Gilberto Santa Rosa, que recibirá un premio especial en los Latin Grammy, para los que también está nominado, se confesó “identificado” con la lucha de los artistas del género urbano para ser “reconocidos” por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, que entrega estos premios.

”Nosotros éramos mucho menos agresivos, nuestra estrategia fue dejar un sólido legado con nuestro trabajo y lo hemos conseguido”, dijo en entrevista con Efe el salsero puertorriqueño.

Haciendo memoria, el llamado “Caballero de la salsa” contó cómo durante muchos años a los salseros se les consideraba artistas que hacían música para una audiencia de clase social baja y “se llevó su tiempo” que les reconocieran y que les “tomaran en serio”. De hecho, aunque la salsa es considerada uno de los géneros musicales más complejos del universo latino, apenas este año un segundo salsero será reconocido como “Persona del año” en los Latin Grammy.

Se trata de Rubén Blades, quien para Santa Rosa fue el que marcó “el punto de inflexión” en la historia al ofrecer composiciones en las que la melodía “tenía un rol principal” y las letras contaban historias de todo tipo.

El primero de ellos fue en 2016, Marc Anthony, aunque la salsa no es el único género que caracteriza al neoyorquino.

La polémica, que ya se vivió en el pasado, estalló cuando el colombiano J Balvin criticó a la Academia de la Grabación al considerar un menosprecio a los músicos urbanos por parte de los organizadores de los Latin Grammy, que se entregarán el 18 de noviembre en Las Vegas. En su opinión, los Grammys no valoran a los cantantes urbanos, pero les “necesitan” porque les dan “audiencia”. Sin embargo, varios representantes del género están nominados este año, como C. Tangana, Rauw Alejandro, Bad Bunny, Karol G, Yotuel o Myke Towers, entre otros.

Pero Santa Rosa parece dar cierto crédito al pedido de mayor diversidad en la Academia: “Me alegré mucho cuando vi además que Blades está nominado a disco del año. No pasa muy a menudo”.

En la historia de esa categoría, que se entregó por primera vez en 2000, solo tres salseros han tenido álbumes nominados. Uno de ellos es el propio Rubén Blades, quien ganó en 2017, Marc Anthony y Celia Cruz. Aunque le avisaron en junio, Santa Rosa sigue experimentando el agradable cosquilleo de las buenas sorpresas cuando se le menciona que este año recibirá el Latin Grammy a la excelencia. “Es que me pusieron con una compañía demasiado especial”, declaró el artista con una modestia inesperada para alguien con una trayectoria de más de cuatro décadas, tres Latin Grammy y un Grammy, entre muchísimas distinciones. Aun así afirma que no es que se esté “quitando méritos”, sino que considera “un gran honor” ver su nombre al lado del de el español Joaquín Sabina, el argentino Fito Páez, el brasileño Martinho da Vila, el mexicano Emmanuel, los estadounidenses Sheila E. & Pete Escovedo y la dominicana Milly Quezada.

Justo a tiempo

Santa Rosa se siente “bendecido por Dios”, porque en su vida “las cosas suelen fluir”. Es algo que asegura le sucede a menudo, pero que le emocionó mucho en la pandemia, especialmente en lo que se refiere a su último disco “Colegas”, que consiste en duetos con grandes exponentes de la salsa, como sus compatriotas Tito Rojas, Tito Nieves y Victor Manuelle.

“Es un proyecto que había nacido siete años antes”, pero que “se pudo hacer gracias a que estábamos todos en casa el año pasado”, indicó.

Algo parecido le pasó con su actual gira, que lleva el nombre de “Camínalo” y para la que tiene ya tiene más de una treintena de conciertos confirmados en Estados Unidos.

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