Foto panorámica de la larga fila de vehículos que participaron en el recorrido por la zona noreste de la República Dominicana.
Foto panorámica de la larga fila de vehículos que participaron en el recorrido por la zona noreste de la República Dominicana.

“Rally” en el noroeste, un recorrido entre la riqueza y la pobreza

La caravana del «Rally» hizo un recorrido por diversas provincias de la zona noroeste de la República Dominicana.

Son las 6:00 de la mañana y el distrito municipal de El Pinar de la provincia San José de Ocoa es el punto de concentración del “Rally” para alrededor de 700 personas y 134 vehículos de modalidad 4×4.

Las jeepetas y los jeeps, con sus calcomanías enumeradas del “Rally” pegadas en sus cristales frontales y traseros, comienzan a quemar los más de 600,000 pesos de combustibles que aproximadamente al final serían consumidos durante la aventura de dos días y medio.

La caravana partió desde El Pinar de San José de Ocoa/ Por Dalton Herrera

El trayecto inicia con el sonido de los parlantes que encuentra a su paso la algarabía de comunitarios ocoeños que se asoman a las aceras con pañoletas para despedir a la caravana. Muchos de ellos, como creyentes al fin, dan la bendición para que todo transcurra sin incidentes.

Mapa del trayecto del Rally

El camino de cemento rápidamente se vuelve de rocas y zanjas al momento de subir las montañas que conducen hacia la primera parada: El Parque Nacional Valle Nuevo.

Para llegar allí hay que atravesar el paraje de La Horma, donde existe un vertedero improvisado, cuya humareda sale hasta la carretera; además del paraje Río Grande, considerada “La Puerta de Constanza”.

Valle Nuevo está ubicado en el centro de la Cordillera Central y su atracción principal es la Pirámide Ciclópea, la cual consta de cuatro piedras poliédricas de gran tamaño.

La Pirámide Ciclópea/ Por Dalton Herrera

Esta pirámide fue inaugurada en 1958 durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina y es popular por considerarse el centro geográfico de la República Dominicana.

A pocos kilómetros de ahí, en la zona de Nizaito, también se alza una cruz con el epitafio: “Caamaño vive”, refiriéndose al lugar exacto en que fue fusilado Francisco Alberto Caamaño Deñó cuando desembarcó junto a otros guerrilleros por Playa Caracoles en 1973 para derrocar al gobierno de Joaquín Balaguer.

Jarabacoa

Luego de aquella parada, donde la mayoría de los hombres también aprovechan para liberarse del peso urinario que fastidia a cualquiera en los momentos más inoportunos, la marcha se reanuda sin ningún tipo de contratiempo.

Tras varias horas de caminos rocosos y pendientes sin barandillas por las comunidades El Janey y Juncalito, los neumáticos de los vehículos comienzan a sufrir los embates del hueco y los suelos puntiagudos. Muchos comienzan a detenerse para chequear sus motores, a pesar que es prácticamente el principio del recorrido.  Sin embargo, todo fluye de manera normal hasta ese momento.

El próximo punto es el Parque Ecológico de la Confluencia, ubicado casi en el centro de Jarabacoa, cuyo lugar une dos fuentes acuíferas provenientes del río Jimenoa y del Yaque del Norte.

Allí, la caravana del “Rally” se detiene durante una hora para almorzar y disfrutar de la virgen naturaleza y sus áreas verdes; idóneas para acampar y compartir con amigos, amigas y familiares.

Es la 1:30 de la tarde y el sol ya está en sus anchas, sin nubes que lo obstaculicen; contrariamente a lo pronosticado por las autoridades meteorológicas que vaticinaban para ese día unos que otros chubascos por la zona.

Un trayecto de miseria

Algunas casas de madera y zinc se visualizan en el trayecto hacia San José de las Matas/ Por Dalton Herrera.

Partiendo de la Confluencia, se espera al menos cinco horas de trayectoria para llegar hacia el próximo destino: la Hacienda Campo Verde, ubicada en Inoa, San José de las Matas.

Y aunque desde Jarabacoa hasta allí el camino puede ser más corto, los deseos de un recorrido más abarcador por los alrededores, así como las ganas de conocer los rincones más inhóspitos del noroeste, se imponen de manera arrolladora.

