El doctor es referencia en reproducción asistida y ginecología no solo en Santiago, sino también a nivel internacional

Un caso de infertilidad en su familia llevó al doctor Ramón Espinal a especializarse en reproducción asistida, siendo su hermana su primer éxito en este campo hace más de 20 años, y desde entonces, ha ayudado a cientos de parejas a cumplir su deseo de ser padres. El presidente-fundador del Instituto de Reproducción y Ginecología del Cibao es ejemplo de perseverancia y dedicación, pues costeó su carrera trabajando como chofer de carro público, y mientras trabajaba en un hospital y un centro de salud privado, también instalaba inversores para ahorrar dinero e irse fuera a hacer su especialidad.

1. Vocación
Nací en Santiago, pero al año mi padre Pedro Espinal se mudó a Constanza en busca de mejor vida, él y su hermano tenían unos aserraderos de madera. Desde niño tenía la noción de que me gustaba la medicina, me cuenta mi madre que cuando era pequeñito los paseos que me gustaban que me dieran era a una clínica que había en Constanza, parece que ya la vocación estaba en mí. A los 15 años mi padre decide que retornemos a Santiago. Estudié en el liceo México Plan de Reforma, que comenzaba un programa para aquellos que tenían el deseo de estudiar enfermería, salíamos como bachiller técnico en enfermería”.

2. Esfuerzo y superación
Soy de la primera promoción de la Universidad Tecnológica de Santiago. Comienzo a estudiar medicina como chofer de concho de la Ruta N, con eso pagué mi universidad. A veces duraba hasta las 12 de la noche conchando y a las 7 de la mañana tenía que estar en un laboratorio de Anatomía. Comenzamos 84 estudiantes y al final nos graduamos tres. Lograr esa meta fue de mucho orgullo y satisfacción, sobre todo por el orgullo de mis padres, pues en ese momento mi papá ya no era aquella persona que tenía aserraderos de madera, era un chofer privado, y lograr salir de mi barrio Pekín, y hacerme médico, fue muy significativo. Desempeñé varios cargos, fui director del hospital de Navarrete, jefe del Departamento Médico de Cementos Cibao y hacía servicios en la emergencia de la Clínica Materno Infantil. También montaba inversores que traía de Miami, acudí al pluriempleo porque aspiraba ir fuera del país a hacer la subespecialidad”.

3. Especialidad
Terminé mi especialidad en Ginecología y Obstetricia en la maternidad del Hospital Luis E. Aybar en 1994, de ahí parto para México e hice una subespecialidad en Biología de la Reproducción Humana, y diferentes cursos. Al regresar ingresé al Instituto Materno Infantil. Fui el segundo que llegó al país con esta subespecialidad. En la época que estudié hubo muchos avances en esa área, por ejemplo apenas en el 93 se descubrió la inyección intracitoplásmica de esperma, que hoy es prácticamente una de las llaves que utilizamos en mujeres y hombres con muchos problemas”.

4. IREGCI
Siempre soñé con montar mi propia clínica de reproducción asistida, y fundé en 2006 el Instituto de Reproducción y Ginecología del Cibao. Durante estos quince años hemos podido ayudar a tantas parejas que así lo han necesitado. Hemos tenido sostenidamente una actualización, y en el día de hoy somos los únicos en el país en hacer el diagnóstico genético preimplantacional. Hay enfermedades ligadas al sexo y mediante esta técnica podemos elegir el sexo del bebé y evitarla. También lo hacemos en pacientes de familias que tienen problemas genéticos y es posible con esa técnica detectarlo y que esa familia no tenga un bebé con problemas, porque no lo sabían”.

5. Satisfacción
Son muchos los niños que han sido concebidos con diferentes técnicas, nuestro número de pacientes sobrepasan sobre los 20.000, entonces hemos rendido mucho en este tiempo. Nos sentimos muy orgullosos de lo que hacemos, porque cuando nos levantamos todos los días salimos a ayudar personas a recuperar su salud, ayudar personas a que tengan sus hijos y a orientar personas, porque aquí somos objetos de muchas visitas de segunda opinión”.

6. Motivación
Mi hermana perdió cuatro embarazos, y eso me motivó a estudiar fertilidad, ella fue mi primer éxito, la niña hoy tiene más de 20 años. Luego tuvo un varoncito y eso me motivó mucho hacer la subespecialidad. El doctor Elías Rosario tenía un centro muy parecido en Santo Domingo, fue el que hizo el primer in vitro en este país, y eso aunado al problema de mi hermana selló el amor por mi especialidad. La mayoría de pacientes dicen ya usted es el último que visito, es una especie de línea de defensa, los casos difíciles se han hecho rutinarios en esta institución, pero nos da mucha satisfacción y siempre le decimos a la paciente que el regalo más grande que nos pueden dar es mandarnos una foto de ese bebecito o traerlo para conocerlo”.

7. Reconocimientos
En 2008 recibo una llamada de fuera del país, me dijeron que había sido elegido como uno de los mejores 100 cirujanos del mundo. Lógicamente estaba creyendo que se estaban burlando de mí, cuando investigo me dicen que es cierto, que es una institución internacional que hace esas escogencias en diferentes continentes, en esta oportunidad iba a ser en Cartagenas de India, Colombia. Fui muy satisfecho a recibir ese premio y estando en ese lugar recibí otra llamada, esta vez desde Perú, donde me informaban coincidencialmente, porque son instituciones diferentes, que me habían elegido como mejor médico especialista en fertilidad del país. Qué satisfacción sentí. Lo primero que pregunté fue cómo hacían esa escogencia, me dijeron que tenían mucho tiempo haciendo estudios y encuestas, inclusive de pacientes que habían venido de fuera y se entrevistaron”.

