Los expedicionarios fueron bombardeados, capturados y posteriormente torturados en las cárceles “La 40” y “El 9”

Esta semana interrumpimos la continuación del reportaje del sábado pasado sobre “la campaña de vacunación contra el polio de 1963”, para no dejar pasar por alto “La expedición militar de Maimón, Constanza y Estero Hondo” que cumple un aniversario más este lunes 14.

La expedición militar de Maimón, Constanza y Estero también conocida como la “Gesta de Luperón” fue la llegada al país de un grupo de patriotas exiliados que llegaron con la misión de derrocar al dictador Rafael Leónidas Trujillo.

Antecedentes

Anterior a la expedición militar de Maimón, Constanza y Estero Hondo, en 1947 fue detenido en Cayo Confites, Cuba, un grupo de exiliados anti trujillistas que se aprestaba a desembarcar en el país bajo el liderazgo de Juan Rodríguez García, con la intención de derrocar al régimen Trujillista. en la dirección de ese movimiento participaba Juan Bosch y que entre los jóvenes voluntarios cubanos que se habían enrolado en la expedición había uno que se llamaba Fidel Castro Ruz.

El nombre de “Cayo Confites”, proviene del cayo perteneciente al archipiélago de Camagüey en el océano Atlántico llamado Cayo Confites.

Llegada de los expedicionarios

De acuerdo con Delio Ochoa, uno de los sobrevivientes de la gesta, el primer grupo de expedicionarios llegó al país el domingo 14 de junio de 1959 a bordo de un avión Curtiss C-46, piloteado por el venezolano Julio Cesar Rodríguez y el cubano Orestes Acosta hacía de copiloto.

El primer grupo de expedicionarios salió de Cuba a las 2 de la tarde y estaba conformado por 56 patriotas, estos aterrizaron en el municipio de Constanza alrededor de las 6 de la tarde. El aterrizaje estaba previsto a realizarse en la provincia sureña de San Juan de la Maguana, pero las condiciones atmosféricas imperantes allí obligaron a que se efectuara en Constanza.

Los primeros 56 expedicionarios estaban comandados por el dominicano Enrique Jiménez Moya y el cubano Delio Gómez Ochoa quien tuvo la dicha de salir con vida de la expedición.

Acorde con Gómez Ochoa, luego de pisar tierra, él junto a sus compañeros expedicionarios avanzaron por las montañas cruzando arroyos y zanjas, en ese trayecto se enfrentaron a militares enemigos que tenían la orden de detener la conspiración.

Primera baja guerrillera

Según con las declaraciones de Delio Ochoa, sobreviviente de la Expedición, la Fuerza Área Dominicana (FAD), durante dos días estuvieron bombardeando indiscriminadamente las montañas de Constanza. Ochoa relata que la primera baja guerrillera se produjo cuando el grupo se encontraba en una pulpería y allí se aparecieron dos soldados enemigos, uno de ellos abrió fuego hiriendo letalmente a uno de sus compañeros de guerrilla. En el enfrentamiento también murieron los dos soldados del Ejército dominicano.

“El grupo guerrillero bajó hasta una pulpería a comprar comida y consiguieron algunas yautías, pero mientras la cocinaban apareció un grupo de soldados, se les dio el alto. Uno de los soldados hizo ademán de rendirse, pero disparó a Pedro Pablo Fernández en el vientre, lo atravesó por la columna vertebral”. explicó Ochoa en una declaración de archivo.

Ochoa Continúa narrando que “al caer Pedro Pablo dispara el FAL (Fusil Automático Ligero), y murieron los dos soldados. Pedro Pablo estaba en muy malas condiciones, de repente extrajo su cuchillo y se lo clavó en la garganta, lo único que pudimos oír fue: “comandante me jodí”. Lo llevaron a un lugar próximo al camino, cavaron una fosa y lo sepultaron”.

Llegada del segundo grupo

El segundo grupo de expedicionarios desembarcó en el país el 20 de junio de 1959, una parte del grupo desembarcó en Maimón y otra lo hizo en Estero Hondo.

El grupo que arribó a Maimón estaba compuesto por 121 hombres, mientras que el grupo que ancló en Estero Hondo era de 48 expedicionarios.

Para el desembarco se utilizaron dos naves: la “Carmen Elsa”, capitaneada por los griegos Bellelis y Theodokakis y La “Tinina”, capitaneada por Francisco Martín Fernández, ambas naves protegidas por la fragata cubana Máximo Gómez de Cuba.

Fin de la expedición

Los expedicionarios rápidamente se fueron esfumando, las Fuerzas Armadas se encargó de eliminarlos rápidamente, contaba con una gran ventaja en cuanto armamento y número de soldados.

El cansancio y la falta de alimentación le hizo el trabajo más fácil a las fuerzas armadas del régimen que frustraron los planes de derrocamiento de los expedicionarios. La mayoría de ellos fueron capturados y torturados en las cárceles del gobierno, especialmente en “La 40” y en “El 9”. De los sobrevivientes a la gesta de junio fueron los dominicanos Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo Germán y los cubanos Delio Gómez Ochoa y Pablo Mirabal. (Pablito).

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