Margarita Meyer explica que el objetivo de Proeducado es financiar proyectos de educación existentes en el país

Margarita Meyer Guerrero sueña cada día con que todos los niños, niñas y jóvenes del país puedan educarse y tener un futuro próspero. Como educadora, desde la diáspora no se ha cruzado de brazos, pues ha aunado fuerzas y manos dominicanas para contribuir con iniciativas de educación en comunidades en riesgo social, a través Proeducado, una organización sin fines de lucro fundada en 2009 bajo los estándares suizos dedicada a la recaudación de recursos para promover acciones a favor de la educación en la República Dominicana.

A través de la realización de actividades como venta de artesanías y de comida dominicana, clases de zumba y jornadas de limpiar zapatos, Meyer Guerrero y su equipo de voluntarias han recaudado los recursos con los que han impactado a más de 20 mil personas.

Considera que la transformación de la sociedad dominicana solo es posible a través de la educación, de ofrecer a las personas herramientas que le faciliten el desarrollo personal y profesional. Su sueño “es que la República Dominicana tenga un sistema de educación parecido al de Suiza con los jóvenes”.

1. Circunstancias familiares
Aunque nací en Restauración, en la frontera con Haití, me crié en Santo Domingo. Mi niñez fue muy especial, éramos una familia muy grande, humilde, soy la tercera de siete hermanos, una de mis hermanas murió de pequeña. Mi papá, Pablo Guerrero era guardia y mi mamá Dulce María Santana era ama de casa. Aunque teníamos dificultades para conseguir el dinero de la comida y de los estudios, mi madre siempre se las arreglaba para vender dulces y helados, ella siempre quiso que todos estudiáramos una carrera universitaria. Ese fue su sueño y dio todo por eso. A pesar de que éramos de clase humilde crecimos con mucha dignidad, siempre limpios, arregladitos, peinaditos, coquetos… Cuando trasladaron a mi papá a Santiago, allá se encontró con los dueños de la empresa Amigos del Hogar, ellos iban a mudar la imprenta a Los Prados en Santo Domingo, mi papá les preguntó si tenían un empleo para mí, entonces me dieron trabajo aquí”.

2. Llegada a la capital
Vinimos a la capital en 1952, nos mudamos en la Juan de Morfa, Villa Consuelo, que aunque era un barrio pobre, era lindo, bohemio, ahí vivimos por muchos años. Recuerdo que trabajaba en el día y estudiaba en la noche el bachillerato en la Academia Renacimiento que quedaba en la 30 de Marzo. Las personas que vivían ahí ahora son médicos, abogados, entre otras profesiones, los amigos de entonces al día de hoy siguen siendo nuestros amigos, nosotros formamos un club cultural llamado El Combo, ofrecíamos charlas de diversos temas. Ese fue un tiempo tan hermoso, que aunque pasábamos un poco de hambre no nos dábamos cuenta”.

3. Religiosidad
Trabajé en el Colegio Nacional Dominicano donde también estudiaba, quedaba cerca de la Juan de Morfa, pero antes había estudiado en un colegio de monjas salesianas, creo que se llamaba San Francisco de Sales, quedaba al lado del colegio María Auxiliadora, tenía una beca por mis altas calificaciones. Siempre he sido muy religiosa, quería ser monja, cuando se lo dije a mi mamá le dio un ataque, me dijo que las monjas se encierran en un lugar, que nosotros tenemos necesidades y que yo tenía que ser licenciada para ayudar a la familia. Luego me cambio de colegio, me inscribió en un colegio de un famoso Padilla que era medio comunista cerca de la casa, no recuerdo el nombre, pero después me cambió al Colegio Nacional Dominicano porque no podía pagar las cuotas. Ahí también comencé a trabajar, el director veía en mí ese dote para enseñar, entonces me dijo que me exoneraría las cuotas y que me pagaría algo de dinero para que diera clases. Aunque era muy poco lo que me pagaba, con ese salario ayudaba en la familia”.

4. Viaje a Venezuela
En los años 70 me fui a Venezuela por dos años, en ese tiempo trabajaba en una compañía de venta de libros y enciclopedias, entonces nos enviaron a un grupo de jóvenes para allá. Esa fue una experiencia muy especial, muy interesante, pero a los dos años decidí regresar a mi casa para seguir mis estudios, porque solo había hecho el Colegio Universitario. Cuando regresé, me inscribí en INTEC, pero lo tuve que dejar, mis padres murieron y tuve que ocuparme de mi familia. Luego hice un curso de Administración de Empresa en una universidad que habían iniciado, pero el dueño se fue con el dinero y no nos dieron el diploma, pero no importa porque después de eso pude trabajar en muchos lugares”.

