Coqueteo, salsa y ”un poquito de amor”, trajo El Flaco de Oro, Marc Anthony, al público dominicano que se dio cita en el Estadio Olímpico la noche de este jueves. Con el sabor que caracteriza al boricua y una impecable orquesta, El Rey de la salsa interpretó los que considera sus mejores éxitos de carrera musical, en el marco de su gira “Viviendo Tour”, con un repertorio de 12 canciones.

La fiesta salsera la abrió el género local. Manny Cruz fue el telonero que subió a escena vestido de negro, acompañado de  su orquesta y  bailarines, que al contrario, iban de blanco, para inyectar una dosis de merengue al público que esperaba a Marc Anthony. “Qué viva el merengue” gritó el artista e interpretó “Sabes Enamorarme”, “Bailando contigo”, “De Lunes a Lunes”. 

En su intervención artística, Manny Cruz pidió a la población ser solidarios con los damnificados que dejó el huracán Fiona y dedicó su canción “Estoy completo” a ese especial momento. 

Continuó con un homenaje al género local y gritó “¡Vamos a bailar merengue!” para iniciar un popurrí en el que interpretó icónicos merengues como, The dancing Mood de La New York Band, “Merenguero hasta la Tambora” de Johnny Ventura y “Cuando pise tierra dominicana” de Fernando Villalona. 

“¿Quien se siente dominicano de corazón? “ preguntó Manny Cruz, para proceder a cantar “Santo Domingo”, canción con la que cerró su enérgica participación. “Que bendición haber nacido en esta tierra bendecida por Dios”. 

A las 9:50, cuando el escenario se apagó, la voz inconfundible de Marc Anthony salió de los altavoces diciendo “yo soy mi música”, causando algarabía en el público.  El acústico de “Pa’lla voy” prendió las alarmas en el público, que indicaban que el boricua salsero estaba apunto de salir. Los celulares enfocaban al escenario a la espera de su salida, que se dio algunos minutos después. Vestido de negro y con su típico bailecito salsero, que daban la percepción de que el artista estaba disfrutando a tope su género favorito. “¿Dónde está mi gente”, preguntó al salir. 

Tras interpretar su primera pieza, el escenario se apagó completamente mientras el artista se  preparaba junto a su orquesta para el siguiente disco. Las luces volvieron a la par con el instrumental de “Valió la pena” que puso a al público de pie, a bailar y a cantar.

Su nítida voz arropó al Olímpico y los oídos de los miles de fanáticos salseros que se encontraban presentes. 

Marc Anthony vive la salsa, vive los escenarios y vive su música. No solo cantó en escena, también bailó cada canción, con los ojos cerrados y los brazos abiertos. Marc Anthony, es tal y  como  gritó en medio de una de las canciones “explosivo”. 

Su pareja Nadia lo respaldó en tarima. La pantalla que hace grande al cantautor a los lados del escenario, la presentaron en algunas ocasiones, tras bambalinas, aplaudiendo y dando ánimos a su novio. 

Siguió su repertorio con una salsa que le tocó a muchos en los sentimientos. Se escuchó a varios en el público decir “Ay mi madre”, cuando interpretó “Hubo alguien”. 

Marc Anthony es sabor. Tocaba ocasionalmente con sus manos  los timbales imaginarios y daba su vuelta particular, moviendo las caderas interpretó un repertorio de 12 canciones. 

Siguió con “Hasta ayer” y apuntando el micrófono al público para que lo acompañará, los fanáticos y él se hicieron uno esta canción. El desamor, una trompeta, una guitarra acústica y otra eléctrica, las  maracas, el Piano, los bongoes, y  la voz unánime del público protagonizaron esta pieza, destacándose al final el solo del guitarrista, Mario, quien duró varios minutos haciéndole honor al instrumento.

Luego de solo cantar y la interpretación de 5 piezas, Marc Anthony habló al público dominicanos. “Muchas gracias y buenas noches dominicana. Gracias por darme la oportunidad de compartir con ustedes, como saben estoy en casa (lanzando coquetamente un beso)”, y advirtiendo que de ahí veía todo. “Esta noche vamos a cantar un poquito de todo”, dijo. 

Para la siguiente interpretación, dijo que se trataba de una de sus favoritas. “Si la conocen, cántela conmigo”, e interpretó “Flor pálida”, una de las más sentidas y de las más coreadas durante la noche. 

“Contra la corriente” siguió e hizo que el artista se apoderara de las baquetas de la batería y junto al baterista Jessie Caraballo armó una especie de batalla en percusión. 

Continuó con una pregunta, “¿qué precio tiene el cielo?” y luego un reproche, “Mala”, una afirmación “Te conozco bien” e intentó terminar con una duda, “Parece viernes”.

Intentó irse, pero el público pedía otra con los focos de sus celulares encendidos. La banda aún estaba ahí, así que era muy probable que volviera. Él complació a los presentes y después de varios minutos como si se tratara de cumplir un deseo, se devolvió a las 11:11 para cantar “Tú amor me hace bien”.

“¿Una más?”, preguntó, porque era imposible que se bajara de ese escenario sin cantar una de las más esperadas y que da sentido al nombre de este “Viviendo tour.  Cerró con “Vivir mi vida” y un mensaje para los dominicanos. 

“Mi gente la Vida es una y que viva la República Dominicana. Que Dios me los bendiga”, y tras una hora y media de concierto, dijo adiós con cariño y besos a los dominicanos. 

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