La obra contiene 27 relatos de contenido humorístico, entre ellos: Minibiografía de un borracho, La ladrona bondadosa, la Vida en apartamentos y el Matrimonio peleón, entre otros.
Otros relatos que contiene el sexto volumen de Estampas Dominicanas, son Un hombre llorón, Discusión sobre política, Las casas alborotadas, además de la Ingratitud del “arrimao”, los Dominicanos y la religión, La que no perdía una discusión, el Lupem, La achacosa y la Cuerda al niño pobre.
El libro cuenta con un estilo ameno y directo, con el que generalmente desarrolla sus temas y describe sus personajes este escritor dominicano combinador en sus escritos del costumbrismo y el humor.
Sobre Mario Emilio Pérez, José Rafael Lantigua sustenta la opinión de es el mejor escritor de humor dominicano. Así Juan José Ayuso afirma que hasta que aparecieron las Estampas Dominicanas el periodismo no había hecho un aporte tan valioso del ser, el espíritu y la idiosincrasia del dominicano.
El escritor y crítico de arte León David, manifiesta, en estos relatos se entremezclan la alegría, y la frustración, el engaño y la inocencia, la fraternidad y la malevolencia , un realismo agudo, la sonrisa cómplice y la tristeza compartida. Mientras que la escritora dominico-española María Rosa Guerreira destaca que Pérez ha sabido unir el español más académico con el hablar popular sin que ni uno ni el otro se resienta por tan peligrosa vecindad.
Dos de las obras de Pérez, Brincando por la vida y Más brincos por la vida, fueron reproducidas en el sistema Braile y cassettes, auspiciado por la Biblioteca de Estados Unidos.