5. Historia de amor
Conocí a mi esposo Juerg Mayer cuando trabajaba en Central de Crédito. Un día, mi jefe recibió una carta de un joven suizo llamado Juerg Meyer que se había graduado de ingeniería eléctrica y quería trabajar en un país de habla española. Recuerdo que mi jefe me dijo que no entendía cómo un joven tan inteligente que hablaba alemán, inglés, francés y español solicitaba empleo desde Suiza. Recuerdo que mi jefe me pidió que le escribiera para decirle que no podíamos costear su salario y que además su hijo estudiaba lo mismo y pronto se iba a unir a la empresa, que le deseábamos mucha suerte y que si quería le podíamos dar las direcciones de otros consorcios en el país. Como se me olvidó ponerle las direcciones de las empresas, él joven me devolvió el correo, y a partir de ahí empezamos a chatear por Teletex. En una de nuestras conversaciones, me dijo que aunque se recibió buena oferta de empleo en su país, quería visitar la República Dominicana. Luego, me pidió que le mandara una foto, entonces le dije que cuando me enviara la suya, entonces cuando me la envió, le hice llegar la mía donde estaba con una amiga. Él me preguntó cuál de las dos era yo, entonces le tuve que decir. Juerg vino por primera vez al país en enero de 1979, y luego lo fui a visitar y me quedé allá. Entre mi esposo fue amor al primer chateo, estábamos muy enamorados”.

6. Su llegada a Suiza
Cuando llegué a Suiza sus padres estaban un poco inseguros, pero me acogieron con amor, y en poco tiempo me los gané. Juerg y yo tenemos 42 años de casados y dos maravillosos hijos gracias a Dios, Michael y Alain de 39 y 36 años, ellos son mi gran tesoro. En Suiza tuve que aprender alemán para obtener el permiso de estudiar, me formé en Pedagogía, soy formadora para formadores, lo hice en el Instituto de Formación Profesional. Además, mi hermana Povidencia se casó con mi cuñado, somos dos hermanas casadas con dos hermanos, ella es la secretaria de Proeducado”.

7. Fundación Proeducado
El objetivo de este proyecto es impulsar iniciativas que fomenten la educación en comunidades de riesgo social en la República Dominicana. Conseguimos la conformación de esta entidad bajo los estándares suizos y el reconocimiento de la comunidad europea, que contribuye con las acciones que realizamos a favor de la erradicación del trabajo infantil, la deserción escolar y la capacitación técnico vocacional de jóvenes y mujeres de la comunidad. He sido varias veces su presidenta, pero todo el tiempo me sido la Coordinadora de Proyectos y Actividades. Proeducado fue una idea del gobierno de Suiza, la persona que lo guiaba no hacía nada, entonces el consulado dominicano me conquistó para que asumiera el proyecto. Recuerdo que antes de aceptar les puse mis condiciones, les dije que no íbamos a pedir dinero, ni a mandar cartas, ni acumular dinero en banco, sino que los fondos recaudados con en las actividades que realicemos lo vamos a utilizar de una vez en los proyectos, entonces conseguí un grupo de amigas dominicanas y lo hicimos una asociación en Suiza”.

8. Criterios para los proyectos
El criterio para los proyectos que ejecutamos es que estén en regiones vulnerables, que no tengan fondos propios, que sean buenos y resuelvan un problema de la región. Con este proyecto lo que buscamos es introducir el en este país el sistema de formación profesional que existe en Suiza que es excelente. Nuestro lema es Ayudar es divertir, por eso el dinero que recaudamos va directamente a los proyectos de aquí. Operamos en Suiza y compactamos en la República Dominicana. Las mujeres de ProEducado nos sentimos orgullosas de esta labor, inicié este proyecto junto a Michelle Pimentel, Mayra Van Aker Núñez, Josefina Schnell Ortiz, Josefina Schnell Ortiz, Providencia Meyer Guerrero, Sandra Valiente, Sora Bentler, María Magdalena Decasper, Susan Mézquita, pero solo estamos activas Michelle, Providencia, Magdalena y yo”.

