Mercedes Lora Beltrán ingresó a la Universidad de Santo Domingo en el año 1951, donde obtuvo el título de doctora en Derecho en 1956

Mercedes Lora Beltrán fue la primera abogada que ofreció servicio en el Ministerio de la Mujer. Ella es una de las que mejor conoce las legislaciones que tienen que ver con la garantía de derechos de las mujeres, entre ellas las que tienen que ver con la violencia machista, hacia niños, niñas y adolescentes e intrafamiliar.

Desde su graduación en 1956 como doctora en Derecho, empezó a forjar su curriculum, iniciándose como abogada de la Consultoría Jurídica de la Dirección General de Rentas Internas y de ahí emprendió un largo camino, destacándose su trabajo junto a otras juristas en el anteproyecto de modificación de las leyes que afectan a la mujer y los menores en la República Dominicana y su participación en las propuestas que terminaron con la promulgación del Código de Menor, Ley 14-94. También, encargada por decreto del Poder Ejecutivo de trabajar en las propuestas de modificación del Código de Trabajo, que dieron como resultado la incorporación del título I de la Protección de la Maternidad.

1. Núcleo familiar
Nací en Santiago de los Caballeros 13 de octubre de 1932, mi padre, Bienvenido Lora, era cigarrero y mi madre Carmen Beltrán de Lora, costurera. Éramos ocho hermanos, mamá tuvo once, pero murieron las tres más pequeñas Celia, Mercedes y Mireya, quien murió en el 19, ella también se hizo abogada. Mi mamá era de Puerto Rico, mi papá que era muy bueno haciendo cigarros viajaba a ese país por asuntos de trabajo, entonces allá la conoció, se casaron y vinieron para acá, aunque se mantuvieron yendo y viniendo como tres años. En Puerto Rico nació mi hermano, el profesor Rafael Darío Lora Beltrán, muy reconocido en Educación, incluso él es el promotor de la Facultad de Educación de la UASD. Casi todos mis hermanos fueron maestros. Estudié en distintas centros educativos de Santiago, como las escuelas Cuba, México y en el Ulises Francisco Espaillat hasta terminar el tercero de bachillerato, porque vinimos a vivir a la capital. Eso fue en 1951”.

2. Llegada a la capital
Aquí ingresé al Instituto de Señoritas Salomé Ureña de Henríquez, cursé el cuarto de bachillerato en Filosofía y Letras con muy buenos profesores que nos dejaron gratos recuerdos de sus enseñanzas, aprendimos mucho. Como acababa de llegar de Santiago tenía pocas amistades, entre ellas estaban Rosaura Jiménez que se graduó también de abogada conmigo; Rosalina Duquela, ambas fallecidas; y Rosalía Aybar Garrigosa, éramos un grupo que entramos juntas a la universidad en 1951”.

3. Sus padres
Mis padres eran dos personas con conciencia, tenían forma para todo. Mi mamá todo lo podía decir, pero con templanza, con delicadeza, no se alteraba, era una mujer pacífica totalmente. Papá era experto en el conocimiento del tabaco para hacer cigarro y algunos dueños de fábricas pequeñas lo buscaban para que los orientara sobre lo que iban a comprar. Mi papá era muy buen hombre, no bebía, lo único que hizo fue fumar los cigarros que él mismo hacía. Si tenía que comprar otro cigarro lo desbarataba para hacerlo de nuevo. Lo único que lo incomodaba era la situación del país, él fue siempre antitrujillista. Recuerdo que tenía días que amanecía echando pestes, voceando que cuándo era que Dios se iba a llevar a Trujillo, que ya no aguantaba más, entonces mi mamá tenía que decirle que se calmara, que si se desesperaba no iba a ver la caída de Trujillo. Gracias a Dios ambos pidieron ver cuando lo ajusticiaron. Mi papa murió en el 77 a los 96 años y mi mamá falleció en el 84, iba a cumplir 89”.

