Coliseo Carlos -Teo- Cruz, en el olvido

Este es su nombre: Coliseo de Boxeo Carlos -Teo- Cruz… y es un “elefante blanco” que ya está viejo, no tiene protección del Estado, pero, además, ningún promotor le hace caso.

La instalación deportiva, inaugurada en 1996, es usada para la celebración de actividades políticas y religiosas

Este es su nombre: Coliseo de Boxeo Carlos -Teo- Cruz… y es un “elefante blanco” que ya está viejo, no tiene protección del Estado, pero, además, ningún promotor le hace caso.

Esta instalación, inaugurada el 11 de agosto de 1996 por el entonces presidente de la República Joaquín Balaguer, y enclavada en la parte céntrica del Ensanche la Fe, justamente en los frentes del también obsoleto Estadio Quisqueya (Juan Marichal), no funciona para nada…¡y a nadie le duele! Los más celosos observadores del deporte nacional, unidos a expertos del boxeo se muestran sorprendidos (¿?) por la dejadez que por años han tenido autoridades deportivas respecto a importantizar como lo hacen con otras instalaciones, la marginada obra.

Pero además, el poco interés mostrado por promotores del boxeo que tal vez con sus razones a organizar carteleras en el otrora moderno coliseo que lleva el nombre de uno de los grandes del pugilismo profesional de República Dominicana, Carlos “Teo” Cruz, primer peleador criollo en entregarle a la patria una faja mundial.

El trascendental acontecimiento se registró el 29 de junio de 1968, en el Estadio Quisqueya, cuando Teo Cruz conquistó el cinturón mundial del peso ligero (135 libras) tras vencer, por decisión unánime en 15 rounds, al boricua Carlos Ortiz.

Pero, entonces, ¿para qué el Estado, a través del gobierno de Balaguer, se enfrascó en construir esa instalación atendiendo al constante reclamo de la prensa y los fieles seguidores del llamado deporte de los puños enguantados, si “a fin de cuentas” este coliseo no ha servido para nada?

Los más agudos analistas deportivos, con la citada pregunta, lo que buscan es alguna respuesta que dé, por ejemplo, el Ministerio de Deportes concerniente a lo que ha pasado con esta instalación y la indiferencia de los gobiernos desde el mismo momento de su inauguración.

Pero también, que por lo menos algún promotor explique por qué no organizar sus programas de boxeo en el ya inservible coliseo el cual, precisan, ni siquiera es mencionado por los fervientes fanáticos.

Las empresas boxísticas del país prefieren, cuando se aprestan a montar alguna cartelera en la que incluso anuncian estelares boxeadores extranjeros y dominicanos, llevar su espectáculo a un determinado hotel de Santo Domingo… ¡o buscan algún club deportivo de la capital!

¿Quienes usan el coliseo?
Para lo que menos sirve el recinto es para montar programas en los que compiten púgiles criollos y extranjeros, según expertos. Y explican que “es sencillamente increíble” que en esta instalación, que tanto dinero le costó al Estado, sea utilizada por entidades y hasta partidos políticos muy ajena a la actividad boxística. Hay tanta indiferencia en las autoridades deportivas, que hasta se “organiza” un desmantelamiento del coliseo, de acuerdo con informes ofrecidos a este periodista..

¿Desmantelar esa instalación?… pero, ¿por qué? “Porque allí por considerar que ya esa instalación no se utiliza en programas de boxeo se programa construir una cárcel con el ‘especial interés’ de recluir a presos acusados de violar las leyes de inmigración”. Mientras tanto, el promotor César Mercedes se queja de que “aquí no hay ninguna protección para quienes organizamos carteleras”. Y justifica que cuando algún promotor, y especifica su caso decide organizar algún cartel, de índole local o internacional, prefiere “obviar” el coliseo. El último programa de trascendencia mundial, montado en la referida instalación, ocurrió el 18 de diciembre de 2006 cuando el entonces campeón ligero junior de la OMB, Joan Guzmán, enfrentó en la primera defensa de ese cinturón al estadounidense Anthony Davis a quien venció por decisión unánime en 12 asaltos.

En el coliseo presentan, por lo menos cuatro o cinco veces al año, actividades organizadas por entidades religiosas (principalmente evangélicas), así como convenciones y otros eventos organizados por partidos políticos. Pero además son frecuentes el montaje de espectáculos artísticos. Las empresas que los organizan alquilan la instalación y les pagan a las autoridades correspondientes.

Ante tan cruda negativa realidad que marca a la deteriorada instalación, ya vieja y que no funciona para nada por lo menos para montar carteleras de boxeo-, ¿qué otra respuesta más clara y contundente pueden dar las autoridades deportivas nacionales y los propios promotores de boxeo? Los expertos dejan en el aire la pregunta…

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