Para la psicóloga, este vínculo entre madre e hijo se concreta cuando entran en contacto; cuando se ven, se tocan, se escuchan…

El lazo entre madre e hijo aporta múltiples beneficios en la vida de ambos desde el primer día de la concepción. Cuando el bebé nace ese vínculo siempre resultará asombroso y siempre será primordial para el desarrollo y la educación del infante. Para ampliar el tema, la psicóloga Leyshy Cabrera respondió a algunas inquietudes sobre el tema.

¿Cómo puede cambiar la vida el convertirse en madre?

Todo cambio siempre va a generar un impacto en la vida de una persona, incluso, cuando ya se ha mentalizado para eso, y se debe a que tienes que readaptarte a esa nueva situación. Cuando te conviertes en madre no sólo cambia tu sistema de vida, sino que desempeñas un nuevo rol en el que te corresponde aprender sobre la marcha y a una velocidad muy rápida, por lo tanto, este cambio en muchas ocasionas, a pesar de ser satisfactorio es sumamente abrumador y requiere una revisión interna constante para que puedas evaluar cómo te estás sintiendo y qué necesitas. Personalmente, considero que tu vida cambia para siempre, ahora está en tus manos la forma en cómo transitas ese cambio e integras el concepto de novedad que estará presente por el resto de tu vida, y es que cada día descubrirás aspectos de ti que te sorprenderán, y si lo manejas bien, estoy segura que lo gozarás.

¿Cómo puede describirse esa primera conexión de madre e hijo?

Esta conexión se comienza a construir poco a poco, pero con una velocidad que ni las leyes de la física podrían ser capaces de explicar. El momento es muy personal, cada mamá podría contar su experiencia y notarás que es genuino, y el ponerlo en palabras no permiten explicarlo y, en muchos casos, enmudece dar lógica a la emoción experimentada, carece de sentido, sin embargo, hoy trataré de explicarlo y quizás como lector te parecerá escueto o superfluo, pero aquí vamos. La primera conexión con un hijo parte desde aspectos biológicos, como por ejemplo la segregación de hormonas, siendo la oxitocina la que juega un rol principal (o comúnmente conocida como la hormona del amor) hasta psicológicos (pensamientos, emociones y conductas).
Cuando una madre y un hijo se conectan, ocurre la magia de la vida, incluso si observamos el cerebro en un estudio de neuroimagen, se convierte en un escenario extraordinario, la cantidad de cambios e interconexiones que se dan, te sorprendería. El enlace entre una madre y su hijo se comienza a establecer desde el embarazo, pero se alcanza cuando se forma el vínculo, cuando entran en contacto uno con el otro, cuando se ven, se tocan, se huelen, se escuchan… cuando mamá protege, soporta, cuida, acaricia a su bebé, cuando todos sus sentidos están en función de ese pequeño ser humano lleno de vida y procura su bienestar por sobre cualquier cosa, incluso su vida. Esta conexión trasciende, va más allá de la vida, podrías simbolizarlo como un tatuaje en el alma de cada madre y en cada hijo.

¿Qué debe tener en cuenta una madre a la hora de criar a sus hijos?

Cada madre necesita entender que aprender a escuchar su cuerpo y su mente, es fundamental. Para cuidar hay que cuidarse; en muchas ocasiones, la mujer se desplaza a sí misma, comienza a vivir y respirar a través del hijo y esto es nocivo, para ambos, cuando eres mamá brindas a tu hijo lo mejor de ti, entonces, si no te priorizas, ¿qué le brindarás?


¿Es relevante tener más de un hijo?

Eso dependerá de lo que quiera cada persona, hay quienes se sienten plenos y satisfechos con un hijo, hay quienes aspiran y procuran construir una familia numerosa. Lo que debe quedar claro es que debes planificarte a nivel económico, psicológico y biológico para poder desempeñar de manera óptima tu función como madre.

Cuando la madre cuida, cría y protege sola a su hijo, ¿complementa la vida de su cría, aunque el padre no esté presente?

Es claro que todo hijo necesita a su padre y a su madre (no necesariamente biológico), sin embargo, hay circunstancias en la vida o incluso la madre decide estar sola y desempeñar su maternidad sin un padre, y lo puede ejecutar perfectamente bien desde la maternidad, ¡ojo!, desde la maternidad, no se puede ser madre y padre a la vez, estos roles son absolutamente distintos y no pueden ser desempeñados por una sola persona, si intentas hacerlo, estás formando a tu pequeño desde la carencia, le envías un mensaje que le llevaría a entender que sin un papá no está completo, lo saludable es que pueda crecer y formarse entendiendo que es su realidad y que esto no le resta valía, si desde pequeño se acompaña este proceso, puede integrar esa circunstancia de una forma más saludable.

¿Qué debe influir en su crianza?


Los valores humanos. Siempre hay que mostrarse asertivos y auténticos frente a los hijos, ser ejemplo de lo que dices, no te permitas expresar con palabras lo que tus acciones no pueden mostrar. Y para criar y educar en valores necesitas estar presente, no a través de la escuela, la nana, la abuela, o un tercero, sino a partir de ti, de tu tiempo, que es lo más valioso.

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