4. Carrera de Derecho
Me inscribí en la carrera de Derecho porque desde niña me gustaba, le decía a mi papá que iba a ser abogada, entonces se le contó a mi mamá. Ella me dijo que las mujeres no estudiaban derecho, le contesté que sí, que habían varias que se habían graduado en la República Dominicana y le mencioné tres que fueron la señorita Paradas, una de las primeras mujeres abogas; Iluminada Lora en La Vega y aquí Luz Saldaña. Cuando me gradué de bachiller de una vez comencé mis trámites para comenzar mis estudios en la Universidad de Santo Domingo, ingresé en el 51 y me gradué de doctora en Derecho en 1956. Fue una época muy bonita, tranquila, se hacían grupos cuando había intercambio entre un horario a otro, había mucho respeto entre las jóvenes y los jóvenes. Cuando salíamos de la universidad nos montábamos en las guaguas de dos pisos, la esperábamos en la esquina donde estaba la facultad de Jurídica. En esa guagua paseamos mucho, en varias ocasiones estaba Minerva Mirabal, también me topaba con ella en los pasillos. La chercha era montarse en esas guaguas. Muchas veces hacíamos un grupo para ir al cine Capitolio que daba una tanda a las siete de la noche, quedaba frente a la Catedral. Con 15 centavos comprábamos una boleta. En la universidad no se armaba nada, lo que se hacía afuera era otra cosa. En los pasillos también veía a Manolo Tavárez y a Vincho Castillo. Recuerdo mucho la decana de la Facultad de Derecho, la licenciada Ángela de los Santos, era muy amiga de los estudiantes, una persona correcta, pasaba por los cursos y si veía a alguien pensativo o en algo incorrecto lo llamaba al decanato. Ella era una orientadora verdadera”.

5. Trayectoria profesional
Para estudiar tuve que trabajar, comencé en la Cédula Personal de Identidad, cuando era un papel doblado, aún la tengo guardada, eso fue en el 52-53, era una dependencia del Estado, ubicada en la calle Las Damas, esquina Mercedes. Como mi papá conocía al director, el señor Bonelli habló con él para que me diera trabajo, porque no había recursos, entonces me nombró en el departamento donde estaban las máquinas que perforaban tarjetas, que luego se pasaba a otra máquina y de ahí era que salían los listados de los cedulados con los nombres y números. Luego vino un nuevo director, Jorge Ernesto Suncar Méndez y el que me conocía lo pusieron en Rentas Internas y de allá me llamó para que trabajara con él. Pero luego juntaron Bienes Nacionales y Rentas Internas, entonces pasó a llamarse Dirección General de Rentas Internas y Bienes Nacionales, pasé a ser asistente en el Departamento Legal, revisando las leyes, viendo las cosas que había que modificar. Después, vino el cambio de gobierno cuando ganó Juan Bosch, recuerdo que estábamos en el Reloj, frente al Parque Colón”.

6. Estados Unidos
Cuando ganó Juan Bosch mi esposo estaba en los Estados Unidos, entonces me habló para decirme que quería que me fuera para allá, que no pensaba venir al país por un tiempo, ya teníamos dos hijas. Aproveché un día que la senadora, Tema Frías fue a visitar el Departamento de Catastro de Rentas Internas y Bienes Nacionales, nos miró y nos dijo que estaba conociendo la oficina, que nosotros todos éramos trujillistas, pero que ya eso se acabó, que ahora venían otros que no eran trujillistas. Eso fue suficiente para mí, al otro día llamé a mi esposo y le dije que me mandara el pasaje, que me iba de aquí. Eso fue en el 65. En los Estados Unidos tuve una vida de hogar, allá los títulos de abogados no caminaban, no iba a trabajar en factorías porque tenía dos hijas, tampoco iba a pagar para que me las cuidaran, entonces puse a la más grande en la escuela y la otra se quedó conmigo en la casa. Ahí estuvimos hasta que ganó Balaguer”.

7. Retorno a RD
Retornamos al país en el primer gobierno de Balaguer. Francisco Augusto Lora, vicepresidente era primo hermano de mi papá, sabía que tenía empleo seguro. Al otro día de llegar al país, hablamos, le dije que quería trabajar en un departamento legal de una oficina, la que fuera, entonces me nombró abogada ayudante del Departamento Legal de lo que era Savica, que ahora es Inavi. Ahí tuve mucho tiempo. Después pasé a encargada del Departamento de Viviendas, era la que organizaba los solicitantes y las asignaciones de casos, hicimos los sectores El Millón, El Mirador, Herrera, entre otros barrios en la ciudad. Cuando se terminó el trabajo de Savica, conseguí un notariado, ejercía en una oficina, pero de nuevo volví a trabajar en el Estado cuando ganó Hipólito Mejía. A Yadira Henríquez la nombraron en la Dirección de Promoción de la Mujer, ahora Ministerio, entonces me llamó, me dijo que me quería conocer y trabajar conmigo. Ahí estuve hasta hace poco. Recuerdo que estuve con Gladys Gutiérrez, Quisqueya Damirón, Rosa Roa, teníamos discusiones, fuimos invitadas a congresos, siendo senadora Milagros Ortiz Bosch, me dijo que quería que participara en la preparación de la Ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar y la Ley de Menor, la 14-94, la revisamos y la preparamos, se introdujeron las reformas del Código que no se conocía que las mujeres tenían derechos y que la violencia contra ellas era un abuso que había que condenarlo”.

