Romeo es un domador de públicos, sabe cómo moverlos, dejarlos descansar un momento, re-insuflarles energía, en un toma y daca formidable entre artista y público.

La experiencia no se improvisa, pero el talento es el divino toque de Dios con la barita a quienes el les da el don.

Romeo, en los primeros minutos del concierto

¡Cuánto crecimiento ante cada nueva gira! Si se recuerda al Romeo de aquella primera gira que Felucho Jiménez les armó por varios países, promoviendo el turismo… se advierte cuánto ha llovido.

Contacto instantáneo y permanente de Romeo con el público

Fue algo que se fue conformando desde noviembre. Y el público pariendo el encuentro con gente haciendo filas en la verja del Estadio Nacional desde hace un mes, con dormidas y todo.

Que sí, que existe la romeomanía. Y esta gira habrá de corroborarlo por donde pase.

Romeo recibió la respuesta instantánea del público

Cuando inició el concierto, el estadio repleto armó una algarabía que debió sentirse en el puerto del Callao.

Lorena Santos una rubia despampanante, española, corista de Romeo, es el primer rostro y la primera voz. Hace melismas. El pañuelo (grabada originalmente con Rosalía) fue la primera canción. Enseguida salió a escena por el mismo medio del escenario, Romeo. Predomina el azul en las luces.

«He traído prensa desde República Dominicana para que vean allá cuánto nos quieren», dijo Romeo.

La segunda canción se va a rojo y hace un clásico de Aventura, La diabla. Sale a la pasarela. El público emocionado le responde cada gesto a Romeo. Une aquella canción con un coro de 43 mil personas para Eres mía.

En la otra, Cancioncita de amor, se arrodilla en la pasarela, le entregan flores. Canta Odio. Sin fin. Promise or Perjurio. 

Romeo pide a los peruanos levantar el puño. Dice que se trajo prensa de República Dominicana, para que allá sus paisanos admiren cuánto lo quieren los peruanos.

La bachata es uno de los géneros más pegados en Perú, y Romeo es uno de los «culpables» de eso.

«Siempre hay un lado que tiene más fuerza», dice y pone a competir al público dividido en dos por una línea imaginaria.

Saca una botella de ron con mayita: «Yo recomiendo que todos hagamos un brindis y que bebamos». Comienza la música. Bebo. «Y bebo y bebo hasta morir», canta Romeo. Se sienta en el piso como si estuviese borracho.

Luego un medley que incluyó Imitadora, Necio, Perro.

Romeo se movió todo el tiempo por todo el escenario y logró involucrar a los presentes en el estadio nacional de Lima

Llévame contigo hizo que la emoción no bajara. «Puedo morir agarrado a tu cuerpooo…» le coreaban en Sobredosis.

Al centro del extremo de la pasarela, se abrió una portezuela en el piso y Romeo desapareció elevador abajo.

Regresó con cambio de ropa. Cantó Volví; Ella quiere beber; Siri.

El trono del rey subió desde el foso. La puesta en escena para Romeo es impecable.

Hoy es noche de sexo se coreó con entusiasmo. Luego la canción a la Suegra. Parece que en Perú quieren mucho a las suegras. Boomerang a Capella.

Un medley con canciones como Solo conmigo; Hilito; El beso que no le di.

Por ahí, Martires de León, el gran guitarrista, uno de los puntales que ha permitido el crecimiento sonoro de la bachata.

Romeo se hizo una selfie con público de fondo con el celular de un fanático o fanática. Luego se fue a negro todo y regresó para sentarse en el trono de Rey, que emergió del foso.

Cantó canciones de Aventura. Enséñame a olvidar. Todavía me amas. El malo. En una de ellas, una joven subió desde el público.

Cantó una canción con Romeo quien le besó sus manos. 

La joven que subió del público se sintió, abrazada por Romeo, como en las nubes.

Hizo la señal del corazón con las manos cuando interpretó Mi corazoncito. Luego mandó un beso sonoro y cantó Un beso. Obsesión…

Romeo se despidió en el clásico falso final: «Lima los amo, los adoro. Que viva mi República Dominicana; que viva Puerto Rico. Que viva Peruuuu. Buenas noches».

Regresó ahora para terminar el show en el encoré con Sus huellas y Propuesta indecente.

Este sábado será la segunda fecha sold out de Romeo en Perú. Pueden haber sorpresas.

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