 En ocasiones, el suelo pedregoso y las rocas se convierten en calles polvorientas que arropan los cristales y obstruyen la visibilidad de los conductores. Esa arena amarillenta, tal cual como si fuera una especie de desierto, se impregna en las carrocerías de los vehículos a tal punto que el polvo, en vez de quitarse con el agua, se endurece como el cemento.

Y es así que el sucio que se levanta de las calles sin asfaltar golpea a los comunitarios de la línea noreste que viven en chozas y casas de madera podrida, muchas de ellas casi echadas al abandono.

Muchos viven en condiciones precarias / Por Dalton Herrera.

Aquel polvo de realidad se mete en esas casuchas, arropa sus camas y desnuda la miseria que se vive en ese recóndito lugar que alberga personas que viven casi como ermitaños.

El paso de la caravana se les hace extraño debido a la rareza de visitantes por esas tierras tan poco transitadas.

Casas de maderas en las inhóspitas montañas / Por Dalton Herrera.

Y es que las miradas de aquellos ancianos que están con sillas plásticas sentados en las aceras, así como las de los niños que desafían el polvo y señalan con sorpresa la larga fila de vehículos, parecerían reflejar que cada día de existencia es igual al otro, y que casi nunca sucede algo distinto a lo ocurrido anteriormente.

El contraste

Panorámica de Punta Rucia desde un dron / Por Dalton Herrera.

Contrario a la pobreza y el abandono que se devela en el trayecto por la línea noreste del país, hay otros lugares por esos alrededores, pero más altos, que aglutinan mansiones y fincas fortificadas con inmensas paredes y portones.

Tales complejos dominan la panorámica de toda la ciudad y están de cara al sol, lo que evidencia el privilegio y la exclusividad de estar en una especie de cima con los lugareños bajo sus pies.

Punta Rucia 

Al día siguiente y luego de partir de la Hacienda Campo Verde, en San José de la Matas, las nubes comenzaron a organizarse para hacer del trayecto del “Rally” un poco más tedioso a lo que era. Lo que antes fue polvo, roca y arena; ahora se convertía en lodo y en tierra movediza.

Para llegar a la comunidad Punta Rucia, provincia Puerto Plata, es necesario penetrar los parajes El Rubio, Pananao y las montañas de Monte Cristi, la presa de Monción, Santa Cruz de Mao y el Cruce; así como Guayacanes y Villa Elisa.

El camino sobre el municipio Monción, provincia Santiago Rodríguez es una especie de trampa para aquellos intrépidos que buscan afanosamente la adrenalina.

Son las 12:00 del mediodía y la arena movediza por la lluvia hace que los vehículos bailen de un lado hacia otro y desafía a que los conductores mantengan el equilibrio para no salirse de la vía.

Varias horas se perdieron durante ese trayecto de lodo y de camino extremadamente solitario. Sin embargo, otro contraste se daba al llegar a la comunidad Punta Rucia, donde hoteles, fincas y villas adornaban el lugar.

Punta Rucia y sus playas vírgenes / Por Dalton Herrera.

De frente a ese punto turístico: he aquí una de las playas con el azul claro más pronunciado y con la arena más blanca y refinada del país. Esto es aprovechado por muchos que alquilan un catamarán para visitar Cayo Arena, un lugar rodeado de riqueza natural y que se encuentra a pocos kilómetros del centro de Punta Rucia.

En las costas de Punta Rucia se puede visualizar la caravana de vehículos / Por Dalton Herrera.

 La noche cae y una gran fiesta al aire libre y frente a la playa se suscita. Entre bailes y canciones, el “Rally” concluye su aventura de 766 kilómetros de recorrido sin ningún tipo de inconveniente y de manera organizada.

De regreso al tercer día, muchos conductores se dirigen a San José de Ocoa, su hogar; otros a la capital por el Cruce de Guayacanes, Santiago, La Vega, Piedra Blanca y Ocoa. Naturalmente, los capitaleños optan por tomar la circunvalación que conecta con la autopista Duarte.

Esta es la quinta edición del “Rally El Pinar 2022” que realizan un grupo de comunitarios oriundos de El Pinar y de otras ciudades que se han unido en los últimos años con el objetivo de conocer el país y fomentar la convivencia familiar.

El Comité Organizador está integrado por César Pujols (Mito), el exalcalde de El Pinar, Ambioris Rossis; el actual alcalde Garis Pujols; además de Caonex Pujols, Jairo Rossis, Ambiorito Rossis, Mayobanex Pujols, Alberto Calderón y José Mordán.

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