Su hijo, el vicealmirante (R) Homero Luis Lajara Solá, presentó el libro “Monina Solá, leyenda del teatro dominicano”. El acto fue la noche de este martes 23 de mayo en el Centro Cultural Narciso González.

“Estuvo casi 80 años brindando su arte con decencia y con calidad”, dijo de Monina Solá su hijo Homero, en la presentación del libro. “Espero que después que este libro se lea no haya dudas, de que fallece Monina Solá un 29 de abril, y ninguna representación oficial asiste, ni a las exequias ni al camposanto. Simplemente el que iba a ir parecía que iba al sepelio de la mamá de un almirante de la Armada. Nooo, es Monina Solá. ¡Y eso que quede claro!”, acentuó.

“Los gobiernos deberían imitar a Duarte… Muchos no saben que La Filantrópica y La Dramática era la manera de inculcar las ideas de independencia a las personas en la lucha contra el yugo haitiano, a través del teatro. Eso significa que los gobiernos deben valorar más a las glorias del teatro”, sentenció el ex jefe de la Armada.

Exministros de Cultura como Carmen Heredia, Eduardo Selman y José Antonio Rodríguez, altos cargos militares de gala, militares retirados, artistas, políticos, llenaron el teatro Monina Solá del Centro Cultural Narciso González, en Villa Consuelo, para celebrar la vida de la actriz cuyo cumpleaños 90 se conmemoró ayer.

La actriz Yanela Hernández pidió un aplauso que se convirtió en ovación. La bendición fue ofrecida por el capitán de fragata capellán Federico Marcial, ARD.

Lucía Castillo casi centenaria, Iván García, Fernando Casado, Niní Cáffaro, Fernando Villalona y Domingo Bautista entre muchos otros, estaban presentes y pudieron ver el audiovisual preparado por Ivan Ruiz. Se escuchó Sueño imposible, grabación en voz de Danny Rivera. Éxito, de Luisito Rey, por la mezzosoprano Legner Pérez acompañada por la orquesta filarmónica de la Armada Dominicana. Pedro Pablo Pérez y Legner Reyes interpretaron Una primavera para el mundo, junto al conjunto orquestal.

Otro material audiovisual, Memoria y voz de Monina Solá, de Canek Denis, se proyectó.

La actriz Karina Noble leyó su prólogo. Su colega, la primerísima actriz Elvira Taveras, leyó de Ylonka Nacidit-Perdomo Monina Solá, Inmortal ya, desde el cielo, donde escribió: “Su nombre es un sintagma del yo-femenino que, desde el ayer del siglo XX continuó siendo referencial por su trascendencia y legado”.

El teatro

Fragmentos de obras teatrales por las que es recordada pudieron verse en escena. De Franklin Domínguez El último instante, por Johanna González; Los borrachos, por Olga Bucarelli; Ojalá hoy fuera ayer, por Lumy Lizardo; Bailemos ese tango, por Amarilis Rodríguez.

Y la gran sorpresa de la noche fue con el Don Gil de las calzas verdes, de Tirso de Molina, interpretado -nunca mejor dicho- magistralmente, por una Elvira Taveras absolutamente convincente y orgánica junto a un fresquísimo, rejuvenecido y rotundo Salvador Pérez Martínez, El Pera, que arrancó la ovación final. Vamos, que celebrando la vida de Monina Solá, se celebró también el teatro dominicano. Ayer, como el día de su velorio y el del sepelio, el Ministerio de Cultura hizo sentir su ausencia.

Resumen biográfico de Monina Solá

Debutó con cuatro años en la compañía de teatro que tenía su padre José Narciso Solá. A los 11, trabajó con Emilio Aparicio y a los 14 perteneció al Teatro de Bellas Artes.

Monina fue reconocida y condecorada con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, en los grados de Caballero y Comendador.

La Sala teatral del Centro Cultural Narciso González lleva su nombre.

Desde hacía cinco años padecía de Alzheimer. Antes había participado en decenas de obras teatrales y en los filmes Para vivir o morir (1996), La maldición del padre Cardona (2005) y Los locos también piensan (2005).

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