Se reportaron 13 muertos, 18 desaparecidos, más de 20 casas arrasadas por las aguas de las cuencas y alrededor de seis millones de pesos en daños a la agricultura ocasionados por los aguaceros caidos

A propósito de finalizar la temporada ciclónica de este 2022, año en el que el país fue afectado fuertemente, sobre todo, durante el mes de noviembre por varios fenómenos atmosféricos, provocando inundaciones y daños en varios puntos del territorio nacional, el reportaje de esta semana rememora un acontecimiento que marcó toda la región norte de la República Dominicana, causando innumerables pérdidas humanas y materiales.

El 13 de diciembre del año 1968, el país atravesaba por inundaciones provocadas por desbordes de los ríos a raíz de fuertes lluvias que duraron días. Se habían reportado hasta entonces 13 muertos y 18 desaparecidos, cuyos nombres no fueron revelados, solamente en la zona de Puerto Plata.

También se dio a conocer que más de cuatro mil damnificados estuvieron alojados en lugares públicos y casas particulares. Para ese entonces Puerto Plata estaba incomunicado por vía terrestre y telefónicamente. Las informaciones fueron obtenidas mediante la radio, gracias a unos radios aficionados locales.

Zonas afectadas

Constantemente se recibían reportes de la ocurrencia de hechos trágicos como consecuencia de los desbordamientos de los ríos Yásica, Bajabonico, Caonao, Muñoz y Guananico.

En adición a esto, se informó que en el paraje Palmar Grande, de la sección Bajabonico Arriba, más de 20 casas fueron arrastradas por las aguas del río Bajabonico.

El doctor Marino Ariza Hernández, quien para ese entonces era director de la Defensa Civil, anunció mediante rueda de prensa que el número de damnificados había aumentado a 11,000 como consecuencia de las inundaciones y los derrumbes ocurridos en la región, sin incluir los afectados de la zona de Puerto Plata y los que confluyen con los ríos Yuna y Camú.

Ariza señaló que los sectores principalmente afectados fueron Santiago, Mao, El Ranchito de Camú, Fantino, Jaibón, en la provincia Monte Cristi, entre otros.

También hizo mención de varios sectores de la provincia La Vega, especialmente la zona situada en las riberas del río Camú.

Daños materiales en la agricultura

La agricultura fue afectada considerablemente por el desbordamiento del río Yaque del Norte y numerosos arroyos y cañadas. Se estimó alrededor de seis millones de pesos en daños ocasionados por los aguaceros caidos.

Los estimados fueron hechos por expertos en la materia, quienes en su momento pidieron la reserva de sus nombres.

En este sentido señalaron que los principales cultivos afectados fueron arroz, plátanos, frijoles y otros frutos menores, en la región de San Francisco de Macorís. En Esperanza, municipio de Valverde, el río arrastró cerca de 70 animales y les causó destrozos en los cultivos de plátanos, yuca, tomates, arroz y cebollas.

Viviendas

En cuanto a las casas, varias estaban a punto de desplomarse por lo que tomaron las precauciones de lugar.

En el distrito municipal de Licey al Medio las crecientes del arroyo Licey destruyeron los puentes sobre el arroyo Licey, La Chiva y Colorado, respectivamente. También fueron destruidos el puente Los Brazos, en la carretera de Jamao, un puente metálico en construcción sobre el Yaque del Norte, en Loma del Coco, jurisdicción de Baitoa; un badén en El Castillo, en la Carretera Luperón- La Isabela; cuatro puentes de madera en la carretera La Lomota y otros.

Además se produjeron derrumbes de tierras de hasta 100 pies de altura, por lo que fueron trasladadas 102 personas al, en ese entonces, local de la sindicatura.

En Tamboril las desbordadas aguas del río Licey destruyeron las viviendas de los hermanos Juan José y Aurora Reynoso, al igual que la vivienda de Pedro Hilario fue destruida por un derrumbe.

Transporte terrestre

Como era de esperarse, el tránsito de vehículos en la carretera que conduce de Guayacanes a Mao, fue suspendido al desbordarse el Yaque del Norte y unirse al caño Jicomé, siendo los residentes de la zona trasladados a otros lugares. No se reportaron desgracias personales.

Restablecimiento

Según informaron fuentes confidenciales, el gobierno ordenó dar prioridad a los trabajos de reconstrucción de la carretera Luperón y las vías que conducen a las zonas arroceras del Cibao, norte y noreste del país.

Asimismo, Obras Públicas debía reparar los puentes y caminos, por lo cual había brigadas en la carretera que conduce a Puerto Plata, y que ya estaba reparada hasta La Cumbre.

Ayuda médica

Se informó que cuatro médicos del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), destacados en Santo Domingo, fueron enviados a esta región para participar en las labores de asistencia de los damnificados.

Los doctores debían reunirse con sus colegas del hospital Presidente Estrella Ureña, de esa ciudad, para recorrer las zonas afectadas por las inundaciones. El traslado fue ordenado por el director del IDSS, ingeniero Luis Mauricio Bogaert Alvarez, para atender a una solicitud de la Presidencia de la República.
Esa comisión estaba formada por el doctor Claudio Ortiz, subdirector del Departamento Médico del IDSS y quien la encabezaba, y lo acompañaban los doctores Ivo Cabrera, Jaime Ventura y José Joaquín Perez, quienes prestaban servicio en el Hospital Salvador B. Gautier.

Apoyo de otras instituciones

Se informó que el señor Cesar Sandino de Jesús, subdirector de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC), viajó hacia las regiones afectadas por las crecientes de los ríos Yaque y Camú.

Poniendo a disposición de la Defensa Civil y la Cruz Roja Dominicana, la mayoría de los vehículos de la ODC para ayudar a las personas que se encontraban aisladas. La Secretaría de Trabajo, también dispuso el envío de transporte a dichas zonas.

Envían alimentos

El Instituto Agrario Dominicano (IAD), envió 153,200 libras de alimentos a los parceleros de ese organismo que fueron afectados por las inundaciones en esta región, de las cuales 22,000 libras fueron enviadas a la Línea Noroeste y 50,000 libras al Limón del Yuna.

Los alimentos consistían en harina de trigo, de maíz, cereal y aceite vegetal. A cada parcelero se le entregó 20 libras de estos alimentos, y se esperaba beneficiar a mil agricultores.

El director del IAD, ingeniero Carlos Ramón Domínguez, dirigió personalmente la operación de rescate de los damnificados del proyecto Limón del Yuna, Villa Riva.

Las 22,000 libras de alimentos enviados a la Línea Noroeste fueron destinadas a los proyectos de asentamientos campesinos de Jaibón, Cerro Gordo, Maizal, Laguna Salada y Campilla.

La distribución estuvo a cargo de las mejoradoras del hogar, Irma Aguasvivas, Ivón Robiou, Altagracia de Uribe y Rhina Camejo.

Cabe destacar que la ayuda a los damnificados formaba parte del programa de Alimentos Para la Paz, mediante un acuerdo entre el IAD y la Agencia Internacional Para el Desarrollo (IAD) de los Estados Unidos.

En las secciones de Jaibón, Hatillo Palma, Maizal y Laguna Salada se realizó un reparto de unas 7,000 tareas de tierra.

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