8. Código de Trabajo
Por decreto del Poder Ejecutivo trabajé en las propuestas de modificación del Código de Trabajo que incorporaba la protección de la maternidad. Buscamos donde estaban las debilidades junto a una comisión honorífica de mujeres asesoras del Senado de la República, esto fue idea de Milagros, ella fue incluyendo a las personas que entendía debían participar. Nos reuníamos en el Congreso para hacer sesiones con los hombres, era difícil hablar de que las mujeres tenían derechos y que la violencia y el abuso de un hombre cuando una mujer no quiere se llama violación. Algunos hombres se engrengreñaban cuando hablábamos de derechos y de ley. En la Secretaría de la Mujer instalamos una oficina, no era una sección jurídica solamente sino que le pusimos Plan de Promoción de la Clínica Jurídica, la dirigí yo, fue la primera que se hizo. Nos llevó crearla por la ignorancia de las mujeres dominicanas que no sabían que tenían derecho a quejarse, a reclamar, entonces teníamos que prepararlas, que supieran que los derechos se dividen para poder educar a los hijos, que tenían derecho a reclamar la manutención de su hijo y a que sean reconocidos. Fui nombrada asesora honorífica también de la Cámara de Diputados con la misma finalidad, eso fue como en el 94. Además, conseguimos que la Dirección de Promoción de la Mujer se convirtiera en la Secretaría de la Mujer, trabajé en la comisión del anteproyecto, eso se logró en el 97. Recuerdo que hicimos muchos talleres y reuniones”.

9. Logros
Cuando era Dirección la Mujer, su primera directora fue Martha Olga García, Jorge Blanco la designó. Recuerdo que habían cosas que no se podían conseguir, porque como Dirección no podíamos alcanzar mucho, por eso fue el afán de Milagros y de un grupo de abogadas de hacer la Secretaría de la Mujer para que hubiera autonomía y se pudiera reclamar, entonces dentro de la Secretaría en vez de hacer una consultoría jurídica, hicimos ese proyecto para que fuera más pegajoso. Atendíamos a muchas mujeres, todas tenían problemas, antes la mujer no tenía derecho a nada, les decía que cuando una gallina pone un huevo lo cacarea y esa es la lección que la mujer debe dar. Después de ahí es que en la Maternidad le dan un papel a las madres y les dicen a la oficialía que deben ir. En la época de los noventa las mujeres estaban en la inopia, ya no, ahora están en la leguleya, porque en ese tiempo estaban muy lejos de la realidad”.

10. Matrimonio
Mi esposo Luis Miguel García Figueroa falleció en 2014, nos conocimos trabajando en la Cédula, duramos dos años de amores y luego nos casamos. Tenemos dos hijas Karina, técnica farmacéutica en el Laboratorio Defilló; y Miguelina, licenciada en Contabilidad y Gerencia, también se hizo maestra especializada. Eran tres hijas, pero la más pequeña, Silvia Mercedes, falleció a los 16 años. Tengo cinco nietos y dos biznietos”.

Un reconocimiento a su trabajo

Uno de mis logros más importantes fue cuando me dieron la Medalla al Mérito después de haber trabajado un montón de años, más de 60. Con esa medalla por lo menos se recordaron que trabajé. Hay personas que se la han entregado y uno se pregunta qué han hecho para merecerla. Sé que lo que me dieron no es regalado. Cuando llamé algunas exdirectoras me preguntaban si todavía no me la habían dado, otras me decían por fin te la dieron y reconocieron tus años de ejercicio. Ese reconocimiento es un recuerdo imperecedero que será para mi descendencia.

Opinión
Mi mamá decía que las mujeres no estudiaban Derecho, le dije que sí, que habían varias graduadas y les mencioné a la señorita Paradas, Iluminada Lora y Luz Saldaña”.

Aportes
Trabajé junto a otras juristas en el anteproyecto de modificación de las leyes que afectan a la mujer y los menores en la República Dominicana”.

Desarrollo
En los años noventa, las mujeres estaban en la inopia, ya no, ahora están en la leguleya, porque en ese tiempo estaban muy lejos de la realidad”.

Frutos
Uno de mis logros más importantes fue cuando me dieron la Medalla al Mérito después de trabajar más de 60 años. Por lo menos se recordaron de que trabajé”.

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