Desde un callejón en el Caliche de Cristo Rey con su voz quebrantada e impotente por el fallecimiento de su única hija luego de ingerir alcohol adulterado durante la Semana Santa, la señora Minerva Sánchez contó a elCaribe lo sucedido.
Sánchez expresó que su hija Raquel del Carmen Fernández “Rossy”, de 34 años de edad, comenzó a tomar alcohol desde hace ocho meses a raíz del fallecimiento de su expareja quedándose sola con una pequeña niña que procrearon.

Comentó que cuando Rossy compraba bebidas al detalle en un colmado ubicado en la “42” ocultaba la botella para que nadie la regañara por la procedencia desconocida del líquido.

Sin embargo, el secreto de Rossy no se pudo ocultar por mucho tiempo ya que el pasado miércoles comenzó a tener síntomas de intoxicación por ingesta de alcohol adulterado perdiendo la visión.
“Yo no sabía que los hijos dolían tanto así cuando se iban de uno. Es como si te apuñalaran el corazón. Era mi única hija hembra, pero la verdad es que ella escondía la botella para que yo no la viera porque siempre la compraba en una chatica”, dijo Minerva que tuvo cuatro varones.

Así como Rossy ocultaba a sus familiares que ingirió una desconocida bebida que compró en un colmado, también lo hizo Luis Emilio Cueto de 37 años de edad, que fue definido como trabajador y querido por los envejecientes en Cristo Rey.

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