El Consistorio en el que monseñor Octavio Beras fue elevado al cardenalato constituyó la quinta convocatoria realizada por el papa Paulo VI durante sus trece años como sumo pontífice

En una emotiva ceremonia llevada a cabo en la Nunciatura Apostólica, se dio a conocer el nombramiento de monseñor Octavio Antonio Beras como cardenal, lo que lo convertía en el primero que ocupaba dicho cargo en la historia de la República Dominicana.

El primer cardenal dominicano derramó lágrimas al llegar a la Nunciatura, donde fue recibido con abrazos por los asistentes al acto. Al mismo tiempo, el anuncio de su nombramiento era difundido por la Santa Sede a nivel mundial y divulgado por la prensa romana.

Asistentes

En la ceremonia estuvieron presentes diversas personalidades, entre ellas el vicepresidente de la República, licenciado Carlos Rafael Goico Morales; el ministro de Relaciones Exteriores, Ramón Emilio Jiménez Reyes; y la vicecanciller Licelot Marte de Barrios. También asistieron los monseñores Juan Félix Pepén, Juan Antonio Flores, Hugo Polanco Brito, Agripino Núñez, Eliseo Pérez Sánchez, Príamo Tejeda, Guillermo Rodríguez, Remberto Cruz y Octavio Rodríguez.

Asimismo, asistieron Rafael Herrera, director del periódico Listín Diario; Francisco Nadal Rincón, responsable del protocolo en la Cancillería dominicana; Julio de la Rocha Báez, director del Departamento de Impuestos sobre la Renta, entre otras personalidades.

La noticia

El papa Paulo VI notificó a monseñor Beras su designación como miembro del Colegio de Cardenales de la Santa Iglesia Romana en el Consistorio previsto para celebrarse el 24 de mayo.

La carta del Santo Padre, leída por el Nuncio Giovanni Gravelli, expresó que al concederle tan alta distinción, se deseaba manifestar un especial aprecio hacia él y reconocer sus méritos en favor de la Iglesia.

Con voz entrecortada y visiblemente emocionado, monseñor Beras expresó su agradecimiento por haber sido nombrado cardenal, seguidamente afirmaba que aceptaba dicha distinción en nombre de la Iglesia católica y de la Patria. Aseguró que, de no ser por esas razones, no habría aceptado tan alto honor.

En ese contexto, el nuncio apostólico Gravelli anunció que el 24 de mayo el Santo Padre impondría las insignias a monseñor Octavio Beras, quien, a partir de entonces, disfrutaría de todos los derechos y privilegios correspondientes a los cardenales.

Por su parte, Octavio Antonio Beras continuaría como Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, junto a sus nuevas funciones de cardenal.

Gran valor

El nuncio Gravelli señaló que monseñor Beras debía estar presente el día del consistorio, y destacó que su elevación al cardenalato otorgaba a la Iglesia dominicana una representación en el Colegio de Cardenales, integrándola plenamente en la Iglesia universal.

El papa Paulo VI nombró a 19 nuevos cardenales, incluidos representantes de cuatro naciones que, por primera vez, alcanzaban esa dignidad: República Dominicana, Uganda, Senegal y Nigeria.

Con estas designaciones, el número total de cardenales en la Iglesia Católica ascendía a 136. De ellos, 18 superaban los 80 años, lo que les impedía participar en la elección del Sumo Pontífice. Esta cifra aún se mantenía por debajo del récord de 145 cardenales establecido tres años atrás.

Ese Consistorio representaría la quinta vez convocada por Paulo VI en sus trece años de pontificado.

Acepta con gratitud

Monseñor Beras, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, expresó su agradecimiento al aceptar con humildad la distinción conferida por la Iglesia y la Patria, tras ser elevado al cardenalato por el papa Paulo VI.

“Mi ideal era ser sacerdote, servir desde ese lugar”, dijo el alto dignatario de la Iglesia católica en la ceremonia que anunció su designación.

Apoyo nacional

Una gran cantidad de dominicanos se preparó para viajar a Roma con el propósito de asistir al Consistorio en el que su santidad Paulo VI elevó al cardenalato a monseñor Octavio A. Beras.

La ocasión resultó especialmente significativa tanto para el cardenal Beras como para la República Dominicana. El viaje fue coordinado por monseñor Hugo Polanco Brito. Además, monseñor Beras tuvo a su cargo el discurso de agradecimiento en representación de los nuevos cardenales.

Es costumbre que, al ser nombrado un nuevo cardenal, numerosos compatriotas viajen a Roma para acompañarlo. Así ocurrió con el cardenal Beras: debido al gran aprecio que le profesaban los dominicanos y al orgullo que su designación representó para el país, la delegación que lo acompañó fue especialmente numerosa.

Reciben al nuevo cardenal

Al regresar al país desde Roma, el cardenal Octavio Beras sería homenajeado con honores propios de un jefe de Estado, de acuerdo con las informaciones ofrecidas a la prensa por la Secretaría de Relaciones Exteriores de la época.

El presidente Joaquín Balaguer, el vicepresidente Carlos Rafael Goico Morales, integrantes del gabinete, altos mandos militares y miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en el país, se darían cita en el aeropuerto para recibir al primer cardenal en la historia de la República Dominicana.

En adición a esto, acudirían también los principales dirigentes de la Iglesia dominicana.

Actos
Una brigada mixta de las Fuerzas Armadas le rendiría honores militares al cardenal Beras, acompañados por una banda de música que interpretaría los himnos nacionales de la República Dominicana y del Vaticano. Además, una batería militar realizaría una salva de 21 cañonazos en su honor.

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