8. innovación
Creamos una nueva técnica en medicina y la introdujimos en toda América del Sur, Centroamérica, y lógicamente en nuestro país. Esa técnica llamada Cirugía Cosmética Vaginal, que tiene que ver con el embellecimiento y la funcionalidad de la vulva y la vagina de la mujer. Esto es medio cómico, pero resulta que, en un viaje que hice a California soñé poniéndole la vagina bonita a las mujeres y una serie de cosas e inmediatamente llegué comencé a escribirlas y reuní un conjunto de técnicas que ya conocía y otras que no, y eso dio como consecuencia que pudiera crear esa técnica. Compré un láser posteriormente, comencé a hacer una serie de procedimientos y luego hice un entrenamiento con unos médicos franceses que estuvieron aquí. Creamos una escuela y nos hicimos miembro de la Sociedad Internacional de Cirugía Cosmética, comenzamos a entrenar médicos, y tenemos más de 500 egresados de 22 países”.

9. Amor a primera vista
Estando en UTESA conocí a mi esposa Yomaris. Un día veo esta muchacha que llega conduciendo un motor DT 125 y me quedé mirándola, -fui corredor de motores-, se quitó el casco protector y entró a un aula, comencé a observarla. Me fui a Santo Domingo a hacer la rotación de pediatría y la de ginecoobstetricia, cuando regresé a la universidad la veo cruzar en compañía de otra compañera y pregunté sobre ella, entonces un compañero, Danilo Ricourt me dijo que vivía en Guayabal. Un sábado me llevó a su casa y hasta el sol de hoy no dejo de ir a ese sitio, nos casamos tres años después. Tenemos tres hijas, nuestra mayor riqueza: Yomeris, actualmente está en el último año de ginecología; la segunda es Lenny, estudia el último año del medicina, y la última Anaya va por la mitad de la carrera de medicina. Todas quieren hacer la misma especialidad que yo para trabajar aquí”.

10. Milagro divino
Mi hermano mayor Pedro me llevaba a ver carreras de motores al monumento, y terminé haciendo lo mismo. Ganaba carreras que se hacían en Santiago, Navarrete, Villa González y Tamboril. Tuve muchos accidentes. Cuando estaba haciendo el internado en la capital en 1985, en un viaje que hice a Santiago cometí un error, fui a ver una carrera a Villa González y me pidieron que corriera un motor, me dejé entusiasmar, tenía mucho tiempo fuera de las carreras, el motor que me dieron tenía los amortiguadores malos, cuando doblé a mucha velocidad en una curva, el motor se barrió, y tuve una lesión de columna. En la ambulancia comencé a dejar de sentir movimiento de la cintura hacia abajo, y lógicamente con los conocimientos médicos que tenía sabía que algo no iba bien.
Comencé a orar, le pedí a Dios que si me daba la oportunidad de salir de esa con bien, no volvería a correr. El doctor Pérez Simón se reunió con la familia, le dijo que no podía garantizar que volvería a caminar, que solamente un milagro de Dios lo permitiría. Casi al mes comencé a mover los pies, logré caminar, tengo el aplastamiento en la lumbar todavía, pero gracias a Dios pude recuperarme y jamás he vuelto a competir”.

Honor a quien honor merece

El doctor Espinal recuerda lo aprendido del doctor Elías Rosario, pionero en la fertilización en el país, quien creó la maternidad del Hospital Luis E. Aybar, así como la residencia de Ginecobstetricia en dicha maternidad, dónde fue parte de la segunda promoción, por lo que cree justo que dicha maternidad, lleve su nombre.
“Era un excelente médico, se dedicó a la fertilidad, fue de los primeros especialistas en el país, creó el primer instituto de reproducción en la capital. A finales de los 70 hubo una serie de orientaciones al país y en toda América Latina de la OPS y la OMS, ellos recomendaban que hospitales como el Moscoso Puello, Morgan y otros debían tener servicios de ginecología obstetricia, no sólo el Darío Contreras. Lógicamente el sistema de salud acogió esas medidas y se crearon, pero de todos solamente una maternidad sobrevivió, que es la del Morgan, todas las demás fueron cerradas.

La del Morgan es modelo en América Latina, gracias a ese señor Rosario, quien se dedicó a ellas por más de 40 años. Muchos directores la cerraban, pero él volvía a abrirla, fue una lucha a sangre y fuego para mantener esa maternidad y lograr después que los estudiantes de la UASD y del INTEC rotaran por ahí. Él enfermó posteriormente y tuvo que abandonar la medicina pública y la privada, entonces una gente que luchó como él, merece que esa maternidad lleve su nombre. Sin embargo quieren ponerle el nombre de un pediatra que estuvo en desacuerdo, que luchó todo el tiempo contra esa maternidad para cerrarla, porque decía que en ella se gastaba mucho dinero.

Paradigma
Los pacientes tenían que irse a Colombia o Puerto Rico a hacerse una inseminación, ahora vienen de otros países a hacerse los procedimientos aquí, tengo pacientes desde Canadá hasta Australia

Vocación
“Mis hijas pretenden seguir mis pasos, pero entiendo que la medicina es una vocación y que a las personas hay que dejarla que hagan lo que entiendan que le gusta para que se puedan dar buenas”.

Entrenamientos
La escuela se hizo tan famosa, venían médicos de todo Centro y Suramérica, e incluso del Líbano, Alemania y España a entrenarse aquí.”

Méritos
El primer bebé nacido con la técnica de la inyección intracitoplásmica de esperma en el país fue en el 2007, obviamente lo logramos aquí”

Logros
En mi graduación de la especialidad fui elegido como mejor por las altas calificaciones obtenidas como residente en ginecobstetricia”

Avances
Con el diagnóstico genético preimplantacional es posible detectar, resolver y evitar ciertas enfermedades en una familia”

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