Valverde. Con la apertura de un programa que denomina “Mi Primera Empresa”, la alcaldía de este municipio, rescata de las garras de los vicios a jóvenes de muy escasos recursos económicos involucrados al sistema productivo laboral.
El proyecto de emprendedurismo, nició muy pequeño por la limitante de recursos económicos del cabildo, según Jacqueline Peña, ejecutiva municipal, de Esperanza en la provincia Valverde.

Sin embargo, la participación de una pareja de esposos no vidente le dio más fuerza para estimular a siete jóvenes que deambulaban por las calles sin rumbos ni metas y ahora son parte de este sueño de cambio y progreso.

“Para obtener buenos frutos con el Proyecto “Mi Primera Empresa”, se hace necesario el apoyo económico del Gobierno, debido a que la Alcaldía no cuenta con suficiente dinero para impulsarlo más allá de donde lo hemos podido hacer conjuntamente con los no videntes”, afirma Ana Jacqueline Peña.

La iniciativa permite integrar al sistema productivo laboral a jóvenes que han abandonados sus estudios y que por alguna razón deambulaban por las calles sin ningún norte.

El proyecto “Mi primera Empresa”, inicia con tan sólo 20 mil pesos en materiales básicos, el cual consiste en una pequeña fábrica de suáper cuyos propulsores y facilitadores son una pareja de esposos no vidente.

Los dos no vidente Ynnacio Camacho Mateo y Jéssica López, se convirtieron en las primeras personas que la Alcaldía de Esperanza seleccionó para poner en ejecución el programa de Emprendedurismo “Mi primera empresa”.

El programa es coordinado honoríficamente por el profesor Rafael Rodríguez y busca acercamientos empresariales a fin de obtener los recursos económicos que puedan sacarlo a flote. Con esto fomentarían nuevas fuentes de empleos en el municipio para jóvenes descarriados.

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