Algunos personajes se encuentran presentes en la mayoría de los carnavales

El carnaval es una de las manifestaciones culturales donde la imaginación y la creatividad están muy marcadas. En la República Dominicana, la capacidad de crear personajes atractivos ha ido de la mano con el crecimiento de esta celebración, que mezcla elementos africanos y europeos con nuestra historia colonial e independentista y la tradición cristiana.

Un universo de personajes inundan las calles, sin embargo, el centro de atención en el carnaval dominicano es el Diablo Cojuelo. Tiene diferentes nombres, de acuerdo a los grupos que le dan vida en cada región. En Santiago se llama Lechón, en Puerto Plata se denomina Taimáscaro y en Mao es conocido como Abechisa, entre otros. Este personaje tiene una historia que se explica de manera antropológica. En el carnaval de La Vega, por ejemplo, los primeros diablos tomaron las calles a partir de 1906. Desde entonces, cada año el número ha ido creciendo para llenar las vías de gran colorido y alegría.

De negro en la celebración
Califé

Uno de los personajes que está presente en la mayoría de los carnavales dominicanos es el Califé. Se identifica por vestir con saco negro de cola de pingüino y pantalones negros con un largo gorro, más exagerado que los sombreros de la clase alta que se utilizaban en la epoca de la colonia. Tiene pintada de negro la cara y, aunque algunos investigadores dicen que los labios y el borde de los ojos deben llevar tono rojo, en la mayoría de los casos lo hacen con el blanco. Porta un bastón y en algunos casos acompaña sus rimas y versos al compás del sonido de una güira.

Alegoría a los indígenas
El Indio

El indio, alegoría que se le hace a los indígenas, es una representación que se encuentrar en celebraciones de San José de Ocoa, Azua, San Juan de la Maguana, Sabana Grande de Boyá, Santiago, Higüey, El Seibo y Santo Domingo, entre otras ciudades, aunque sus características varían dependiendo del lugar. Según se destaca en el Museo del Carnaval Vegano, este personaje se identifica por su poca vestimenta. Lo común es verlos caminando descalzos, con falda elaborada con pencas de coco, llevan pulseras, maquillajes en el rostro y portan lanzas, arcos y flechas.

Robalagallina, palo con ella…
Robalagallina

No hay un carnaval dominicano donde este personaje esté ausente. De acuerdo a los investigadores, el Robalagallina se originó con la ocupación haitiana (1822-1844). Es una de las figuras más jocosas, que se distingue por la exageración de su busto y su trasero, que le permiten crear una pronunciada cadera. Normalmente es un hombre vestido de mujer, que simboliza a una persona que se roba una gallina antes de ser castigado. El colorido de su vestimenta y el maquillaje exagerado ayudan a crear un personaje más divertido, que se cubre con una sombrilla y lleva una cartera llena de dulces para arrojar al público. El Robalagallina más popular del país es el que personifica el santiaguero Raudy Torres.

Simbolismo africano
El Tiznao

Es un personaje pintado totalmente de negro, en algunos lugares se les llama africanos y waikiki. En San Cristóbal adquiere un nombre muy diferente: Pepes. Las sustancias para forrarse con ese color es una mezcla sorprendente. Lo habitual es que utilicen aceite quemado de los vehículos y residuos de gomas quemadas mezclada con agua; visten falditas de hojas secas o de pencas de coco, se pintan la cara de diferentes colores, llevan pulsas, aretes, argollas en la nariz y portan un palo que representa una lanza.

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