Gianni Paulino incursionó en la comunicación en el año 1985 en el noticiario de Telesistema; luego pasó a Informativos Teleantillas y a Uno + Uno

Cuando pequeña, Gianni Paulino era libre, traviesa, juguetona, curiosa y aventurera. De adulta, siguió siendo la misma, ya que esas características la han acompañado toda la vida.

Al recordar su niñez, se ve como una niña gordita, de pelo rizo y que se sonríe a carcajadas cuando le hacen cosquillas. “Gozaba las maldades y las travesuras. Todo lo quería conocer. La curiosidad fue el elemento que siempre me acompañó y me metió en muchos líos, pero también me conectó a la creatividad y al querer algo nuevo”, compartió Gianni, una santiaguera que, con algunos 16 años, llegó a Santo Domingo llena de miedos; un lugar donde se forjó como abogada, comunicadora, actriz y activista social.

En el 1985, Telesistema canal 11 le abre las puertas en su noticiario con el segmento económico “Mercado, precios y divisas”, sin embargo, 23 años después, cuando su programa “Gianni Espectacular” se encontraba en la cúspide, decidió retirarse sin pensarlo dos veces, y nunca más volver; decisión de la que nunca se arrepintió. Aunque reconoce que en ese momento se lanzó al vacío, su vida no se detuvo, porque encontró en el teatro su pasión, y en las ayudas sociales su misión de vida.

1. Desde niña conectada a la justicia social
Nací en Santiago un 29 de diciembre de 1967. Siento que es una tierra fértil, muy dada al trabajo y a la creatividad, por lo que me siento orgullosa de ser santiaguera. Soy la hija “sándwich”; el ‘queso” (la segunda de tres hermanas). En el ‘queso’, no te prestan mucha atención por no ser la primera; toda la atención se la llevaba mi hermana y yo era la sobreviviente (dijo entre risas). Tenía el cariño de mis padres, pero ya sin el estrés ni la tensión que da el primer hijo. Mi hermana era la tímida, la buena estudiante, de conducta impecable, mientras que yo era la traviesa, la mal estudiante y la que hacía las travesuras por las que la iban a castigar. Saliendo del colegio cuando estaba en la primaria, vi que un niño empujó a mi hermana, y tomé la mochila que tenía y, con toda mi fuerza, se la lancé. La mochila se rompió y a mí me llevaron a la dirección. Fue un acto de defensa por el indefenso y eso me conecta siempre a lo que he querido: la justicia social. No pude soportar que agredieran a mi hermana por la espalda. Pero yo sí estaba dispuesta a hacer lo que tenía que hacer a mis cinco años”.

2. Santo Domingo era el lugar donde no quería vivir
Mi papá se llama José Paulino y mi mamá Francisca Reyes. Los dos son santiagueros. Mi papá vino a Santo Domingo y formó otra familia y nosotras nos quedamos en Santiago. Después, cuando a mi hermana mayor le toca entrar a la universidad, decidimos venir un 15 de mayo de 1982 a Santo Domingo. Esa fue una fecha muy importante. Era un domingo, llegamos como a las 3:00 de la tarde. A mí me marcó de una forma muy particular. Santo Domingo no era la meca; era el lugar donde yo no quería llegar, el sitio al que te obligaban a venir, porque había que desarrollarse en un lugar con mayores posibilidades. Adaptarme fue muy difícil. Venía de tomar clases de violín en Santiago, lo cual continué aquí. Mientras que mi último año de la escuela lo cursé en el Mahatma Gandhi”.

3. Las enseñanzas de sus padres
Mi papá me enseñó el trabajo, a construirse uno mismo y a que no hay excusas para decir: “yo no lo hago porque…”, sino a romper esas excusas para mejor decir: “yo puedo desde la honestidad y la perseverancia”. Mi papá es un ser conversador y creo que de él heredé esa condición. Es muy coherente con lo que dice. De mi mamá heredé la femineidad, la entrega, la capacidad de servicio y la creatividad. Creo que mami es una persona muy creativa, es brillante, brillante, brillante… cuando la ves actuar y desenvolverse, a pesar de los años, te sorprende, porque dices: “¡qué capacidad de resolver tiene y qué creativa es!”

