A la memoria de Marcio Veloz Maggiolo,
quien de verdad escribía desde los tiempos remotos del ábaco y la pluma fuente…

Mi tío Alberto Malagón elaboró, hace más de 40 años, unas notas de cátedra denominadas ‘Escribir es fácil’. Ese trabajo demostraba cuan sencillo era redactar de forma adecuada, con claridad. Que bastaba con disponer de un pensamiento lógico, organizado –decía él–, aparte de honrar unos cuantos principios de la gramática y de la economía del lenguaje.

No podría haber imaginado el crédulo de mi tío (en aquel instante de las Underwood y las Olympia portátiles) este porvenir de artefactos que hoy escriben poesía, ficción narrativa e informes científicos, en tanto realizan jaque mate a los grandes maestros del ajedrez. Mucho menos supondría la llegada de ciertos cacharros con bagaje para orientar decisiones y formular pronósticos basados en algoritmos que imitan el funcionamiento de las redes neuronales de nuestro cerebro.

Hoy existen programas generadores de poesía, de epístolas amorosas (con el estilo de Cyrano de Bergerac), de capítulos de Harry Potter, de cartas que reproducen el lenguaje marchito de la comunicación comercial, tanto como la jerga en uso dentro de los ‘Social Media’.

¿Está redactando un informe pedagógico o esbozando un discurso para una charla sobre educación? ¿Acaso se está preparando para la visita de un inspector del ministerio? No se preocupe. El generador le creará, con un solo ademán, unas ‘Verdades Neopedagógicas Definitivas’: irrefutables y con poderes atómicos para proclamar su convicción ante la desafiante tarea que ha de enfrentar. Diga usted, por ejemplo, con toda la gravedad permitida: “El centro educacional no puede entenderse sino como un corolario didáctico indisociable de una tarea de apertura sobre la institución escolar entendida como espacio de trabajo”. Luego: “La puesta en funcionamiento del método tiene como función principal el ser un pivote didáctico indisociable de la descompartimentación de las materias” y “La enseñanza mediada debe ser concebida como un eje transdisciplinario derivado de la modulación de los contenidos”. Luego concluya así: “El centro educacional no puede entenderse sino como una pasarela pedagógica inseparable de la educación ciudadana”. Perfecto. Ya camina usted en la ruta para ser el próximo ministro de Educación o de Cultura. No se desespere. En algún momento lo llamarán del Palacio Nacional.

Neruda fue una esponja por cuyos intersticios viajaron Walt Whitman y André Breton, tanto como Lorca y los poetas expresionistas. Por favor, no se acongoje. También usted puede escribir con el aliento de animal indestructible del vate de Isla Negra. Oiga entonces la voz de su generador de poesía: “Escribo sus palabras impudorosas en el cauce de un pozo sin luna”. O acaso: “Violín lánguido mecido en el viento de pezones negros y siempre erectos, practicaba acostumbrados a ser minoría los tormentosos besos allí abajo donde todavía duermen miedos y esperanzas, donde está la llave del deseo complacido”. Ahora, estremézcase: “Por gozar de una manceba, este cuerpo antiguo escuchaba zumbar escasas y borrosas las fuerzas indefinibles que a la postre regulan todos los actos y todos los hechos” y “El anhelo de lo lejano acaricia un sentimiento de repulsión y fascinación a un mismo tiempo exacto y meticuloso” o “Inmutables, los hábitos nocturnos del lobo se disipan”. Sea paciente. Cuando Soledad, Ángela o Basilio pierdan el juicio ante estos fragmentos de luz (“Los paisajes imposibles destilan la lengua sepultada en el nicho gozoso”), ya su problema quedará resuelto. En el próximo número de ‘País Cultural’ nacerá una hornacina para alojar su egregia voz conmovida. De eso estoy seguro.

