin posibilidades de aglutinar a las masas ni de alcanzar el poder por la vía legalmente constituida, recurren al juego inescrupuloso en contra del Gobierno sandinista, de llevar a cabo un cambio de régimen por la vía inconstitucional y violenta. ¿Así actúan estos denominados demócratas?”.

Dijo que ya no se trata de un movimiento espontáneo de “Autoconvocados”, se trata de un movimiento político, bien organizado, con el apoyo financiero y logístico del imperialismo norteamericano y de élites europeas y locales, con intenciones golpistas.

Plantear alegremente una salida del Presidente Ortega fuera del periodo y términos establecidos en la Constitución Política, es antidemocrático; las próximas elecciones están pautadas para el año 2021.  

Intentan un golpe blando 

El secretario general del MIU narró que es muy evidente que lo que intentan en Nicaragua las élites de poder estadounidense y europeas, a través de la extrema derecha local es derrocar al presidente legítimo del pueblo nicaragüense, Comandante Daniel Ortega.

“Los Estados Unidos de Norteamérica han venido presionando a Nicaragua tras este propósito, desde que el gobierno sandinista asumió el poder, mediante una serie de maniobras, como es la Ley Nica Act, una iniciativa para vetar el acceso del pueblo nicaragüense a préstamos internacionales, que ha sido rechazada por todo el pueblo”, indicó y agregó que “se trata del mismo diseño del plan contra la República Bolivariana de Venezuela y que no han podido consumar. Y del golpe blando contra Mel Zelaya en 2009, en Honduras y contra Dilma y Lula, en Brasil”.

En esa intención, venían creando el escenario más propicio (desde su óptica e intereses) con escenarios anteriores que pretendieron maniobrar; recordemos las protestas contra el supuesto fraude electoral, la campaña por el abstencionismo, las protestas en contra del Canal, el cabildeo por la Nica-Act, protestas por incendio en la Reserva Indio Maíz. Y, en todos estos escenarios no ha faltado la guerra mediática.

Necesario el diálogo para la paz 

Mediante un comunicado Miguel Mejía resaltó que es importante que los sectores involucrados en el proceso de dialogo reasuman su voluntad para su continuidad, como única salida pacífica, en este momento, tras la búsqueda de soluciones a la presente situación, sin injerencia extranjera.

Añadió que se han dado pasos importantes en este sentido, sin embargo, grupos bajo la tutela imperialista están accidentando; cada paso en este proceso, con actos vandálicos extremistas que impiden su buena marcha. La Conferencia del Episcopado, que se ofreció como mediadora, debiera hacer buen uso de la voluntad expresa del Gobierno y aunar esfuerzos para lograr el avance del diálogo, en el marco del respeto mutuo y sin injerencia extranjera. Asimismo, debe prestar atención a voces desentonadas de algunos de sus representantes que más bien están incitando a la violencia. Violencia que ha llegado a niveles insospechados de crueldad y perversidad (saqueos, tortura, asesinatos, quema de cuerpos sin vida, incendio de viviendas familiar y Sede de instituciones), acciones que incrementan luego de cada paso positivo del proceso de Diálogo, evidencia de que el propósito es romper el orden institucional.

“Y, frente a estos actos irracionales pretenden que las fuerzas del orden no intervengan en su labor de salvaguardar la seguridad nacional, la convivencia pacífica y tranquilidad del pueblo”.

“Reafirmamos nuestro irrestricto apoyo al gobierno sandinista, al presidente comandante Daniel Ortega Saavedra, a la compañera Rosario Murillo y al pueblo de Nicaragua. Esta es una lucha de todos los amantes de la justicia y la paz. Nos unimos en solidaridad a todos los pueblos de América Latina y del mundo que están al lado del pueblo nicaragüense en esta batalla contra la violencia y  por la Paz”, externó el secretario general del MIU.

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