La publicación de Diáspora, probablemente cierre el ciclo creativo alrededor del documental de igual nombre del cineasta dominicano Héctor M. Valdez.
El género documental es la mejor y más definida expresión del cine dominicano.
Héctor M. Valdez después de su ópera prima Al sur de la inocencia (2014), se metió de cabeza en el género documental con República del color (2015), que en buena lid es un ensayo sobre lo dominicano a partir de la relación artes visuales-naturaleza.
En 2017 entrega el largo de ficción Melocotones, para dos años después entregar el filme Malpaso (2019), uno de los más interesantes acercamientos al tema racial y a la plaga de la pobreza, en blanco y negro. Un largometraje de ficción con alma de documental en el acento de su narrativa.
Diáspora (2022), el documental, es el segundo paso de su trillo por dentro de sí mismo, la indagación del yo, el nosotros. La exploración de las migraciones, así como el nacimiento de la identidad caribeña, a través de las expresiones artísticas y religiosas de los pobladores de las islas del Caribe.
Diáspora, el libro, es una joya del diseño, con un despliegue fotográfico y un sentido de la diagramación posmodernista que retoma lo mejor de los 60, a la vez que inserta textos de una tremenda riqueza cultural, como los de la historiadora del arte y curadora Sarah Hermann, las enjundiosas entrevistas al experto en culturas africanas Babacar Mbow, al historiador y experto en los aborígenes taínos Manuel García Arévalo, a la escritora Julia Álvarez que escribe sus libros en inglés, a la pintora Ada Balcácer, al escritor José Alcántara Almánzar, al pianista y compositor Michel Camilo, el escritor Rey Andújar, y al cantautor Juan Luis Guerra.
Un libro merecedor del Premio de la Feria del Libro.