La saga de Harry Potter alcanza su séptimo libro. Mrs. J. K. Rowling, una inofensiva dama inglesa, finalizó el primer tomo de esta fábula hace 30 años. Subsistía ella, en aquel tiempo desempleada, merced a la ayuda que recibía del Estado. En la actualidad, la señora Rowling ha vendido más de 500 millones de libros y manosea una fortuna que supera los 1,000 millones de dólares. Agradable experiencia, ¿no? Ahora, respire hondo. Sueñe con hadas y con la piedra filosofal. Encienda su artilugio, apriete el botón y espere. Asómbrese de lo que usted ha sido capaz de crear, con solo hundir el índice: “Harry Potter y la Bicicleta Viscosa: Ya es primavera en la escuela de magia Hotfrakks. Nadie sabe dónde se encuentra el adversario Bordemor, aquel que no debe ser nombrado, al que todos nombran sin parar. Todo sigue igual que el año anterior salvo por la entrada del profesor finlandés Raikkonius Kekrosberg para impartir la asignatura de Necrobiología molecular, lo que es recibido con júbilo por los alumnos. Una delegación de mujeres lobo llega a Hotfrakks portando la Bicicleta Viscosa como prueba de buena voluntad. El profesor Kekrosberg se hace responsable de ella y la guarda en un sitio seguro. Después, aunque la profesora Tresgrosses Cantaloupes les ha advertido que nunca se acerquen al Vertedero de la Muerte Marrón de noche, Harry Potter convence a la bella Hulkya Byrnessen de que le acompañe, lo que acepta porque no quiere que se acabe la saga. Entre escena y escena tiene lugar el campeonato de Frikkich, un juego de reglas descompensadas en el que unos cuantos infelices montados en escobas reciben una zurra de palos mientras intentan lanzar una sandía a través de unos hula-hoops. Explorando, Harry Potter y Hulkya Byrnessen detectan una señal de poder que procede del Vertedero de la Muerte Marrón y flotando en un charco descubren el Tirachinas Sagrado de Kthururu, el arma legendaria. Harry Potter lo toma y al hacerlo escucha una voz en su cabeza que le suplica que corra hacia el Pantano del Renegado. Harry Potter y Hulkya Byrnessen montan en sus escobas y se dirigen hacia el Pantano del Renegado, origen del mal. Entonces se desencadena la tragedia. A lo lejos divisan a Bordemor acercándose por el aire.

Slartibartfrist el destructor de mundos y la embaucadora Elena Bonamcarta aparecen debajo de una baldosa suelta y crean un escudo de fuerza que protege a Bordemor; Harry Potter se ve aislado de sus amigos y rodeado por espectros malolientes. Todo parece perdido. Harry Potter intenta usar el Tirachinas Sagrado pero como nunca ha usado uno se lía y atiza a Elena Bonamcarta. Bordemor ríe y le quita el arma. Bordemor agita el Tirachinas Sagrado en el aire y lanza un pepinazo que le quema las cejas a Harry Potter. En el último instante, se escucha un temblor bajo los pies de Bordemor; de las profundidades surge la Bicicleta Viscosa, dispuesta a defender el Bien, y le derriba sin piedad, salvando la vida de Harry Potter y Hulkya Byrnessen otra vez. Finalmente, se exculpa a Harry Potter de sus desobediencias y este comprende que las leyes están para proteger a Los Buenos aunque cometan delitos y se pasen las normas por el forro, y se alegra de ser El Bueno”. Es obvio que los trances de Harry Potter encuentran equivalencias notables en nuestra tierra. Sería cuestión, quizá, de pescar algunos nombres criollos para reemplazar los de la fábula. Una tarea sencilla con el procesador de palabras, y un éxito asegurado para usted, flamante novelista.

Por último, no tema participar con un suculento ‘paper’ en cualquier congreso de física cuántica, medicina nuclear o topología diferencial. En sus manos tendrá un poderoso disparador de formulaciones científicas. Note la afable sencillez de la exposición: “Título: El efecto de las metodologías descentralizadas en la tecnología de votación electrónica en tiempo constante. Autor: C. Forní K., PhD. Resumen: La teoría generalizada unificada ha llevado a muchos avances teóricos, incluidos los algoritmos en línea y de voz sobre IP [24]. Dado el estado actual de las simetrías usables, los ingenieros eléctricos desean egregiamente la síntesis del registro por adelantado de la tala que haría a robots que controlaran una posibilidad real, incorporando los principios no probados de la ingeniería eléctrica. Mientras que tal afirmación es continuamente una meta intuitiva, cayó en línea con nuestras expectativas. En este trabajo,
probamos que aunque el aclamado algoritmo inalámbrico para la emulación de la Ethernet por John McCarthy et al. [24] se ejecuta en Ω (2n) tiempo, autómatas de E/S lo pueden hacer permutable, escalable y multimodal”. Sencillísimo, ¿no? Presente algo así en la Academia Dominicana de Ciencias y lo aclamarán como el próximo Director Ejecutivo. Quizá hasta lo propongan para el Premio Nobel de Física. Que muy bien usted se lo merece. Con mi felicitación anticipada, claro está… eminente cabrón.

Posted in Apuntes de InfraestructuraEtiquetas

Más de cultura

Las Más leídas