Barahona.-A cinco días de la crecida del arroyo Bretón y otras fuentes acuíferas que afectó 18 viviendas y establecimientos comerciales en la comunidad Los Arroyos de este municipio, provincia Barahona, la escuela inicial básica «José Miguel Peña» continúa parcialmente sepultada por piedras, lodo y escombros, por lo que los padres y tutores de los alumnos se niegan a enviarlos a docencia.
Mientras que la alcaldesa, Danilsa Cuevas mostró su preocupación por el desborde de los arroyos Bretón, Los Coloraos y La Colora, también inundaron y llenaron de sedimentos la parte media de este municipio ocasionando grandes daños.
“Todavía no se ha establecida oficialmente la magnitud de los daños causados hasta el, pero adelantamos que son incalculables”, dijo la alcaldesa.
José Miguel Medina Tejeda señaló que a pesar de la situación en que se encuentra el centro educativo, las autoridades de la Regional de Educación no se han presentado al lugar, cosa que es duramente criticada por los padres y tutores de los estudiantes, así como por la comunidad en general.
«En tal virtud, la comunidad pide con urgencia el auxilio del presidente Danilo Medina debido a que centro escolar representa un peligro para los alumnos, cuyos padres ya lamentan que estén perdiendo clases.
La comunidad estima que Los Arroyos debe ser declarado en estado de emergencia, producto de que no hay servicio de agua potable, hay escasez de alimentos y las calles internas, así como el tramo que va desde este poblado a La Q, la parte céntrica de este municipio, están llenas de piedras, lodo y escombros.
No obstante, según Medina Tejeda, la comunidad valora la colaboración de la Defensa Civil, Bomberos, Cruz Roja y la acción diligente de la alcaldesa Danilsa Cuevas, quienes acudieron a tiempo para prevenir pérdidas humanas y de animales.
Durante el desborde de los referidos arroyos, algunos de los cuales son alimentados por cañadas, producto de las lluvias caídas en este municipio el pasado jueves, parte de las 18 familias afectadas por la crecida y que aún permanecen alojadas en casas de parientes y amigos, también perdieron partes de sus ajuares.
Los trabajos que realizan algunas entidades para despejar de las piedras, lodo y escombros las viviendas parcialmente sepultadas, así como las calles internas y la escuela del lugar, avanzan muy lentamente por la falta de equipos.
