El grupo de lechones hace caretas y trajes nuevos cada año, para usarlos los últimos tres domingos de febrero

Disciplina y respeto han sido la clave de los integrantes del grupo de lechones Tuareg para mantenerse ofreciendo lo mejor de sí en los desfiles carnavalescos durante 25 años.

Y es que para este colectivo, surgido en el populoso barrio Los Ciruelitos, Santiago, por iniciativas de José Castillo, pertenecer a este tipo de grupos populares significa respetar lo que hacen y mantener una disciplina constante para el buen funcionamiento del conjunto.

Castillo resaltó que “los miembros de Tuareg deben someterse a las responsabilidades que conlleva el ser un lechón, así como a respetar al público que los espera año tras año y a tener conductas correctas ante la sociedad”.

El fundador y presidente del grupo, quien reconoce que la agrupación ha tenido sus altas y bajas, como todo en la vida, afirma que el equipo mantiene la tradición de los lechones de Santiago, usando solo caretas joyeras y pepineras, y algo característico en ellos es que utilizan el traje de un solo color, aunque cada lechón tiene la libertad de decorarlo según su gusto y presupuesto.

Al evocar sus orígenes, el presidente-fundador de la agrupación recuerda que se disfrazaba desde niño, junto a un primo y algunos amigos a escondidas, ya que su familia era muy católica y no se lo permitía. Recordó que se iban a las rutas carnavalescas, y allí se topaban con Los Infernáculos, única agrupación que había en Santiago en esa época, quienes vestían disfraces de un solo color. Ya de adulto, cuando sus dos hijos pequeños quisieron disfrazarse, lo hizo junto a ellos, cuatro sobrinos y algunos amigos, inspirados en la referida agrupación carnavalesca.

“Nos vino la idea de formar el grupo, ya que en el sector donde vivíamos no había uno de carnaval; nos gustó su forma de usar los trajes, de un solo color en la tela. Luego, leyendo un libro de historia encontré la palabra ‘Tuareg’, nombre de un pueblo árabe nómada y recluté algunos muchachos que veía que tenían cierta disciplina, porque soy amante de lo bien hecho”, precisó José Castillo.

De esta agrupación han surgido otras en Los Ciruelitos, que actualmente cuenta con cuatro conjuntos de lechones. El grupo Tuareg tiene 12 miembros adultos oficiales, y hoy día continúan sumando hijos y sobrinos adolescentes, con los que buscan sumar 20 lechones. Algunos de los fundadores ya no están, puesto que han emigrado a Estados Unidos y otros trabajan fuera de la ciudad. Sin embargo, los que quedan, se tratan como una familia, según dijo Castillo.

Más allá de febrero

Aunque en el mes de enero es que recorren las calles de su barrio y en febrero en los desfiles de carnaval, el grupo se reúne los miércoles, durante todo el año, para no limitarse a estas fechas y mantener fuerte su lazo de unidad y compañerismo. En cada encuentro, relató Castillo, se paga una cuota de cien pesos, con la cual cubren parte de su vestuario, y cuando se acerca la fecha de los desfiles, estas van aumentando para reunir la mitad del presuesto, tanto de las caretas como de los trajes, y así los artesanos pueden ir trabajando para la ocasión.

Al reiterar que el grupo usa caretas joyeras y pepineras, Castillo informó que estas cuestan desde los 3,500 pesos a 4,800, y que lo más costoso de los trajes son los adornos, como los espejos y cascabeles, pero en total gastan alrededor de diez mil pesos en cada disfraz.

El fundador de los Tuareg informó que hacen caretas y disfraces nuevos todos los años, y que mayormente los usan los últimos tres domingos, y el primer domingo salen con el traje del carnaval anterior.

Homenaje

A propósito de sus 25 años de fundado, la Corporación Carnavalesca de Santiago reconoció a esta agrupación durante el acto de lanzamiento de la versión 2018 del carnaval, distinción que, dice Castillo, aceptan con mucha humildad.

“Gracias a Dios nos han tomado en cuenta, uno lo asume como fruto del trabajo, el respeto y la disciplina; lo recibimos con alegría porque toman en consideración lo que uno hace”, expresa con satisfacción Castillo, al tiempo de rememorar que cuando se premiaban los grupos de lechones en los desfiles obtuvieron, en dos ocasiones, el primer lugar; dos veces el segundo y dos veces el tercero.

Costos
Los Tuareg usan caretas joyeras y pepineras que cuestan desde RD$ 3,500 a 4,800 pesos, siendo los adornos lo más costoso.

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