¡Sucedió lo improbable! Aznavour se nos ha ido a otra dimensión. Aunque es doloroso, estoy seguro que preferirá que lo recordemos con alegría y encanto.

Porque, al igual que muchos que lo conocimos personalmente, no podemos evitar una sonrisa llena de júbilo y cariño eterno.
En una ocasión, cuando era parte del programa de televisión Pantalla 10, con Armando Almánzar, hizo su primera visita al país el genial Aznavour. Como este era un programa de cine, y había disfrutado de la obra fílmica Tirez Sur le Pianiste, de Francois Truffaut, quedé impresionado con la participación de este genio.
Como cantante y actor ya era admirado por mí y su fama de maestro del entretenimiento era conocida cuando me dirigí al hotel, donde se encontraba, con la ayuda de Jaime Gómez, excelente camarógrafo que acababa de llegar de Cuba.

La entrevista

Tuvimos que recurrir a la embajada de Francia, que en ese entonces tenía su sección cultural en la llamada “Casa de Francia”, para obtener la entrevista. Ya su agente había negado este privilegio a todos los periodistas de farándula, porque anteriormente, pero en otro país, lo asediaron con un matrimonio bastante curioso que había contraído y que hasta el día de hoy no sé los detalles. Solo me interesaba su participación en esta obra maravillosa. Y así lo hice saber al agregado cultural francés de entonces.

Por fin estábamos en el ante despacho de su suite de lujo y me advirtieron que no hiciese preguntas personales, a lo que rápidamente aseguré que mi interés era el cine. Esto hizo que nos hiciera pasar inmediatamente y fuésemos recibidos por esa inolvidable sonrisa llena de amor y generosidad del inigualable genio Charles Aznavour.

Ahí descubrí su amor por el espectáculo que, años más tarde, sería reconocido en el Boulevard de las estrellas en Hollywood, como su favorito Fred Astaire.

Sus orígenes

También descubrí que sus padres eran de la ex república soviética, Armenia, y que huyeron a Francia para llegar a Estados Unidos, pero él nació en París, el 22 de mayo de 1924, cerca de donde yo vivía (Boulevard Saint Germain), lo que nos hizo conversar sobre el “Carrefour de L’Odeon”, donde conocí a la madre de mis hijos. Al final de la entrevista duramos más de 1 hora contando más historias, esta vez sobre Atahualpa Yupanqui, Yves Montand y otros, entre ellos la inolvidable Edith Piaff.

También supe de su boca que el cine lo apasionaba y, aunque fuese una aparición cantando, lo iba a aceptar con amor, pero al final de sus días sobrepasó con creces esa pasión que le hizo descubrir Francois Truffaut.

Charles Aznavour, cuyo nombre era Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdassarian, y considerado el Frank Sinatra de Francia, llegó a lo más alto del mundo del espectáculo como cantante, compositor y actor, cuya carrera se me hace difícil enumerar, pero por lo menos puedo decir que llegó también a lo más alto de mi corazón.

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