El escandaloso idilio de Rubirosa y Zsa Zsa Gabor —salpicado con historias de adulterio, peleas a puñetazos entre un marido agraviado y su agraviador, demandas de divorcio por infidelidad—, hizo las delicias de los lectores de las revistas del corazón. La llamada prensa rosa o prensa amarilla, que se dedica a avivar la hoguera de las vanidades, a escarbar en la podredumbre, en los asuntos privados de los famosos, se dio banquete con los chismes, rumores o cotilleos a los que daba origen la relación de Porfirio y Zsa Zsa. Incluso hasta provocó que la bestia suspendiera durante un tiempo al conocido play boy del servicio diplomático.

A Rubirosa se le atribuían innumerables conquistas, aunque sin duda no tantas como las que se le atribuyen o se atribuye Julio Iglesias. Cualquier mujer que aparecía o había aparecido a su lado en una foto (Eva Perón, Ava Gardner, Dolores del Río, Rita Hayworth, Marilyn Monroe, Joan Crawford, King Novak, Judy Garland y quien sabe si hasta Fefita la Grande) pasaba a ser parte de la lista y Rubirosa quizás no lo desmentía. No le interesaba desmentirlo. Si el rumor público le señalaba una nueva conquista, Rubirosa ejercía el derecho al silencio, un ambiguo silencio. Además, también había mujeres que se atribuían haber seducido o haber sido seducidas por el infame Rubirosa para obtener el divorcio.

Por fortuna, o por desgracia, lo de Zsa Zsa y Rubirosa terminó o empezó a terminar cuando Rubirosa conoció a Odile Rodín. En esa época tenía cuarenta y siete años. Ella tenía diecinueve y era todo un bombón. A Zsa Zsa Gabor no le hizo gracia, y con sobrada razón, el interés de Rubirosa por Odile. Difícilmente volvería a mirar Rubirosa en dirección a Zsa Zsa Gabor.

El apellido Rodin se lo había tomado prestado la deslumbrante Odile al famoso escultor Auguste Rodin: una alusión a la belleza de su cuerpo, por ser también ella una escultura. Además de bonita y escultórica parecía tener talento y una prometedora carrera en el cine. Hizo dos películas y en la segunda de ellas trabajó por casualidad con Danielle Darrieux, la que había sido esposa de Rubirosa hasta que se lo vendió a Doris Duke, si acaso es cierta la historia. La actuación y belleza de Odile no pasaron desapercibidas y en 1955 la revista Paris Match le dedicó la portada y todos quedaron prendados de sus encantos. Rubirosa quedaría prendado de sus encantos.

En la primera conversación que tuvieron, durante una partida de polo, Odile le dijo a Rubirosa que había oído decir muchas cosas de él y que ninguna era buena. Sin embargo, y a pesar de lo poco auspicioso del encuentro, Rubirosa lograría ablandar su corazón, inclinó poco a poco la balanza a su favor. Nadie sabe qué maña, que tipo de argucia o brujería empleó Rubirosa para conquistarla. Pero el hecho es que se empleó a fondo, tal vez como nunca en su vida, le hizo en definitiva una corte despiadada, le dio una muela cubana intensiva o algo semejante. El hecho es que en 1956 Odile Rodin abandonó su floreciente carrera para casarse con Rubirosa. Coincidencialmente —en el mismo año en que Rubirosa cortejaba a Odile—, participó activamente en el complot para raptar y desaparecer a Galíndez.

Esta vez no se había casado por dinero aunque es difícil saber sí se casó por amor. Lo cierto es que de Odile amaría por lo menos su juventud y belleza. Odile era una mujer para exhibir y exhibirse, sentirse orgulloso exhibiéndola. Una mujer trofeo igual que Danielle Darrieux, pero mucho más joven.

Dicen que en una o dos ocasiones vinieron de vacaciones al país. Dicen que alguna vez los vieron juntos en la Calle el Conde. Alguna vez un amigo de sus años mozos escuchó una voz de muchacha que decía mon amour en la Calle El Conde. Una belleza a la que muchos vieron con él en la calle El Conde y le decía mon amour. Odile era la muchacha que le decía mon amour, la que algunos de los viejos conocidos de Rubirosa vieron paseando con él en los últimos años de la tiranía, la que los dejó impresionados. Además, dicen que parecían felices.

Después de la luna de miel Rubirosa volvería como era de esperar a las andadas, siguió jugando polo, jugándose la vida en carreras de autos, moviéndose con Odile en los círculos diplomáticos, siendo infiel y pretendiendo ser fiel. Algunas cosas, como las que sucedían entre él y Zsa Zsa, no habían cambiado. Odile también pretendía ser fiel, pero lo cierto es que, según la mala prensa, ella se daba sus escapadas.

La carrera de Rubirosa iba, eso sí, en ascenso. Había conocido a Frank Sinatra y Sinatra lo había introducido en el exclusivo círculo de la familia Kennedy. Había entablado amistad o algo parecido con John Fitzgerald Kennedy, el que sería presidente de los Estados Unidos entre 1961 y 1963. Amistad espontánea entre dos depredadores sexuales, entre un depredador y un obseso.

En algún momento Rubirosa pensó sacar provecho de sus relaciones con Kennedy, sobre todo a favor de la bestia, pero al parecer fue todo lo contrario. Odile Rodin pasó a formar parte, con o sin el consentimiento de Porfirio Rubirosa, del variado repertorio de amantes de ocasión que se le acreditan a Kennedy.

En 1959, el año en que empezaron sus más grandes problemas —mientras se desempeñaba como diplomático, corredor de autos, jugador de polo y espía de la bestia en La Habana—, lo sorprendió la revolución cubana y pasó un mal rato. Se tuvo que refugiar con Odile Rodin en la embajada usamericana y no se sabe si pudo sacar del país su flamante Ferrari y sus caballos de polo, pero al menos pudo salir sin que le afeitaran el pescuezo.

Fulgencio Batista, el destronado dictador cubano, se aparecería al poco tiempo en busca de refugio en la República Dominicana, casi de la misma manera en que lo había hecho un año antes el derrocado dictador argentino Juan Domingo Perón… Ambos con maletas cargadas de dinero que la bestia se encargaría de aligerar alegremente.

(Historia criminal del trujillato [99])

Bibliografía:

Robert D. Crassweller, “The life and times of a caribbean dictator.

Henry Espinal, “Porfirio Rubirosa-Rubí. El playboy dominicano más famoso”

(https://m.facebook.com/historiadominicanaengraficas/photos/a.267065323491958/1738755342989608/?type=3)

Alí Khan (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Al%C3%AD_Khan)

Lipe Collado – Porfirio Rubirosa. La Impresionante Vida de Un Seductor (https://es.scribd.com/doc/269366762/Lipe-Collado-Porfirio-Rubirosa-La-impresionante-vida-de-un-seductor-pdf)

PORFIRIO RUBIROSA. MI VIDA COMO PLAYBOY (https://www.cuestalibros.com/5056218252)

pablo Clase Hijo “Rubirosa: El primer playboy del mundo” (https://www.amazon.com/-/es/Pablo-Clase-Sanchez-ebook/dp/B0742FJHHQ)

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