Este sábado 25 y domingo 26 de febrero se presenta bajo producción de Santo Domingo Pop, siete años después

“Tinta y tiempo es una canción sobre una crisis creativa, compositiva; como si la pandemia hubiese olvidado a qué se dedicaba uno. En la pandemia hubo varias muertes simbólicas… y sentimos ahora que hay un renacer. Me pasó eso con la composición, me costaba mucho escribir y no entendía por qué. Y entonces Tinta y tiempo es una canción en la cual me explico a mí mismo lo que hago; y me pido paciencia a mí mismo. Una especie de ‘autocancióndecuna’, ha dicho Jorge Drexler durante una entrevista. Tinta y tiempo da nombre a su más reciente producción discográfica y a su gira, con la cual regresa a Santo Domingo, siete años después.

El cantautor uruguayo, coterráneo de Viglietti y Zitarrosa, probablemente sea más Galeano que Benedetti y más Onetti que Quiroga. Aunque en su casa habían dos mundos signando cada paso, cada sentimiento, cada respiración: uno cosmopolita y urbanita, socialdemócrata, el de su padre, un judío alemán (Monteverdi, Bob Marley, The Beatles); y en las antípodas otro más criollo y local, y comunista, el de su madre (Quilapayún, Yupanki, Sosa).

Drexler viene pues de una familia mixta con dos mundos tan diferentes que le pusieron los nombres de los dos abuelos a ver si así lograban unirse esos dos mundos, según ha contado en un video al cual elCaribe tuvo acceso.

“Cuando entro en la música nacional, entro con ese híbrido de cosas. Esa mezcla de música cosmopolita y música muy autóctona. Y en ese diálogo he estado toda la vida”, asegura. “Hay mucha dicotomía, muchos mundos, dos polos en los cuales llevo los dos nombres y los dos apellidos. O sea que yo intento hacer un equilibrio. Toda mi vida estuve intentando establecer puentes de conexión entre cosas aparentemente compatibles. Eso es a lo que vine al mundo”, sentencia.

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