9. Beneficiarios
Como los proyectos que ejecutamos son de educación, los beneficiarios son escuelas y colegios en regiones marginadas y grupos que no se pueden costear sus estudios. De las primeras iniciativas de ProEducado se encuentra un pozo de agua que hicimos, la remodelación y equipamiento de la cocina y la construcción de un muro de contención que protege la Escuela Hogar Pituka Flores de los derrumbes de rocas. Remozamos y ampliamos el Centro de Formación San José Obrero en Villa Jaragua, Provincia Bahoruco, contribuimos con la construcción y equipamiento de las aulas de la Fundación la Merced que ha beneficiado a cientos de niños, niñas, jóvenes y adultos de los sectores Las Caobas, Batey Bienvenido, Manoguayabo y Hato Nuevo en Santo Domingo con formaciones técnicas en informática, electricidad, repostería, contabilidad, costura, entre otros oficios. Otro proyecto fue la escuela Fé y Alegría, un milagro hermoso. Hoy en día es el politécnico Fe y Alegría Marañón III. El último proyecto que ejecutamos fue el de la Fundación La Merced, en el que acogimos 500 jóvenes, 150 mujeres vulnerables, sobre todo madres adolescentes, las cuales a través de nuestros programas han podido transformar sus vidas. Aunque no fue una obra grande, en Punta Cana donamos a una escuelita las ventanas y le hicimos una escalera que necesitaban”.

10. Agradecimiento
Agradezco mucho a esas mujeres del BHD León, ellas son las que están cambiando el mundo. En una ocasión para estos premios me postuló la Fundación La Merced, eso fue en el 1919, en ese tiempo, Mabel Espaillat que era la coordinadora mandó todos los documentos que le pedían y no pasó nada. Después esas mujeres del BHD que son las que cambian el mundo Kirsis y Jazmín continuaron dándome seguimiento, entonces lo consulté con la actual presidenta de Proeducado, recuerdo que me dijo que yo era la que había estado al frente a todo y me convenció para participar. Cuando me dijeron que fui elegida finalista, no sabía que decir, estaba sorprendida, no me lo creía, me sentía extraña, uno no trabaja para que le premien, no me imaginaba que podía ganar. La noche que iba a recibir el reconocimiento, cuando la primera dama, Raquel Arbaje me felicitó, me dijo que teníamos un proyecto muy lindo desde la diáspora, entonces me di cuentas que estaba enterada de lo que hacíamos. También la vicepresidenta, Raquel Peña me escribió para felicitarme. Me sentía como en una película, me llegaron todas mis compañeras a la mente, me hubiera gustado haberlas tenido a mi lado para celebrar el premio juntas”.

El nacimiento de un proyecto

“La razón por la que nació el proyecto Proeducado fue porque siempre tuve el sueño de introducir el sistema de educación profesional de Suiza aquí en el país. Ahora tenemos al INFOTEP, que está muy bien y va por muy buen camino, pero el sistema suizo tiene la diferencia de que empieza la orientación vocacional en elos estudiantes desde la secundaria y en muchas ocasiones antes, lo hacen hasta lúdico. Van encaminando a los alumnos a irse enfocando en cómo ven su futuro y les presentan sistemas diferentes donde ellos pueden entrar y hasta escalar.

El aprendizaje es sumamente practico, el niño o el joven que quiere estudiar comercio o trabajar en un banco puede ir aprendiendo mientras va estudiando. Esos jóvenes aprenden además un poco de inglés, francés, entre otros idiomas, entonces cuando salen de ahí, lo hacen siendo profesionales”.

Recuerdos
Cuando vinimos a la capital en 1952, nos mudamos en la Juan de Morfa, Villa Consuelo, que aunque para la época era un barrio pobre, era lindo, bohemio”.

Su gran amor
Entre mi esposo y yo fue amor al primer chateo, estábamos muy enamorados, ya tenemos 42 años de casados y dos maravillosos hijos”.

Proyecto
Proeducando tiene el objetivo de impulsar iniciativas que fomenten la educación en comunidades de riesgo social en la RD”.

Satisfacción
La noche que recibí el premio, cuando la primera dama Raquel Arbaje me felicitó, me dijo que teníamos un proyecto muy lindo desde la diáspora”.

Esfuerzo
Aunque tuvimos dificultades para conseguir el dinero de la comida y de los estudios, mi madre siempre se preocupó para que nosotros estudiáramos, ella quería que fueramos profesionales.

Colaboración
Éramos una familia muy humilde, mi papá tenía un salario de guardia y mi madre no trabajaba, pero siempre se las arreglaba para vender dulces y helados y así tratar de ganarse el dinero para ayudar en la casa.

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