4. De tomar clases de violín a oratoria
Un elemento muy importante, es que cuando estaba justamente en cuarto de bachillerato preparándome para la carrera de Derecho, mi papá comenzó a formarme para que fuera una buena abogada, y dentro de esa preparación me llevó a tomar un curso de oratoria. En ese momento tenía alrededor de cuatro años tomando clases de violín. Cuando tomé la primera clase de oratoria me di cuenta que no tenía talento para la música, porque al hablar en público por primera vez se dimensionó mi mundo. Todo cambió cuando dije esas primeras palabras, tan sencillas, tan fáciles. Mientras los demás estaban temblando y memorizando… Ese fue un evento que cambió mi vida, no lo entendía en el momento. Me tomó años procesarlo”.

5. Estudios y su primera propuesta
Llegué a la Universidad Pedro Henríquez Ureña a estudiar Derecho con una mención en Ciencias Políticas. También estudiaba oratoria, locución, e hice otros cursos. Comencé a convertirme en una voraz lectora de todo. Una vez me hicieron una propuesta para trabajar en un programa de televisión y recuerdo que mi papá me preguntó sobre qué tenía para trabajar en ese programa, y le expresé que solamente me eligieron. También me preguntó si ellos me escucharon hablar , y le respondí que sí. Pero me manifestó: “primero tienes que saber de qué vas hablar. Tú no estás preparada. Prepárate. Cuando te prepares y llenes la cabeza podrás hablar en un medio de comunicación”. De ahí, comencé a formarme en todo lo que significaba conocimiento, mientras estudiaba derecho”.

6. Su entrada a la televisión
Ya en el segundo año de la universidad, estaba dando noticias en Telesistema canal 11. Empecé con un segmento económico que se llamaba “Mercado, precios y divisas”. Sentía muchísimos nervios. Al principio, me decían que era “baby face” (cara de bebé) y por ello no podía dar noticias. Bueno, en ese momento cambié de color de pelo y me lo corté. Después estaba dando noticias, pero muriéndome de miedo. Con el tiempo, la cámara se hizo mi amiga y conocí la estrategia. Después de eso, pasé al noticiario estelar. Luego me mudé a Teleantillas donde empecé con Informativo Teleanatillas y a ser imagen de Uno + Uno. Posterior a eso paso a mi primera producción, muy importante para mí. Se llamaba Intermedio. Esto porque en el 90 cuando empiezo con Sección 2 y en Uno + Uno se me ocurrió que podía aprovechar entre ambos para crear un segmento. Fue la primera vez que comencé a facturar para la televisión y me convertí en una pequeña empresaria”.

7. Su decepción por el derecho y amor por la comunicación
Cuando terminé la carrera de Derecho, había un gran desazón en el área legal del país. Era casi una vergüenza decir que eras abogado. La carrera estaba muy desprestigiada y eso me ofendía y me hacía mucho daño emocionalmente, porque no estudié para eso, sino para ser una Juana de Arco y defender a los indefensos y convertirme en la gran abogada. Como daba noticias y veía lo que pasaba con la carrera de Derecho en el país, me dije: “yo no quiero ser eso”. Más bien, fue un acto de rebeldía. Colgué la toga y el birrete, y así me comprometí con la comunicación; comencé hacer carrera y seguí dando noticias”.

8. Su participación en otros programas
Me uní a la comunicadora Saraida de Marchena y abrí un programa en Cinevisión que se llamó “Atrévete”. Era dinámico, entusiasta y un programa que ponía a vibrar a la gente. Era un trabajo de televisión muy lindo que a mí me satisfizo mucho. También hicimos un programa de ayuda social y creamos todo un movimiento, porque el slogan era “La vida es un reto”. Pues cuando se oía en las mañanas, dinamizaba. Caminé con Atrévete como revista semanal de variedades en varios canales. Después volví a Vivo en Vivo en Telemicro, que siempre estuvo entre los 20 programas más vistos. Después de eso, llevo a la televisión Gianni Espectacular, otro hito donde presentamos el round, la entrevista más creativa que se había creado en República Dominicana”.

