Centenares de personas rodeaban al comentarista y director de El Periódico del Aire, Rafael Bonilla Aybar, cuando agentes de Seguridad se presentaron en la estación radiotelevisora Rahintel con el propósito de arrestarlo.

Luego del disturbio resultado de la detención del comentarista Bonilla Aybar, que culminó con incidentes y personas heridas, fue llevado ante las autoridades, quienes ordenaron su arresto y lo acusaron de malversación. En esta ocasión, Zona Retro recuerda los sucesos e incidentes del proceso.

Arresto

En la mañana del sábado 6 de abril de 1963, agentes de seguridad se presentaron en las instalaciones de la radiotelevisora Rahintel con la intención de arrestar al comentarista y director de El Periódico del Aire, Rafael Bonilla Aybar, mientras este conducía su programa informativo como de costumbre.

Según versiones recogidas en el lugar del suceso, varios agentes de seguridad se apersonaron a Rahintel en busca el comentarista, estos iban vestidos de civil y portaban ametralladoras cortas. Desde la llegada de los agentes a las puertas del edificio, gran parte del público se interpuso para que no lograran penetrar hasta el estudio en donde se encontraba Bonilla Aybar hablando.

En esta línea, al concluir el programa, comenzaron a circular rumores dentro del estudio sobre posibles disturbios si los agentes detenían a Bonilla Aybar. Como resultado, varias personas se acercaron al escritorio donde él estaba, con la intención de protegerlo de cualquier agresión posible.

Al comienzo de los eventos, Bonilla mencionó que cientos de personas se habían congregado a su alrededor para expresar su descontento hacia el Gobierno, que había ordenado su arresto por parte de agentes de Seguridad. Expresó que si merecía ser detenido por defender al pueblo, eso era responsabilidad de la Policía Nacional y no deberían recurrir a otros métodos.

En adición a esto, recordó que en su programa radial del día anterior había mencionado que el Gobierno estaba “hostigando a los empleados de El Caribe” para que se apropiaran de la Editora del Caribe, en violación al derecho de propiedad.

Disturbios y tumultos

Los ánimos se exaltaron en el estudio de Rahintel y sus alrededores, con un fuerte bullicio y agitación entre hombres y mujeres, que se intensificó cuando se escuchó un disparo y aparecieron armas de fuego.

La confusión aumentó considerablemente y cientos de vehículos ingresaron a los alrededores de la emisora, mientras que gran parte del público se dispersaba. Minutos después de que comenzaran los eventos, llegaron efectivos policiales en patrullas y camiones, siendo abordados por el público que clamaba con intensidad que detuvieran a los agentes de Seguridad, a quienes consideraban partidarios del régimen trujillista.

El general de brigada Belisario Peguero, quien era el jefe de la Policía, se presentó en la emisora y llevó a Bonilla Aybar al Palacio de la Policía. Estuvo acompañado por altos oficiales policiales durante la acción. También fueron arrestadas algunas personas que, debido al caos reinante en el ambiente, no pudieron ser identificadas.

Durante el tumulto, dos personas resultaron heridas: Horacio Álvarez, un industrial de la capital, y su hijo Horacito, quienes sufrieron múltiples heridas de bala. Ambos fueron llevados en brazos desde el interior de Rahintel hasta la clínica Doctor Gómez Patiño, ubicada en la avenida Independencia.

Horas después, la Clínica Gómez Patiño emitió un boletín para informar sobre el estado de salud del señor Álvarez. En el boletín se indicó que su herida estaba ubicada en la cara posterior del brazo izquierdo y que implicaba una fractura en el tercio inferior del húmero. Además, se declaró que no era posible determinar con precisión el tiempo necesario para la recuperación de la herida.

Por su parte, Horacito Álvarez hijo afirmó que tanto él como su padre estaban dentro de la emisora antes de los sucesos, y que en ese momento dos agentes de seguridad, armados con ametralladoras, intentaban ingresar al estudio.

En este sentido, añadió que su padre fue apuntado por uno de esos agentes, quien dirigió el arma hacia su estómago con la intención de disparar. Tanto él como su padre agarraron el cañón del arma, comenzando un forcejeo, pero lograron levantar el arma en el momento en que sonó el disparo.

Enfrentamientos entre civiles

Más adelante, en los alrededores del palacio de la Policía se enfrentaron varios grupos de civiles, unos que gritaban viva el Gobierno y otros abajo el Gobierno. Entre las multitudes se encontraban hombres, mujeres y niños.

El trabajador Juan de Mata Carrión se presentó en la redacción de El Caribe, exhibiendo su mano derecha herida, y explicó que las lesiones en su palma las había sufrido mientras se encontraba frente al palacio de la Policía. En ese lugar, junto con un grupo de personas, estaba demandando la liberación de Bonilla Aybar. Mencionó que agentes de la Policía se aproximaron al grupo y lanzaron varias bombas de estruendo, y que algunos fragmentos de estas le causaron las heridas.

Causas y acusaciones

El doctor Alfonso Moreno Martínez anunció que el doctor Bienvenido Mejía y Mejía iba a representar legalmente a Bonilla Aybar. En este sentido, el fiscal del Distrito Nacional, doctor José María Acosta Torres, informó que “existía una denuncia del secretario de Recuperación de Bienes por malversación de fondos en la Editora La Nación”.

En adición a esto, dijo también que había una orden de conducencia contra Bonilla Aybar, pero no explicó porque tardaron hasta después de las 6 de la tarde para ejecutarla.

El abogado Mejía y Mejía manifestó que si había una orden de arresto basada en la denuncia del secretario de Recuperación de Bienes, y se había emitido una orden de arresto contra Bonilla Aybar, entonces no sería apropiado solicitar un Habeas Corpus, sino que la única opción sería pedir una fianza para su liberación.

El Caribe pudo averiguar que Bonilla Aybar fue sacado por la parte trasera de la oficina del general Peguero y trasladado a la cárcel de La Victoria durante la noche.

El director general de Migración, doctor Marcos Valdez Medina, quien se encontraba en los pasillos de la Policía Nacional, afirmó que en ningún momento firmó una orden de deportación contra el señor Rafael Bonilla Aybar. Expresó: “Prefiero renunciar a mi cargo antes que tomar una actitud de esa naturaleza”.

En esta línea, confirmó que lo único que existía en contra de ese señor era una orden de impedimento de salida, en virtud de una querella presentada por ante el procurador fiscal del Distrito Nacional contra él”.

Apoyo y opiniones

Al palacio de la Policía se presentaron varios líderes políticos, con la finalidad de saber la situación de Bonilla Aybar. Pero luego de negarse la audiencia optaron por marcharse luego de esperar alrededor de media hora.

El presidente del Partido Social Demócrata, Mario Read Vittini, mostró solidaridad con Bonilla Aybar, expresando que los métodos utilizados para su detención eran inapropiados. Ofreció sus servicios como abogado para defenderlo de cualquier acusación y manifestó su apoyo como amigo, señalando que la detención debería haber sido realizada por la Policía.

Agregó que fue él quien personalmente informó a Bonilla que su casa estaba rodeada de miembros de seguridad, lo que le había sido fácil apresar porque es su vecino.

Por otro lado, el doctor Buenaventura Báez, miembro del Partido Social Demócrata, expresó que no creía que el presidente Juan Bosch estuviera utilizando medios tan odiados por el pueblo como son los agentes de Seguridad.

Otros líderes políticos fueron a Rahintel a protestar por los sucesos que habían ocurrido. Entre ellos los doctores Mario Read Vittini, Alfonso Moreno Martínez, Juan Isidro Jimenes Grullón y Viriato Fiallo.

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