No será fácil cuantificar ni olvidar las pérdidas que ha provocado la Covid-19 en el mundo del arte y el espectáculo dominicano, sobre todo en áreas como el cine, el teatro y la música en vivo que se han visto limitadas desde que en marzo la pandemia causó un encierro total.

A partir de entonces, el clamor por las ayudas que han elevado distintos sectores del entretenimiento es el pan nuestro de cada día que el gobierno mastica y traga en seco.

La industria del séptimo, que en el 2019 aportó unos RD$3,719 millones a la economía (de acuerdo a los datos de la Dirección General de Cine -DGcine-), apenas se reactivó el pasado 15 de octubre, evidenciándose que, tanto este renglón como el teatro, son in­sostenibles con la pírrica cantidad de pú­blico que se recibe en las salas, como forma de respetar el protocolo de distanciamiento físico exigido por las autoridades de salud para frenar el coronavirus.

Tan solo seis filmes de factura local corrieron con la suerte de estrenarse antes de que el virus obligara al cierre: Una fiesta inolvidable, de Tito Rodríguez; Me gusta la tuya, de Roberto Ángel Salcedo; Cómplices, de José E. Pintor “Pinky”; Cabarete, de Iván Bordas; Pinky & Mole, de Francis Rollins, y Malpaso, de Héctor Ml. Valdez. Otras tres producciones llegaron a la pantalla grande tras la reapertura: Mis 500 locos, de Leticia Tonos, Papi, de Noelia Quintero Herencia, y hace pocos días el director Alan Nadal Piantini se atrevió a colocar en cartelera Atravesando el Jordán.

Algo positivo que señaló recientemente la titular de la Dirección General de Cine (DGCine), Yvette Marichal, en el marco de las actividades del 20 aniversario de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), es que desde julio se muestra un repunte en las actividades, al contabilizar 16 proyectos locales, que incluyen 10 películas, tres documentales y tres reality shows o programas de telerrealidad dominicanos. Además, se han rodado siete proyectos extranjeros (cinco reality shows y dos películas, una de ellas Geechee, del director indo-estadounidense M. Night Shyamalan, nominado al Óscar en 1999 por El sexto sentido).

Escenarios

Con menos suerte corrió la escena teatral, que vio apagadas sus esperanzas desde el mismo mes que celebraba el Día In­ternacional del Teatro (27 de marzo).

En noviembre pasado, la ministra de Cultura, Carmen Heredia, autorizó, siguiendo el protocolo trazado por el Ministerio de Salud, reabrir los teatros en todo el territorio nacional. El anuncio llegó con una lista de beneficios para los artistas del escenario, que incluía la exoneración de un alto porcentaje del costo de las salas estatales para espectáculos nacionales y el cobro de sólo un 12 por ciento a las producciones.

Además, se dispuso un auspicio directo a proyectos artísticos en los renglones de teatro, danza y música, que deberá ser solicitado a través del Viceministerio de Creatividad y Participación Popular, que preside el comité que evaluará esas propuestas, las cuales comenzarían a aplicar en noviembre pasado.

Sin embargo, la programación ha estado muy tímida. La productora Gianni Paulino apostó a la fórmula del teatro al aire libre para volver a escena con la obra Mimosas, en las instalaciones de Mecenas-Centro Cultural Mirador. La pieza reunió las actuaciones de Elvira Taveras, Giamilka Román, Lidia Ariza y la propia Paulino, bajo la dirección de Germana Quintana.

El único escenario independiente que ha estado bien activo desde mediado de octubre es Chao Café Teatro, trabajando a media capacidad.

Pero el horno no ha estado para galleticas durante todo este tiempo de confinamiento, en el que muchas figuras han desafiado las plataformas digitales para cubrir sus necesidades artísticas.

Aunque el dinamismo ha mermado mucho, algunos famosos no se quedaron de brazos cruzados y se abrazaron a los cuentos a través de las redes sociales, Live en Instagram, clases virtuales de teatro, transmisión de monólogos y estrenaron atractivos proyectos para entrevistarse entre ellos mismos.

De los conciertos en vivo al streaming, ni es lo mismo ni es igual
La caída de los conciertos en vivo ha sido abismal, aunque ya se han ofrecido algunos eventos, como los dos recitales en el Teatro Nacional (Aisha Syed y “50 minutos de danza y música: la gran reapertura”), Latin Music Tours, Premios HEAT y “Las Canciones que amo”, de Ricardo Montaner.

La idea de que el 2020 sería un año espectacular para la música, con las presentaciones de Luis Miguel, Juan Luis Guerra, José Luis Perales, Bad Bunny, Daddy Yankee, Soda Stereo, Chayanne y Gwen Stefani, por solo mencionar algunas de las estrellas que estaban confirmadas para cantar en República Dominicana, se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos. Desde entonces, solo se habla de las pérdidas millonarias por las cancelaciones y suspensiones de los eventos que tenían en carpeta los productores, quienes han apostado en los últimos meses a los conciertos streaming. Pero ni es lo mismo ni es igual.
Para tener una idea de lo que ha significado esta crisis en la economía naranja, solo hay que citar la Encuesta Nacional de Consumo Cultural de la República Dominicana 2014 del Banco Central, donde indicaba que el gasto en lugares y eventos culturales ascendía en ese entonces a RD$837.6 millones de pesos, aproximadamente. Del total gastado, el 52 % correspondió al cine, el 19 % a eventos artísticos, el 12 % a visitas a los museos y 10 % a teatros.

En la pantalla chica

Luces y sombras arroparon la televisión de entretenimiento durante este año atípico. Suspensiones y cancelaciones de talentos por los efectos de la crisis que ha provocado la pandemia, y cambios de programas de un canal a otro, dieron mucho de qué hablar. La salida de “Pégate y Gana con El Pachá” de Co­lor Visión a Teleradio Amé­rica (canal 45), para ser sustituido por “La Guerra de los Sexo”, fue uno de los movimientos más controversiales, al igual que la mudanza de los programas de Nel­son Javier (del canal 25 de Santiago a Teleunión). El 2020 marcó también el regreso de “Qué chévere es saber” en el canal 9 y consolidó producciones como El Show del Mediodía, con Iván Ruiz a la cabeza. Una fórmula que cayó como anillo al dedo para amortiguar la pandemia fue el reality show. “Buscándole un novio a Mamá”, “Dominicana´s Got Talent” y MasterChef RD conquistaron la audiencia.

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