9. Su retiro de la comunicación; un salto al vacío
Llego con “Gianni Espectacular” a Color Visión. Un día me encuentro con un letrero que había puesto mi productor Nelson Muñoz, que tenía la letra ese (s) con una raya por encima. Todo el que veía el programa y asistía entendía que era un signo de peso. Pero, lo que realmente decía era que no pronunciara las eses. Se había hecho un estudio en mi oficina y se decía que yo hablaba muy correcto, y tenía que hablar más llano por el tipo de público a quien estaba dirigido. Me costó mucho y me dolía en el alma. Me decía: “me he preparado y he formado para hacerlo bien, cómo es posible que ahora tengo que hablar incorrectamente, porque esa era la forma popular y coloquial”. Miré al público y le pregunté a mi corazón cómo se sentía, y se sentía muy triste y fue cuando dije: “me retiro”. Era un momento en que mi programa estaba allá arriba, con muy buena rentabilidad. No quise más eso, se salió de mí. Eso pasó alrededor del 2013-2014. Esa no era la comunicación que yo quería. Quería un público que valorara la calidad, lo que era profesionalidad, lo que era entregarse… Sentí que me quité una mochila de esas que te pesan. Me sentía con algo que no era mío, con algo que no quería hacer y que no iba conmigo. Cuando salí, me sentí feliz. Pero cuando voy a una entrevista en la televisión me da ese toquecito de nostalgia, porque regresé a mi casa materna. Me siento muy cómoda, pero no para hacer programas”.

10. Su pasión por el teatro
Un momento importante de mi vida: el teatro. En el 2010 debuté con el monólogo “El aplauso va por dentro”. Empecé a desarrollarme en el teatro como una forma de dosificarme y hacer cosas nuevas, porque también venía con la idea de qué más hago aquí. En ese buscar del teatro, Laura García Godoy me ofrece hacer una obra de teatro. Comenzamos a montarla y, de ahí, surgió ese monólogo. Estaba saliendo como actriz en un salón de teatro a casa llena y salí airosa. Lo presentamos en 28 funciones. Fue una escuela. Impresionante todo lo que aprendí en un solo montaje. Tengo montada 10 obras ininterrumpidas, eso es un récord, con un alto nivel de audiencia. Yo atrapé el teatro. Lo que más me gusta es la capacidad de redescubrirme. Siempre en cada obra hay algo nuevo. Aprendo tanto. Me pruebo tanto a mí misma. Trato de superarme como productora y actriz. Eso me tiene muy viva y muy entusiasmada con lo que quiero hacer”.

Su esposo Dany Alcántara e hijos

“Dany y yo nos conocimos en los pasillos de Telesistema. Él era tan parco, no como ahora que se ríe mucho. Antes era muy tímido y calladito. Admiraba lo impecable que estaba siempre, lo humilde que lo veía. Era la única persona a la que le tenía confianza. Era el único al que le decía: “señor Dany, ¿cómo se me ve el maquillaje. Chequéeme a ver si lo hice bien”. Me decía: “hoy lo hizo mejor, pero corrija el no mover mucho la cabeza”. Creo que esa imagen de respeto, de seriedad y confianza que Dany inspira, también me inspiró a mí. Dany tiene un carisma muy especial, tiene mucha conexión con la gente cuando comunica. Nos casamos en el 1987, un cuatro de noviembre. Inmediatamente la “fábrica” comenzó a trabajar. Hicimos cuatro “muchachitos” rápido (entre risas). Tenemos un par de gemelas: Ámbar y Perla, ambas viven en Madrid, España. Mi hijo mayor se llama Dany Elías Alcántara que es economista, y mi hijo más pequeño Emmanuel, que anda en el mundo del arte y la cinematografía”.

Distinción
Gianni Paulino ha sido galardonada con múltiples premios a lo largo de su vida, siendo “Hombre y Mujer del Año 2014” renglón Labor Social otorgada por Diario Libre, y Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana, entregado por la Presidencia en reconocimiento a su labor filantrópica, los más significativos para ella.

Labor social
Gianni, presidenta y fundadora de Manos Arrugadas, es una fiel defensora de los derechos del adulto mayor.

Retiro
En un momento en que mi programa estaba allá arriba, con muy buena rentabilidad, me retiré. No quise más eso, se salió de mí”.

Teatro
Trato de superarme como productora y actriz. Eso me tiene muy viva y muy entusiasmada con lo que quiero hacer”.

Su esposo
Esa imagen de respeto, de seriedad y confianza que Dany inspira, también me inspiró a mí”.

Labor social
Dentro del mundo de la comunicación traté de que en la medida en que recibía, también entregar algo a la sociedad”.

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